TITICACA, LAGO SAGRADO DE LOS INKAS

"Habiendo declarado su voluntad Nuestro Padre El Sol a sus dos hijos, lo despidió de sí. Ellos salieron de Titicaca y caminaron al septentrión y por todo el camino doquiera que paraban, tentaban hincar la barra de oro.....".

Inca Garcilaso de la Vega, Los Comentarios Reales, 1609.

En la mitología Inka, los hijos del Sol, Manco Capac y Mama Ocllo, emergieron de las profundas aguas del Lago Titicaca para fundar su imperio. Quien visita hoy el Titicaca no puede dejar de experimentar la misma emoción que subyugó el universo simbólico de los antiguos peruanos, como en nuestra época al filósofo científico francés J. Cousteau. Con sus altas cumbres nevadas sobre lejanas orillas, el vasto lago azul con una altura de 3,800 metros, es uno de los panoramas sobrecogedores de los Andes.

El lago de 81 hectáreas está ubicado sobre el altiplano que se extiende sobre cientos de kilómetros entre Bolivia y Perú, y donde aún predomina la cultura autóctona. En las pampas abundan los rebaños de llamas y alpacas, cuya lana utilizan las mujeres para tejer coloridas prendas que se venden en los mercados de Puno y Juliaca. Los hombres sin emplean la totora que brota del lago para fabricar balsas. El folklore de la región es una de las expresiones más ricas del arte popular peruano, reflejado por ejemplo en la festividad de la Virgen de la Candelaria.

En la Reserva Nacional del Titicaca, cerca a Puno, se encuentran las famosas islas de totora de la Comunidad Indígena de los Uros, que flotan en el lago. Asimismo, visitar las remotas Islas de Taquile o Amantani es una experiencia inolvidable.

Aisladas del mundo moderno, estas comunidades han mantenido vivas sus costumbres tradicionales. Los taquileños producen elegantes vestidos que sólo venden en la misma isla y ofrecen a los visitantes hospedaje en sus propias casas.

Los pueblos cercanos al lago poseen tesoros de arquitectura colonial, como las iglesias de piedras tallada en Juli y Pomata.

Entre Puno y Juliaca se encuentran las Chullpas de Sillustani, grandes tumbas de piedra. También se puede visitar el Templo de Pukara y en la ciudad se puede adquirir muy buena artesanía.

 

                   

I  N  T  R  O  I  T  O

No lejos del término de mi vida, por cuanto “la vida se desliza y nosotros pasamos”, he sentido el llamado de hacer observar, para aplicación y Discipulado de las generaciones, las vías de la Jñàna en el cumplimiento del Saber como Misión, como que hacer misional, como transmutación espiritual, como apostolado que está inscrito con letras indelebles para una Edad de Oro, desde la Venida del Hijo del Hombre o Segunda Venida de Cristo.

 

Hemos llegado al período culminante que trata de bosquejar el Sendero del Saber para la Nueva Era.

  La Jñàna es Consciencia Bráhmica, consciencia de Vida, de Luz, de Movimiento, de Creación.

Este camino luminoso, nos obliga a considerar esta obra de estudio y reflexión cuidadosa, de investigación científica, para alcanzar la vivencia y la entrega en la Vía para construir el mundo de la Edad de Oro.

 

I N D I C E

 

CAPITULO 1:

UN VISLUMBRE DE LA NUEVA ERA, LA JÑÀNA

Y EL ELECTROCHORRO ECUATORIAL SOBRE LOS ANDES

 

CAPITULO II:

LA JÑÀNA YOGA, YOGA DEL SABER
YOGHISMO
PARA-BAKTI Y MEDITACION
LOS BHUMIS

 







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15
19
41

 

LOS DHA TUS
LOS NAGASIDDHIS
JÑÀNA (SABER), GNOSIS (SABER) Y EL HOMBRE PERFECTO
RAICES, VOCABLOS Y SIGNIFICA DOS
LAS LIMITACIONES DE LA HA-THA YOGA

 

51
55
57
63
67

 

CAPITULO III:

LA LLEGADA DE LA NUEVA ERA DEL SABER
Y LA TRANSICIÓN ENTRE LAS DOS ERAS

73

CAPITULO IV:

EL ELECTROCHORRO ECUATORIAL

83

CAPITULO V:

EL CENTRO REGENERADOR DEL MUNDO REGRESA
DEL TÍBET Y LA INDIA A LOS ANDES SURAMERICANOS.
LA HIPOTESIS DEL ORIGEN DE LA YOGA EN AMÉRICA

89


CAPITULO VI:

LOS GRANDES PEREGRINAJES EN AMÉRICA. EL CUSCO,
EL KUMBHA MELA Y EL MONTE SAJAMA

 



95

CAPITULO VII:

EL YACHAY WASI EN EL PERU YLOS UPANISHADS
EN LA INDIA, EN LA SUPREM CÍA DE LA JÑÀNA




113

CAPITULO VIII:

EL DISCIPULADO MODELO DE LA JÑÀNA PARA LA BHAKTI
AL  
MAESTRE COMO ILUMINADOR DE LA NUEVA ERA
LA GRAN LÍNEA VERTICAL DE LA CRUZ DE AQUARIUS

 


119

129

CAPITULO IX:

LAS GRANDES OBRAS, EL A VARANA Y NUESTRO ÉXODO
DEL SABER         

   NUESTRO ÉXODO DEL SABER


137
141

CAPITULO X:

EL HUMANISMO ENEL CONTINENTE AMERICANO 

APÉNDICE
CUADRO COMPARATIVO. LA LÍNEA VERTICAL
Y LA LÍNEA HORIZONTAL DE LA CRUZ DEL AQUARIUS

INDICE DE MATERIAS  

DIRECCIONES Y TELEFONOS CON LOS QUE COMUNICARSE





149

157


169

 

181

 

Capítulo I

  UN VISLUMBRE DE LA NUEVA ERA,

LA JÑÀNA Y EL ELECTROCHORRO

ECUATORIAL SOBRE LOS ANDES

 

La implantación de la yoga en América, en Europa y en Australia ha sido en el siglo XX alrededor de la Hatha Yoga, la práctica de las asanas y el Maestre Doctor Serge Raynaud de la Ferrière enseñó además la Gimnasia Psicofísica o Pre-Yoga. Este ha sido un beneficio para la humanidad.

 

Sin embargo en el Yug, Yoga, Yoghismo pág. 439 indica:

 

“Así como es indispensable ejecutar asanas en cualquiera de las líneas del yoghismo, así también el hecho de practicarlas, no otorga a nadie el título de Yoghi, ni proporciona siquiera la noción de la Yoga”.

  Mientras tanto la Era del Saber avanza y la yoga debe cumplir su verdadero papel sobre la tierra para contribuir a un mundo más sabio, más pleno y más equilibrado.

  Cuando el Maestre Sun Wu Kung, procedente del Tíbet y del Turkestán chino, encontró al Sublime Maestre Mahatma Chandra Bala Doctor Serge Raynaud de la Ferrière, enseñándole su gran misión, y éste a su vez me transmitió durante 7 años el pensamiento de la Jñàna, sus Bhumis, Dhatus, Nagasiddhis y Misterios Mayores.

  Varias investigaciones fueron surgiendo en el mundo que corroboraban esta profundidad de la Jñàna, cuya superioridad había sido ya mencionada desde la época de los Upanishads.

  Como dijimos en el prólogo del Arte en la Nueva Era, se trata en la Era del Saber, Aquarius, de una Era precesional, comenzada en su difícil transición actual en 1948, conforme el fenómeno astronómico de la precesión de los equinoccios (que no debe asociarse con el movimiento de los hippies de la década del 60, aun cuando tenían razón al cantar, en la obra de Broadway “Hair”, la canción que comienza diciendo: “It is the dawning of the Age of Aquarius...”),

  Nos ocuparemos en el capítulo III acerca de la difícil transición entre dos Eras, que ocurre durante el siglo XX y cada dos mil años conlleva una exacerbación de la violencia, de la barbarie, de las guerras y de grandes confusiones y errores colectivos, al mismo tiempo que van apareciendo los fenómenos y sucesos propios de la Era que comienza, aunque sometidos todavía a la Era anterior.

  En el siglo XX, a pesar de todo, se perfilan inexorablemente las avanzadillas de la Era del Saber, de investigaciones verdaderas, de colectivización de la búsqueda, es decir, de una Era de Paz, de fraternidad universal, de afinidades electivas, de descubrimiento del hombre trascendental, de amistad, de acceso a la superación de la persona mediante la aceptación de lo ajeno y la aceptación del destino a la dependencia universal.

  Es una Era de una naturaleza íntima “angélica”, que pertenece más al cielo que a la tierra con cierta aspiración altruista y espiritual, viviendo en dirección de un mundo suprasensible que se puebla de imágenes y sensaciones, consciente el individuo de no pertenecerse más y de darse a un destino de trascendencia o por lo menos extrapersonal, hecho de no-posesión, de purificación.

  Es una Era de la Gracia, entendida la Gracia como libertad de evolucionar, con la prudencia y a la vez con la osadía, que devuelve al individuo al estado de la identificación del hombre con el universo.

  Es la surgencia de la experiencia prometeica, el don de compensar una inferioridad física con una superioridad intelectual, moral o espiritual; una consagración de la inteligencia superior a la conquista de una alta cima, así como a la búsqueda o investigación de las más altas manifestaciones.

  Es el talento de la palabra que se torna en palabra no ordinaria y ésta se transfigura en Verbo.

  Es la Era de la transmisión, de la comunicación, del intercambio, de la interrelación, de la unión de las ciencias a través de la investigación multidisciplinaria, de la unión del pensamiento de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, el equilibrio del Análisis y de la Fe, de la razón y de la intuición, de lo objetivo y de lo subjetivo.

  Es la Era de la Jñàna, la Jñàna Yoga y la Jñàna Vijñàna Yoga del ciclo acuariano, con sus Bhumis y enseñanzas específicas, el énfasis en lo espiritual y volitivo, la conciencia activa, la autoafirmación, la osada expresividad, la reflexión, la planificación, la penetración de la Vida por medio de la re­flexión, la acumulación de energías mentales.

  Corresponde también a las revoluciones dentro de los caminos cultu­rales, a los acontecimientos bruscos, al anticipador, al pionero. Surge poco a poco el desinterés, el altruismo, el rompimiento con las rutinas y prejuicios, la originalidad, el modernismo continuo y renovado, el “último grito”, la conquista del récord, el entusiasmo del frenesí, la búsqueda de los límites extremos de lo imposible.

  Es el avance en la investigación de las ondas, de la bioenergética y de las emanaciones nervofluídicas en el cuerpo humano, del mundo electrónico en compenetración con la espiritualidad, de la Cosmobiología, de las ciencias síntesis de que habla el Maestre, del esoterismo, de la bioenergía, de la superconductividad, de la avanzada de la radio, de la televisión, de la conquista del aire, de los viajes interplanetarios, de las aspiraciones en dirección a los cielos sin fin.

  El Saber de Aquarius, como en la Grecia clásica de la antigüedad, se encuentra en el símbolo olímpico del joven Ganimedes que desde la Vía Láctea vierte su Cántaro rebosante del agua de sabiduría, da el germen de espiritualidad que, con base en lo trascendental, forma la individualidad con su luz superior en todas las gradaciones, desde la matesis o síntesis viviente de los conocimientos y la investigación, y las profundizaciones de la intuición como coronación del pensamiento lógico, hasta la percepción de la realidad que nos lleva a las sublimes revelaciones de la Mistagógia, como enseñanza tradicional de los Misterios.

  Pero no es solamente el crecimiento interno del Ser, que cuando es solamente individual, puede ser limitante y evasivo de la realidad; es la realización de la trascendencia del hombre (ver la obra El Descubrimiento del Hombre Trascendental)1 para que entonces sobrevenga la verdadera redención de la individualidad.

  Aquarius da el principio de espiritualidad que ilumina la individualidad con la luz del Saber superior, en la síntesis de los conocimientos y la investigación, incluyendo las profundizaciones de la intuición y las sublimes revelaciones de la iluminación.

  En el arte de la Nueva Edad se despierta un arte de realización, de expresión de los niveles del sendero del ser humano; es un arte unido al Saber, una inspiración que ahonda sus raíces en el conocimiento.

  Todo ese crecimiento es más allá de una tentativa emocionante, sobre todo cuando se vuelve voluntad inquebrantable de alcanzar su meta, algo más directo, que puede ser más íntimo sin pérdida de su proyección más allá de sí mismo.

  Si en la nueva Era nos priváramos totalmente de todo lo que conlleva la Jñàna, podría ocurrir que tengamos la impresión de no haber vivido plenamente, o de haber confiado o esperado pasivamente en que el mañana nos hubiera deparado las experiencias correctivas que habríamos necesitado, y de ese modo, siempre en equilibrio inestable entre lo que fuimos y lo que queríamos llegar a ser, habríamos seguido un camino incierto hasta que en los días póstumos nos sorprendiera la enfermedad y la muerte.

 

__________

1        El Descubrimiento del Hombre Trascendental del Dr. David Ferriz

 

El potencial de su autorrealización de nuevos planos de comprensión y de vivencia, como en los Bhumis, ya está latente y el arte es como una Jñàna Yoga que nos ayuda a actualizarlo, opuesta a la ocultación de sí mismo, como un cuadro que tiene que revelar a su autor.

El hombre de la nueva era vivencia una inquietud, un constante deseo de retorno, de reencuentro a su principio, a los principios que se manifiestan en la creación, como en el Gatayata, el Bhumi luminoso del acercamiento del pasado.

  La identificación de la existencia de un ser en su obra que se apodera de lo que le constituye, como un esfuerzo supremo que ha de llevarle de un mínimo a un máximo de vivencia, una tentativa emocionante hacia su meta, algo más directo, más íntimo, más valioso, es la manifestación de un profundo secreto y por ello hay la necesidad de la revelación; ella se hace consciente con la transmisión de enseñanza esotérica para el arte de realizarse a sí mismo: la existencia se justifica ella misma por su luz y transmutación alquímica en el “servicio impersonal del más alto ideal”.

  Tomamos lo que dice el Maestre en “El Arte en la Nueva Era”, pág. 87: “Si los artistas pudieran volver a este género de operaciones, esto sería una Verdadera Misión para dar así al mundo un objeto de concentración en el cual cada uno pudiera encontrar una Iluminación. Los primeros en ser educados serán, por cierto, los artistas mismos, “misioneros” que luego serán mensajeros, como los Sacerdotes, de un alto conocimiento aliado al Saber, para el beneficio de la humanidad, que entonces comprenderá la Vía a seguir y tomará poco a poco la dirección de la Verdadera Sabiduría”.

  Volviendo a nuestra exposición de la Jñàna, implica también la ciencia en el sentido ilimitado del Saber, como enseñó el Sublime Maestre Raynaud de la Ferrière.

  Un grado o noción de saber, ha originado que desde los tiempos más remotos, en todas las latitudes y en las circunstancias más disímiles, todos los pueblos de la tierra, en algún momento u otro, han fijado la vista en alguien a quien reconocieron como guía por un mayor saber y por el cual estuvieron dispuestos a aceptar toda clase de sacrificios, soportar toda suerte de calamidades, e incluso, realizar los mayores actos de heroísmo. Y todo porque esa persona, ese alguien, fue capaz de encender en el ánimo de sus seguidores el deseo voluntario de trabajar por un objetivo, defender un ideal, entregarse por entero a una causa, a una creencia o a una mayor consciencia del Sendero de la Sabiduría...

  De simples espectadores, la plenitud de estados existenciales del Saber de la Jñàna, nos proporcionan una consciencia de verdadera plenitud. En la percepción de la realidad, más allá de la ilusión y la desilusión, de la motivación y de la desmotivación, un sentimiento de genuina seguridad interior nos anima y nos encamina hacia nuevos modelos de comunicación.

  A través de una Jñàna Vijñàna yoga, de relación con el mundo, que es necesario penetrar en su auténtica tradición y en su dimensión de la Nueva Era del Saber, marchamos hacia una relación de gran plenitud interna y, por ende, hacia una relación más profunda y veraz con nuestros semejantes, depurada de sus contenidos conflictivos.

  La Jñàna Vijñàna Yoga, la Yoga de la relación de Dios con el mundo, es un conocimiento junto con realización, es la exposición del Alto Prakriti y la realización de las relaciones con una conciencia superior de las gestiones y necesidades para poner el Sello de Dios Viviente en las cumbres de los Altos Estudios. En ella hay que encender la acción, conforme los diversos planos de la realidad en la Ciencia, la Filosofía, el Arte y la Didáctica y, en general hacia todos los campos del humano vivir, conforme el cuadro del Hombre Perfecto, que alcanza la potestad de la Jñàna Vijñàna para saber poner sus cuerpos en los distintos focus. Focus significa lugar de fuego, corazón.

  La importancia de la llegada de la Era Aquarius en la implantación de la Jñàna, nos recuerda que el Dr. S. Raynaud de la Ferrière, escribía en Sus Circulares:

  “Me permito recordar que además de hechos simbólicos, ciertamente muy demostrativos, hay que llamar a las matemáticas para establecer con seguridad que estamos muy ciertamente (y por más de 2.000 años) en la Era Aquarius.”

 

 

“Gráficos del movimiento de precesión equinoccial al que se debe como fenómeno astronómico la entrada en la Nueva Era de Aquarius. A la izquierda se representa cómo el movimiento de precesión también se da en el caso de un trompo que gira. A la derecha se observa cómo los polos celestes trazan dos círculos de 23° 27’ de radio, a causa de este mismo movimiento de precesión. En numerosos cuerpos celestes se observan inclinaciones del eje mucho mayores que en la Tierra, como en Urano que mantiene una inclina­ción de 92°. También en el sistema electrónico el llamado spin guarda una inclinación y el mismo movimiento. (Ver las páginas 589 y siguientes de la Teoría Científica de la Cosmobiología, obra auspiciada por la Universidad Nacional de Trujillo, Perú, del mismo autor, Dr. David Ferriz).”

  El Continente Americano ha sido elevado a la Mirada de la Alta Inteligencia Divina y América del Sur recibe a partir de la Nueva Era el polo magnético espiritual en la Cordillera de los Andes.

  Hay coincidencia con las profecías de algunas escrituras de la India en que a la llegada del Khumba Yuga, en lengua sánscrita, Tiempo de Aquarius, Edad del Aguador, termina como centro espiritual, así como el Tíbet, antiguo centro espiritual del mundo. En la misma coincidencia, fue invadido por el ejército en la década de los años 50. Ello trae consigo un importante hecho geomagnético espiritual: el centro espiritual del mundo está trasladándose desde las primeras décadas del siglo XX a los Andes suramericanos, sobre todo desde la Cordillera Blanca del Perú hasta el Monte Sajama en la frontera de Bolivia con Perú y Chile.

  También es conveniente indicar que las menciones que hace el Maestre sobre los hindúes, no significa que se deba olvidar que él señala que el centro espiritual del mundo está en América y que la India se materializará y regresa el magnetismo telúrico espiritual del norte al sur, del Tíbet a América. De ahí que la teoría de maestros de la India, como Sai Baba que trata de que la India recupere la primacía espiritual del mundo, difieran opuestamente con el hecho científico espiritual de reconocer a América y a América del Sur especialmente, como nuevo centro espiritual del mundo. Luchan porque la India sea considerada todavía como el centro espiritual de la humanidad.

  En el Año Geofísico Internacional celebrado en 1957 con gran despliegue de barcos, aviones y aparatos de observación de las potencias, se reconoció mundialmente al Perú como un centro geomagnético por excelencia (han existido en esos años 44 Observatorios Geomagnéticos en dicho país).

  Ese año científico resultó un acontecimiento que refuerza los conocimientos, investigaciones y propósitos de las Enseñanzas integrales que se imparten en medio del egregor que permite un adelanto consciencial, como lo demuestra la historia de este pueblo de paz.

  Y digo esto, porque a pesar de la violencia que ha surgido en las dos recientes décadas en el Perú, su historia ha sido esencialmente pacífica y ahora mismo es una pequeña parte de la población la que se entrega al terrorismo, pues la total mayoría quiere paz, alimento y saber, ya que es un pueblo espontáneamente docente.

  Y eso podría bastar, en muchos casos, para reflexionar hondamente en cualquier lugar que sea, en que hay que llevar adelante esta gran verdad actual y están plenamente de acuerdo las autoridades espirituales que respetan las profecías de la India y los descubrimientos científicos y que están mucho más allá de la religión literaria y de la verdad literal...

  “Así el punto Vernal -continúa el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière- ha visto sucesivamente aparecer delante de él, las diversas constelaciones: Virgo, Leo, Cáncer, Géminis, etc .. a razón de una de ellas todos los 2.000 años más o menos, mientras que el Sol continuaba su ronda zodiacal pasando todos los meses aproximadamente de un signo al otro: Cordero, Toro, Gemelos, Cangrejo, León, Virgen, Balanza, etc...

  “Ese paso de una constelación al Ascendente Zodiacal ha marcado siempre en su influencia general, la transformación psicológica del mundo que no ha podido darse cuenta de la aplicación simbólica de ese influjo astrológico sobre la manera de pensar de los hombres. Cada vez sucede así: durante dos milenios los seres humanos parecen aplicarse a respetar las características de la porción zodiacal que se presenta a la intersección de la eclíptica y del ecuador celeste. Esas son las Grandes Eras Precesionales”.

  Por otra parte, la ciencia en el sentido ilimitado del Saber, nos lleva a comprender lo que decíamos en la Teoría Científica de la Cosmobiología, auspiciada por la Universidad de Trujillo, Perú, 1976, en que el Ingeniero Mateo Casaverde, Director del Observatorio Geofísico de Huancayo y el Ingeniero Deza, del Observatorio Geofísico de Ancón, ambos en Perú, me indicaron en 1966 que el electrochorro ecuatorial se extiende rodeando la Tierra en una franja de 600 kilómetros de ancho que cruza actualmente (y tal vez siempre) por el Cusco, cuya latitud es lentamente variable, hacia el norte o hacia el sur, algunos kilómetros.

  Son mundialmente conocidas las culturas ciclópeas que rodean al Cusco, Macchu Picchu, Sacsayhuamán y otras varias sin paralelo en ningún continente, bajo el electrochorro ecuatorial en Sur América

  Este electrochorro ecuatorial, cuyos mayores efectos se observaron en los equinoccios, hace del punto vernal, línea equinoccial del inicio de prima­vera correspondiente a los 21 de marzo, un campo de sumo interés para otras investigaciones 2.

_________

 

2 Como lo indican los Boletines del Año Geofísico Internacional (AGI): Transactions, XL (setiembre de 1959), 273-277; ibid., xxxix (junio de 1968), 582-585; ibid., XXVIII (diciembre de 1957), 998-1000; Journal of Geophysical Research, LXIV (mayo de 1959), 489-503.

  Desde 1947, el Dr. Raynaud de la Ferrière con base en el propio punto vernal y observaciones ad hoc, había dado a conocer su pensamiento científico, como se revela en este párrafo de su Carta-Circular Núm. LVII (escrito 16 años después):

  “La Nueva Era (edad del Aquarius) en la cual hemos entrado desde hace quince (15) años, presenta a menudo aspectos más y más característicos en todos los puntos de vista. Se le ha calificado de “Edad de Oro”, “Era Uraniana” o también “Edad Atómica”, “Siglo de Revolución Científica”, etc. De todos modos este ciclo acuariano se manifiesta actualmente en el verdadero sentido de una Nueva Era”.

  Dieciocho años después del Año Geofísico Internacional de 1957, el 13 de abril de 1975, el Mayor General FAP Franck J. Tweddle, Presidente de la Comisión de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (CONIDA) sostuvo que las medidas preventivas para evitar graves daños en el oleoducto peruano, por la acción de la corriente eléctrica natural denominada “electrochorro”, serían estudiadas por los 22 cohetes y 12 globos que fueron lanzados al espacio por el Instituto Geofísico del Perú y la NASA.

  El Electrochorro fue declarado como una corriente eléctrica de millones de amperios, ubicada a 100 km. de altura, cuya parte central cruza el cielo peruano entre el sector comprendido por las localidades de Pucusana y Cañete, incluyendo Cusco.

  Las influencias de este fenómeno natural sobre el campo magnético de la Tierra constituye una de las motivaciones especiales de los científicos norteamericanos y peruanos que tuvieron a su cargo la evaluación de los datos recogidos por los cohetes y globos en corroboración con varios aspectos investigados desde el Año Geofísico Internacional.

  Los científicos consideran que el campo magnético del electrochorro, al interaccionarse con el campo magnético de la tierra, actúa sobre las estructuras metálicas del oleoducto peruano, produciendo erosiones en las junturas de los tubos.

Pasemos adelante abordando la superioridad de la Jñàna Yoga y los cambios de los centros espirituales al Continente Americano, lo cual va en bien del género humano y del despertamiento progresivo de una Edad de Oro, a pesar de que en este período de transición entre dos Eras, durante el siglo XX que queda atrás, ha sido una de las etapas más dramáticas de una buena parte de la humanidad.

  Respetable Jñápika Gurú Dr. Pablo Elias Gómez Posse.

E Mail: aum_jnapika_satya_guru@hotmail.com
 

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