El hombre y la mujer han olvidado cómo hacer el amor
físicamente.
Esta es la mayor tragedia de todos los tiempos, ya que es la causa de la
mayor infelicidad sobre la Tierra. Tanto ha ido continuando y empeorando
lentamente el olvido durante muchos miles de años, que ahora es un problema
crucial. Esto significa que sólo el hombre o la mujer individual tiene
alguna oportunidad de empezar a corregirlo. No puede haber soluciones en
masa. El problema es demasiado personal y demasiado profundo. Cada uno tiene
que hacerlo por él o por ella mismo, o no se puede hacer. La infelicidad
básica de la mujer, su perenne descontento, se debe a que el hombre ya no
puede alcanzarla físicamente. El exceso emocional de ella, sus depresiones,
sus lacrimosas frustraciones, incluso la tensión premenstrual, y finalmente
las condiciones que conducen a una histerectomía y otros problemas uterinos
se deben al fracaso sexual del hombre en liberar y recoger sus energías
femeninas más fundamentales y más finas al hacer el amor. Estas energías
extraordinarias bellas o divinas son hipersensitivas y cuando se dejan sin
extraer en la mujer, como están ahora, degeneran en trastornos emocionales o
psíquicos, y finalmente son ellas las que cristalizan en anormalidades
físicas. El útero da a luz a todas las cosas.
La infelicidad básica del hombre, su inquietud perenne, se debe al olvido de
cómo hacer el amor correctamente a la mujer, él ha perdido su autoridad
divina y con ello el control sexual de él mismo.
Su degeneración psíquica o emocional se manifiesta
racialmente como una obsesión sexual.
Todos los hombres sin excepción son obsesos sexuales.
La obsesión sexual origina en el hombre una fantasía
sexual compulsiva, masturbación crónica, aún cuando él pueda vivir con una
pareja, la represión sexual lo conduce a la cólera, la violencia, y al
síntoma universal de perderse a sí mismo en el trabajo y la persecución de
la riqueza para compensarse por su ineptitud como un verdadero amante.
Los negocios y el coleccionar riquezas son tapaderas en
ambos sexos por la incapacidad o el miedo de amar bellamente a través del
cuerpo.
A través del descuido del hombre de amar como mujer, el
hombre sufre de eyaculación precoz, culpa, ansiedad, duda de sí mismo,
impotencia, atrofia sexual, disfrazándose como desinterés sexual,
abstinencia sexual debido al miedo reprimido al fracaso, bravata sexual y
falta de verdadera sabiduría.
Todo ello él se lo inflige de nuevo a la mujer, agravando
de esta manera el descontento básico de ella y su propia inquietud.
Cada virgen que se une hoy con un hombre está
inmediatamente contaminada.
La falta de amor de él germina en ella la semilla racial
del descontento. Ella se desilusionará. Ser un ser humano masculino
completamente integrado requiere que el hombre asimile a través de su cuerpo
las energías femeninas divinas que la mujer sólo puede liberar para él
cuando hace el amor físico correctamente. Pero el hombre tiene que ser
suficiente hombre, esto es, tiene que ser capaz de amarla lo suficiente,
amarla lo suficientemente de forma divina o desinteresada durante el acto,
para extraer estas energías del más profundo centro de la mujer. Esto no
depende de la técnica. Ello requiere amor, puro amor. Ser capaz de amar esta
forma es la autoridad que el hombre ha perdido, y su única verdadera
autoridad sobre la mujer. La mujer, sin embargo, no cederá y no puede ceder
sus energías divinas a ningún hombre que todavía no sea el mismo, esto es,
que no esté totalmente integrado o alineado, no importa lo mucho que ella lo
ame y quiera darle. Como muy pocos hombres sobre la tierra son hoy día ellos
mismos, es decir, poseen la autoridad para expresar y absorber el suficiente
amor a través de sus cuerpos para alcanzar la parte más alta de la mujer, la
brecha de infelicidad entre hombre y mujer continúa creciendo.
El hombre que ha desarrollado destreza sexual todavía no sabe cómo hacer
este amor divino. Las sensaciones elevadas y los orgasmos son gratificantes
y le dan a él una forma de autoridad, pero ellos no son el amor que la mujer
anhela. El amor que él hace a la o las mujeres la satisfacen como una buena
comida, pero pronto ella siente hambre de nuevo y finalmente ella desprecia
su apetito y a ella misma ya que sabe que no está siendo amada.
Juntos en una relación, el castigo que el hombre tiene que pagar por su
fracaso físico es servir a la mujer como la personificación del amor, es la
emocionalidad tiránica de ella. Donde quiera que él ame, o trate de amar, un
día ella lo sacudirá, lo aturdirá, lo devastará, revelándose de repente en
ella misma el espíritu malo, el demonio femenino viviente de la emoción.
Cualquier hombre que todavía no haya experimentado el odio de este demonio
en la mujer todavía no ha experimentado el amor. Ella se muestra a sí misma
cuando él está apegado y apenas puede alejarse. Cualquier mujer que no se ha
visto todavía siendo el demonio todavía no se ha conectado con su amor. El
demonio de la emoción en la mujer es el infierno sobre la tierra para el
hombre. Esta es la parte de ella que el no puede manejar o comprender,
porque es el demonio de su propio fracaso para amar que viene a la vida para
despreciarlo, abusar de él y atormentarlo. El está aterrorizado por ello. El
farolea y fanfarronea, pero finalmente, a medida que envejece en una
relación, el demonio inevitablemente lo conquistará y lo forzará a entregar
el último vestigio de su masculinidad y autoridad por algo de paz.
Entonces ellos envejecen juntos, sintiéndose a salvo pero
medio muertos mientras se apoyan en el otro en el terrible mundo del
compromiso. Mientras el mundo continúe como está, el demonio nunca permitirá
que el hombre olvide su fracaso fundamental de amar correctamente a la
mujer. La mujer debe ser amada. El futuro de la raza humana depende de que
la mujer
sea amada, porque sólo cuando la mujer sea verdaderamente amada podrá ser el
hombre verdaderamente él mismo y reganar su autoridad pérdida. Sólo entonces
podrá volver la paz a la tierra. Sin embargo la mujer tal como es ahora no
puede ser amada por largo tiempo o para siempre por el hombre tal cual es
ahora. Juntos están atrapados en un círculo vicioso. Y sí se dejan llevar
más tiempo de sus propias ideas de amor, no hay salida para ellos.
El amor es un lío espantoso sobre este planeta. Tiene que hacerse algo
urgentemente. Se debe comenzar ahora, hoy. Y tú debes hacerlo. En estas dos
cintas te voy a decir cómo hacer el amor físico de nuevo. Pero primero te
voy a contar todo acerca del amor y te voy a dar una comprensión del
propósito del amor y de tu lugar en el amor o la vida sobre la tierra. El
amor sin propósito como puedes percibirlo en el mundo a tu alrededor, está
desahuciado. Comprender el amor tal cual es y no como crees conocerlo o como
lo imaginas, es la primera lección en hacer el amor. Voy a ser muy franco y
abierto y te describiré el acto físico de hacer el amor con detalle usando
palabras como "vagina" y "pene" y otros términos que los amantes utilizan.
Te voy a estar hablando de forma muy íntima. Te sugiero que pongas las
cintas una y otra vez cada vez que tengas nuevos 'insights' (percepciones)
en el amor. No puedes aprender y hacer el amor divino en estas cintas. Debes
absorberlo para que se vuelva parte de ti, parte de tu entendimiento. Sin
embargo comprueba cada información con tu propia experiencia, escucha el
sonido de tu verdad interior, el eco del conocimiento que una vez tuviste.
La parte de ti más profunda y verdadera lo sabe todo.
Por lo que a mí respecta no hay ninguna razón por la que un niño no pueda
oír estas cintas. De hecho me gustaría que cada chico o chica en su
adolescencia las oyera repetidas veces mientras crecen, especialmente las
jóvenes. El único problema es que cuando un niño o adolescente haga
preguntas inteligentes después de oír las cintas debiera haber un adulto
inteligente alrededor que las contestara de forma honesta y auténtica desde
una posición de amor y comprensión, fuera del círculo vicioso. Confío en
ello.
El principal problema en hacer el amor es la eyaculación precoz del hombre.
Y la mujer, como explicaré más tarde contribuye a esto insospechadamente. La
eyaculación precoz se debe a la emoción causada por la excitación y
anticipación por parte de ambos. Esta emoción particularmente en el hombre
está ahí tiempo antes de que comience el juego amoroso o el acto físico.
En el hombre hay una continua excitación presexual, o un nivel de agresión
incrementada de emoción, debido a su fantaseamiento sexual normal u obsesión
sexual. A través de la broma y de la conversación sobre sexo con otro
hombre, lecturas sobre sexo, alusiones maliciosas al sexo en compañías
mixtas, pensando en sexo, mirando a mujeres en público y haciendo conexiones
lujuriosas conscientes y habitualmente inconscientes, el hombre mantiene
relativamente alto su nivel de agresión básica o su emoción sexual. Si te
imaginas a un hombre como un termómetro sexual normalmente estará
registrando unos 25 grados de emoción sexual a causa de su obsesión sexual,
mientras que la mujer está alrededor de los 5 grados. La mujer es
básicamente menos agresiva que el hombre porque ella no está básicamente
obsesionada con el sexo. Como consecuencia, fuera de sus numerosas
fijaciones e inhibiciones, el hombre está preparado para el sexo a cualquier
hora, mientras que la mujer no. Para que ella quiera hacer el amor necesita
que se aumente su temperatura sexual básica.
En el juego amoroso antes de unirse, el flirteo, manoseo, los besos y las
caricias de los pechos y genitales elevan la temperatura sexual o la emoción
por ambas partes. Esto, añadido al nivel normal elevado de estimulación del
hombre debido a su obsesión sexual, lo hace fantasear mucho más intensamente
que ella. Por tanto, de nuevo su temperatura sexual se eleva a mucha mayor
velocidad.
Para el momento en que está a punto de entrar en ella, el se está quemando a
noventa y nueve grados, y subiendo rápidamente con expectación e
impaciencia. Ella está en sus confortables y agradables setenta grados, y
también elevándose. A veces ella solo tiene que abrirle sus piernas: la
imagen fantástica final realizada y él eyacula, o su pene la toca o
simplemente penetra los labios de la vagina y se corre, o justo se las
arregla para entrar en la vagina y en segundos su temperatura sexual cae de
un febril ciento y pico hasta cero mientras egoístamente eyacula fuera en un
tanto estado de frialdad y de desinteresada falta de deseos.
La mujer es amor, gracias a Dios. El amor es su verdadera naturaleza por
debajo de toda emoción, nociones y fijaciones. Si ella lo ama, o si ella
sola ama, puede soportar la decepción sexual. La mujer en todos los niveles
representa a la madre, el verdadero arquetipo femenino, la madre tierra, en
la que todos nosotros nos deleitamos y encontramos nuestro placer, incluso
si ella es solo una botella de whisky hecha de granos de tierra y agua. El
hombre, tal como es ahora, es como un niño ante el amor sin fronteras de
ella, la verdadera mujer que toda mujer sabe que es por debajo de sus
neurosis. En su amor ella puede perdonarlo por correrse, anulándole a ella
su propio mecanismo de deseo, tomar su mundana inquietud expresada en su
orgasmo y acogerlo allí dentro de ella, amuchachado y nuevo en su breve
momento de paz.
Para la mujer, la satisfacción de su amor es tomar de él dentro de ella,
todo lo que él pueda dar, mientras en recompensa le ofrece cada pedazo de
ella misma en una entrega completa y dulce de amor. Pero cuando el hombre se
va prematuramente no la ama lo suficiente para darse a ella por completo. El
no tuvo tiempo. Por tanto ella no pudo darle todo el amor que ella tenía que
dar. Al llegar él se fue, la dejó. A causa de ello él es un poco menos
hombre, ella es un poco menos ella misma, y en contra de la escalada de la
lucha racial entre hombre y mujer para unirse están un poco más apartados.
La mujer cuando ama puede disolver en ella misma la mayoría de las
frustraciones ocasionadas por la eyaculación precoz del hombre. Así y todo,
cualquier emoción residual de ello se vuelve una parte del demonio que lo
crucificará a él mañana. Pero su amor no puede compensar del todo la
necesidad insatisfecha de ser relevada de sus energías más finas, para
expresar o descargar al hombre en el acto de amor su belleza femenina
intrínseca, la fragancia divina que se desarrolla continuamente en cada
mujer y que está detrás de toda necesidad del hombre de ella. El dolor de
tener que llevar esta carga innecesaria debido al descuido del hombre es el
profundo agravio que sostiene los arranques castigadores de cólera y la
furia emocional del demonio.
Un hombre que llega prematuramente ha perdido temporalmente su poder de
amar, se ha perdido a sí mismo, por lo tanto no puede tomar la entrega
completa de la mujer y por eso está sin la auténtica autoridad. El lo sabe y
se avergüenza de ello. La única autoridad válida que el hombre puede tener
sobre la mujer es a través del amor, y esa autoridad se la concederá ella
cuando él le demuestre suficiente amor para aceptarla y tomar su total
entrega. ELLA PUEDE DAR SOLO LO QUE EL PUEDE TOMAR. La inventada autoridad
física y económica del hombre sobre la mujer en el mundo durante los últimos
miles de años ha sido parte del feo trabajo de pagarla con ella por la
propia debilidad de él - la abdicación de su verdadera autoridad -. La
trágica división entre ella y su amante continúa de generación en
generación, por que el hombre se ha olvidado de sí mismo, ha olvidado como
amar, y la mujer que puede ser tan generosa y munífica como auténticamente
amorosa no puede darse a sí misma, no puede alcanzar su satisfacción natural
sin él. La razón por la cual la mujer no fantasea sobre el sexo casi tanto
como el hombre es porque el sexo no es tanto una gratificación para ella.
Para la mujer el sexo es más amor, y el amor no puede fantasearse a
diferencia del sexo. Amar es guardar la imagen callada del amado en la
consciencia. La fantasía de uno empieza como una imagen erótica; la
sexualidad y las tiendas de sexo toman posesión del amor.
Para el hombre, el sexo también puede ser amor. Pero
debido a que él lo usa invariablemente para eyacular como un medio de
liberar su agresión psíquica reprimida, su emoción sexual, contiene mucha
gratificación y egoísmo, él usa a la mujer. Si pudiera unirse a ella sin
llegar, comenzaría a amarla correctamente o por ella misma.
La eyaculación, por lo que al hombre concierne, normalmente marca el final
del acto.
Pero para la mujer, incluso si él la ha traído al
orgasmo, él todavía no ha recogido las energías más finas de ella por encima
del orgasmo. El orgasmo de ella liberará o dispersará su emoción sexual
inmediata, pero las energías divinas que quedan sin recoger degenerarán
finalmente en demanda emocional y descontento.
Toda emoción en la mujer es la demanda o el grito para
ser amada
verdaderamente y no ser utilizada como una escupidera sexual.
Al comienzo del tiempo, cuando el mundo acababa de
comenzar, el estado del hombre y de la mujer era muy diferente del que es
hoy día. Cuando digo esto, no debes confundir el comienzo del tiempo y del
mundo con el comienzo del universo o la tierra. Deja que te lo explique. La
tierra no es el mundo; el hombre construyó el mundo. El comienzo del tiempo
y del mundo es relativamente reciente, hace unos doce mil años cuando el
hombre identificó por primera vez tiempo con muerte física.
Antes de este tiempo solo existía el pasado que se
extendía hacia atrás, hasta la primera forma de vida sobre la Tierra. El
tiempo no es pasado; el tiempo proporciona el sentido de mañana o de
continuidad sobre la que se construye el mundo. Antes de la vida sobre la
tierra no solo no había tiempo, sino tampoco pasado - solo el presente, la
presencia, o el no-tiempo. El tiempo no es un proceso de cosas que se
establecen mejor, eso es progreso. El tiempo es un proceso de cosas que se
establecen gradualmente peor. Las cosas han ido mucho peor para el hombre y
la mujer o su amor desde que comenzaron a deslizarse imperceptiblemente en
el tiempo o en el autoolvido alrededor de 10.000 A.C. Podrías decir que esto
suena como un mito, es un mito pero no un mito como una fábula o una
ficción. Lo que te voy a describir ahora es la verdad. El mito, el verdadero
mito, es el único medio que hemos dejado para comunicar la verdad, el estado
original del hombre y la mujer sobre la tierra. Por favor permanece
receptivo y callado mientras puedes suspender tu mente crítica y escuchar
mientras esbozo para ti el mito o la verdad del hombre y la mujer, tu propio
estado original al que té estas esforzando por llegar viviendo y amando en
el tiempo hoy. Originalmente, hace alrededor de doce mil años, los cuerpos
individuales de los hombres y las mujeres estaban permanentemente rodeados
por una magnifica orbe o aureola dorada. Esta, irradiando del plexo solar,
se extendía visiblemente muy por encima de la cabeza adentro de la tierra y
hacia afuera más allá del alcance de los miembros extendidos. El orbe de la
mujer era de un dorado ligeramente más profundo que la del hombre, pero
ambas tenían la misma hermosa, sublime y deslumbrante cualidad. La mujer era
puro amor, el polo pasivo sereno del amor espiritual humano sobre la tierra.
El hombre el polo positivo activo, también era amor, pero no puro amor en el
mismo sentido. El era el amor de la autoridad pura, el principio masculino,
que era el guardián del amor, o de la mujer, o de la tierra. El amor de él o
de ella era responsable de mantener la cualidad divina, dorada del amor
entre ellos. El brillo de sus aureolas reflejaba en todo momento la
intensidad y la pureza de ese amor. Su acto de amor físico era extático. La
energía divina generada era tan poderosa que después de hacer el amor sus
cuerpos o halos se encendían con un esplendor increíble. Esta irradiación
autoluminosa del espíritu o amor creado en cada uno por la unión física era
la manifestación de su divinidad sobre la tierra. El hombre y la mujer al
principio del tiempo eran dioses, y ellos sostenían la consciencia y la
presencia de su divinidad, su no-temporalidad, haciendo el amor físico
divino.
El halo o la energía dorada era su medio de comunicación, juntos o
separados. Su alcance iba más allá de su contorno visible, y a través de
ella cada uno estaba en un continuo contacto imperturbado con el otro, en
silencio y quietud - esto es en la consciencia mutua del amor puro -. Con el
tiempo, cuando uno de los dos halos necesitaban regenerarse, el hombre y la
mujer se atraían juntos, hacían el amor como los únicos polos físicos de
consciencia sobre la tierra y se iluminaban y regeneraban de nuevo. El
regeneraba el amor de ella mientras que ella regeneraba el amor de él y su
autoridad. La comunicación entre ellos era tan completa que no había
necesidad de hablar. El hablar se desarrolló con el tiempo; en los hombres y
las mujeres, que al perderse ellos mismos en el tiempo dado a otras cosas, a
construir el mundo, comenzaron a olvidar amar - esto es, olvidaron como ser
ellos mismos todo el tiempo. El resultado fue que fallaron en hacer el amor
físico, divino. Sus halos o consciencia perdieron la conexión dorada y
tuvieron que empezar a hablar a través de la brecha desarrollada entre
ellos. Entonces, a través del habla, apareció los malos entendidos y la
emoción. Mientras el tiempo o la falta de amor invadían más el cuerpo del
hombre y de la mujer, el habla reemplazó la inmediatez y la plenitud del
amor y el vocabulario creció y creció. En vez de 'estar' en el amor, ellos
decían, 'te amo', y otros muchos sustitutos verbales para el amor. Algunos
individuos retenían la intensidad del halo más tiempo que otros, pero con el
tiempo o el pasado aumentando en cada uno, las cosas fueron inexorablemente
peor.
Varios miles de años después, la mayoría de los hombres y mujeres habían
olvidado como ser amor y como hacer el amor. No obstante realizaban
aparentemente el mismo acto físico, no podían liberar o generar la energía
divina y personificar en ellos mismos el espíritu viviente o la presencia de
amor, el no-tiempo.
Los cuerpos del hombre y de la mujer no estuvieron ya alineados en el amor
sino en el tiempo y la emoción. En vez de hacer el amor puro hacían amor
demandante, emocional. Y e vez de producir niños iluminados espiritualmente,
los producían emocionalmente dependientes.
La mujer, que una vez fue amor puro, ahora estaba confundida y descontenta
perennemente. El hombre, habiendo perdido su autoridad, ahora era impaciente
con ella y, tratando de encontrar un sustituto de su autoridad, se volvió
ocupado e inquieto perennemente. Más aún, careciendo de la autoridad para
controlarla, utilizó su fuerza física y económica superior para forzarla a
una posición social inferior, particularmente explotando el amor de su
juventud. Esto la enrabió tanto que engendró el demonio, quien mientras el
tiempo continuaba nunca olvidaría o perdonaría la injusticia de él y la
corrupción del amor. La carrera humana, la carrera en el tiempo, había
comenzado.
Varios hombres y mujeres, se abstuvieron deliberadamente de hacer el amor
físico, se las arreglaron para retener una habilidad parcial de amar
divinamente dentro de ellos mismos. Estos fueron los místicos, santos y
ascetas de todas las naciones. Volvieron su atención hacia dentro y amaron
las energías divinas en sus propios cuerpos.
Rehusando unirse con otros cuerpos, que ahora se llenaban con el tiempo y la
emoción en forma de descontento e inquietud, los místicos se mantuvieron a
sí mismos relativamente puros. No obstante, en relación con la plenitud y
riqueza de su irradiación original, la suya era una pálida y sesgada forma
de pureza. Negando la necesidad terrenal de unión con el polo o sexo
opuesto, la alternativa mística fue fundamentalmente exclusiva, egoísta e
innatural, por todo su idealismo y altiva devoción.
Como consecuencia, ello produjo seres humanos medio
integrados y solo parcialmente divinos. Las cosas fueron inequívocamente
peor. El resultado se reflejaba en los halos y orbes de estos hombres y
mujeres místicos. Sus halos se habían encogido gradualmente en tamaño e
iluminación a un pequeño círculo de luz alrededor de la cabeza. Tú lo verás
hoy representado en viejas pinturas e iconos, particularmente de los santos
cristianos. Estos encogimientos, halos en miniatura solo muestran lo
restringido que se había vuelto en el tiempo la idea del hombre del amor
sobre la tierra o del amor terrenal. Excluyendo todo el cuerpo de él o de
ella de la unión divina con el sexo opuesto sobre la tierra, y basando el
amor solamente en la abstracción de la mente, el halo se redujo para
envolver solo la cabeza, o a lo más la parte superior del cuerpo. Se podría
argumentar que los místicos y santos, debido a la irrupción del tiempo, no
tuvieron más elección que seguir el camino del celibato. Al menos de esa
forma se las arreglaron para mantener algo del amor puro y divino sobre la
tierra, hasta que la santidad mística misma casi desapareció bajo el peso
del tiempo. Pero realmente la opción que eligieron, no hacer el amor, o su
interpretación de ese impulso, fue una gran tragedia para la raza humana.
Los místicos y los santos solo habrían salvado el día, o el mundo, si
hubieran actuado de forma diferente o más generosamente.
A pesar de su amor divino, los santos célibes, como el resto de la
humanidad, estando hundidos por el tiempo, habían olvidado realmente como
hacer el amor físico y no se daban cuenta de ello. Y eran muy emocionales
acerca del amor. Habían hecho una virtud de su olvido. Perplejos y cargados
de culpa por el poder de sus propias pasiones implacables, la mayoría de los
santos cristianos denunciaron ardientemente el acto de amor físico, y con
todo tipo de razones erróneas. La verdad es que fueron ellos quienes no
amaron suficiente - no amaron a su prójimo con suficiente intensidad dorada
como para sumergirse en la mente divina con sus propios cuerpos a través de
la cópula y recordar así como hacer el amor sobre la tierra para dar una
guía o algún tipo de ejemplo inspirado. Eso era demasiado autosacrificio.
Por eso, como la muchedumbre que gritaba, ¡crucifícale!, ellos también
condenaron el amor al que temían y no comprendían.
Los santos permanecieron apartados de la humanidad. Ellos eran compasivos y
cuidadosos con los sufrimientos superficiales de la humanidad, la pobreza,
la enfermedad y la violencia, pero siempre evadían el problema central del
amor físico, la causa de la mayor infelicidad sobre la tierra, incluyendo la
de los santos mismos. (Ver el folleto: TECNOLOGÍA DEL CAMPO PSÍQUICO
ARMONIZADO escrito por el Respetable Bhàva Jñàpika Satya Gurú).
Incluso Jesucristo, si creemos a sus intérpretes, evitó el problema
completamente y no dejó una palabra de auténtica guía para la humanidad,
cuya constante preocupación, ahora y entonces, es tratar de hacer el amor
físico. El Mesías, por su evidente omisión de la sexualidad en sus
enseñanzas, tiene mucho que responder, ¿verdad? Si crees en sus intérpretes.
Los santos mantuvieron sus manos limpias de la auténtica porquería del amor
donde hombres y mujeres ordinariamente tienen que vivir. ¡Dios es
suficiente!, decían. ¿Es eso verdad si no eres un santo? ¿Es eso verdad para
ti? O tu deseas hacer el amor y tal vez sentir algo divino y puro en ello,
que sabes que debe estar ahí y debe ser encontrado. Los santos nos
abandonaron; abandonaron este bendito planeta tierra. Ellos optaron fuera de
la realidad del amor sobre la tierra e hicieron su amor en algún otro lugar
donde no hay necesidad de amor, el amor se necesita aquí por otro lado es la
fuente de amor. Si quieres escapar hacia Dios en tu amor y dejar atrás al
hombre y a la mujer, entonces Dios te ayuda. Tendrás que volver para hacer
enmiendas y ver el error de tu amor como todos los santos deben hacerlo en
el tiempo.
El hombre y la mujer necesitan este amor, este Dios de amor, en lo más denso
del aquí en la tierra y no en cualquier otro lugar donde todo esté preparado
y ellos no estén. Y sólo tú y yo podemos hacer ese amor, ese Dios, aquí. Es
esta falta de amor, o falta de Dios entre nosotros la que ha traído al mundo
hoy al borde de la aniquilación por sus propias manos. Además, estos santos,
hombres y mujeres alejados de este mundo, cargaron sobre la humanidad sus
propias culpas horribles: que hacer el amor era pecaminoso, un pecado por el
que arderían en el infierno. ¿Cuántos billones de chicos y chicas inocentes,
de hombres y mujeres han sufrido el infierno en la tierra de la culpa
sexual, y todavía la sufren debido a la falta de coraje de todos los santos
para amar? "Dios me hizo célibe" - oraba San Agustín. ¿Por qué no le pidió a
Dios que le mostrara porque amaba tanto a la mujer que no podía quedarse
apartado de ella? ¿En lugar de pedir por un ideal intelectual que no era
verdadero? ¿De dónde le vino la idea que, de todas formas, él debería ser
célibe?. Sin duda de algún otro santo o sacerdote torturado.
Por eso los santos, místicos y ascetas de todas las
naciones abandonaron a la pobre masa luchadora de seres humanos que estaban
luchando contra el tiempo, y todavía lo están, para hacer el amor o la paz
unos con otros.
¿Alguna vez te dijo un santo como hacer el amor, lo cual es el origen de
todo amor sobre la tierra, incluso el amor de Dios? ¿no hemos nacido todos
nosotros, incluido los santos, de ese acto de amor? ¿Es justo ignorar el
sentimiento físico más dulce y natural que pueden producir dos seres humanos
juntos sobre la tierra como significante de una realidad posible? Los santos
nos dijeron que amaramos a Dios, lo cual nadie sobre la tierra puede hacerlo
posiblemente por un acto de voluntad. ¿Cómo puedes amar si no amas? ¿qué
tipo de exhortación es esa? ¿Qué dirías si te dijera: 'Siente hambre! cuando
no estás hambriento? O tal vez te han dicho que amaras a todos. ¿Cómo puedes
amar a todos? ¿Amas a todos, realmente lo puedes hacer? ¿Son todos tan
queribles? ¿Realmente amas a tus enemigos? ¿Le dijiste hoy, no la pasada
Navidad, a tus hijos que amaran a las personas que les pegaran o les dieran
puñetazos? Cuando hoy se cruce alguien contigo, mira si lo amas. Seamos
sinceros, honestos con nosotros mismos. Amaríamos a todo el mundo, pero
¿podríamos tan sólo empezar con nuestra pareja? Tal vez dirás que esta es la
tarea, amar a todos a pesar de las tendencias no amorosas naturales de uno.
No hay tarea, no hay obligación ni penalidad en el amor. Tratar de amar como
una tarea es seguir el camino alejado de este mundo de la culpa y la
vergüenza propia. Esa no es la forma de empezar a amar. Tu empiezas a amar
haciendo el amor, que es lo que tu y todos más desean de cualquier modo
sobre la tierra. Pero debes aprender a hacer el amor correctamente, sin
autoindulgencia, sin buscar la satisfacción emocional y la autogratificación.
Después de que hayas aprendido a hacer el verdadero amor físico y hayas
empezado a restaurar tu halo dorado, descubrirás entonces cómo amar a tu
prójimo, a tus enemigos, a Dios y a ti mismo.
Pocas mujeres han integrado la mitad superior del cuerpo, por encima de la
cintura, con la mitad por debajo de la cintura. La mitad superior, el torso,
donde están localizados los pechos y el plexo solar, vibra con una energía
muy fina de amor. Este es el amor más fino en el cuerpo. El proporciona
leche al bebe y retiene lo que es amor en el seno sin tinte de sexualidad.
Este amor se siente a menudo como el anhelo por lo inalcanzable, la añoranza
por la pureza y la belleza idealista. Es el impulso que está detrás de toda
la idea del amor Platónico. Esta parte superior del cuerpo es el polo
superior del amor.
El polo inferior del amor por debajo de la cintura se
focaliza en los genitales, pero la energía de este amor está continuamente
presente, aunque imperceptible normalmente, en la parte baja de la espalda,
en la base de la columna, muslos y piernas. Si te estás muy quieto, aislarás
finalmente la diferente sensación de esta energía. Cuando se percibe como
tal, sin asociaciones emocionales o sexuales, esta energía de amor más baja
se siente que es justo tan pura como el amor más alto, solo que como una
sensación más tangible y con mas grano. Pero eso no le quita mérito a su
pureza y belleza esencial, porque esta energía, subiendo por las piernas
desde la misma tierra, es pura vitalidad o fuerza vital antes que la emoción
como sexualidad o sentimiento haya entrado en ella.
La función del hombre, como principio masculino, es unificar estas dos
polaridades de amor en la mujer, para que todo su sistema fluya libre y
satisfactoriamente con el amor divino. Por esta unión de la división
superior e inferior del cuerpo humano, esto es, lo ideal y lo terreno, lo
inalcanzable y lo alcanzable, se produce la única corriente de amor divino,
o la energía dorada radiante. Cuando esto se consigue plenamente, la mujer
se reúne con su verdadero ser - física, psicológica y espiritualmente. Su
descontento se desvanece y ya no es dependiente de su trabajo, arte,
maternidad o cualquier otra actividad externa, para darse un sentido de
satisfacción o propósito. Ella puede estar dedicada a esas ocupaciones, pero
ya no estará apegada a ellas como una necesidad. Toda la motivación sexual
de la mujer es hacer la conexión divina a través del hombre. Su deseo de
tener niños es secundario y un sustituto de lo otro. Debido a que muy
raramente se hace la conexión divina, ninguna mujer hoy es ella misma. Ella
permanece mayormente en la romántica mitad superior de su cuerpo, anhelando
lo inalcanzable y ocupando de forma periódica o promiscuamente la mitad
inferior en el sexo, en un empeño fútil de hacer la conexión.
Pero ella la evade. Por lo que permanece virtualmente dividida en sí misma,
dos personas, hasta que finalmente apartada del sexo por la desilusión o la
vejez, vive una forma de media vida de amor idealizado dentro de su mitad
superior. La frigidez en la mujer se debe a una falta de unión del amor en
su propio cuerpo. Ello también ayuda a causar impotencia en el hombre, o a
su incapacidad para conseguir la erección. Mientras procedemos se aclarará
más como superar estos problemas.
Para que el hombre y la mujer de hoy hagan el amor hermosa y divinamente se
requiere que cada uno induzca un cambio fundamental en el pene o la vagina.
Tanto el pene como la vagina, o, más específicamente, aquella parte del
cerebro que los controla, tienen que ser liberados conscientemente de la
emoción o de la inconsciencia del pasado, esto es, de todos los hábitos,
malas concepciones e ignorancias ganados, acerca de hacer el amor a través
de la experiencia pasada.
La experiencia es el pasado. Podemos aprender de la experiencia cualquier
cosa excepto cómo hacer el amor. El amor no viene de la práctica o la
experiencia. El amor es. El cuerpo no tiene que aprender cómo hacer el amor;
él hace el amor de forma natural. Lo que aprendemos de la experiencia de
hacer el amor no es como hacer el amor sino como cuidarnos a nosotros
mismos, cómo proyectarnos y protegernos a nosotros mismos al mismo tiempo de
forma astuta y segura. Esto por supuesto es compromiso; no puedes protegerte
a ti mismo, contenerte en cualquier manera, y hacer el amor. Pero así es
como todo el mundo hoy hace el amor. La experiencia, el pasado, nos ha
enseñado a ser cautos, a no dar todo de nosotros mismos o podríamos perder
algo, podríamos hacernos daño, por lo que todos jugamos seguro. El miedo es
abundante. Y en cualquier caso, ya no sabríamos como dar todo al hacer el
amor; también hemos olvidado eso. ¿Con cuánta frecuencia siente la gente en
el amor el impulso estremecedor de darlo todo, de querer abrirse ellos
mismos rasgándose, y sin embargo no pueden? Debes haber tenido ese
sentimiento alguna vez. ¿Serías capaz de dar todo a tu amante ahora, en este
momento, si tuvieras la oportunidad? La respuesta es no. Tienes la
oportunidad de hacerlo cada vez que haces el amor, y todavía no telas has
arreglado, ¿o no? Hacer el amor hoy es un compromiso, la aceptación de lo
mejor que se puede esperar o hacer en las circunstancias. Y ello produce, a
lo más, para los amantes el mejor sentimiento que puede esperarse del
compromiso - satisfacción, un pobre sustituto de hecho para el continuo y
glorioso sentimiento del amor físico hecho y dado sin autoconsideración, sin
compromiso, sin contenerse, sin protegerse mientras se expresa uno mismo.
Este sentimiento drogal de la satisfacción que pone a todo el mundo a dormir
después de hacer el amor está personificado en el mundo, por el dios, hecho
por el hombre, del amor: orgasmo. El hombre es un loco del orgasmo. Y la
mujer, la diosa del amor misma, infectada e inflamada por la locura
masculina, ha empezado a adorar el falso Dios.
¡Cómo si llegar fuera un signo de amor! Cualquier animal puede estar hecho
para llegar sin ningún signo de amor, pero tu no puedes hacer el amor sin
amor. Por eso dejemos de engañarnos a nosotros mismos o ser engañados por
más tiempo. Si tu quieres un orgasmo ve y mastúrbate. Si quieres amar,
continua escuchando.
El llegar del hombre, antes de que haya hecho el suficiente amor para
recoger las divinas energías de la mujer, es una glotonería sin amor. El
llegar en la mujer es fácil y natural, dulce y conveniente, si solo el
hombre y la experiencia de autoprotección de ella le diera a ella la
oportunidad de ser natural y llegar de forma natural.
Pero el hombre, a través de su egoísmo a lo largo de
los años y de la inocencia de la mujer, le ha enseñado a ella, engañándola
para perseguir el orgasmo desviando su atención del amor que el no puede
darle. Si estás persiguiendo un orgasmo, no puedes ser consciente del
sentimiento de amor. Si eres un hombre que estás tratando de esperar un
orgasmo, tampoco puedes ser consciente del amor. Si eres una mujer y crees
que el orgasmo es importante al hacer el amor y parece que tu no tienes
ninguno, te sentirás depravada, culpable, y no puedes conocer el
sentimiento de amor. O, como mujer, tu podrías renunciar de tratar de
encontrar el amor volviendo la espalda al acto del amor, como hacen muchas
mujeres, y de nuevo perderás la maravilla y la gloria del amor y de ti
misma. Cuando la mujer ya ha aprendido a no tratar de hacer el amor,
cuando ya no se siente atraída o engañada por el orgasmo, y rehusa copular
con un pene emocional, cuando es lo suficientemente pura para estar
presente como ella misma en el acto del amor, sin ningún pensamiento en la
cabeza, tendrá un orgasmo natural y sin esfuerzo. Ella no tendrá entonces
que tratar. El sucederá bella y deliciosamente a través del poder del
amor, el poder del pene amoroso profundamente dentro de ella. Hoy ella
puede tener de hecho un orgasmo y apenas sentirlo. La capacidad de sentir,
la consciencia de amor está fuera de su vagina. Está tan cargada de
pasado, tensión y emociones que ya su conciencia no puede llegar
completamente allí abajo, especialmente arriba en la mitad superior cerca
del cervix. Ella ha sido virtualmente desensibilizada allí, y ello empeora
con cada generación.
Efectivamente, la mujer tiene una sensación más placentera en la parte
baja de la vagina que en la parte alta. Debido a que el hombre ya no puede
llegar a la parte más profunda de la vagina en el amor, cerca del jardín
espiritual donde la diosa verdadera reside, y permanecer allí el tiempo
suficiente y con la autoridad suficiente para hacer lo que se supone debe
hacer, él ha traído virtualmente la sensación y el orgasmo de ella abajo
hacia el frente de la vagina. El ha concentrado la consciencia de ella
alrededor del clítoris que está cerca de la salida. El ha hecho esto de
dos formas: eyaculando persistente y precozmente inmediatamente después de
entrar y estimulando persistentemente el clítoris con sus dedos para
compensar el orgasmo que ella no tiene. El ha hecho gradualmente del
compromiso y la satisfacción del clítoris, el premio de hacer el amor.
Ella sabe que eso no es amor pero, ¿qué otra cosa puede hacer? ¿qué otra
cosa hay?
Además, debido al fracaso del hombre para amarla apropiadamente ella a
veces se masturba con el clítoris como él le enseñó. Ella no haría esto si
fuera amada. Ella no tiene la misma compulsión de masturbarse como él la
tiene para aliviar su agresión sexual. Ella se habituó a través de él.
Sólo el pene y no los dedos o cualquier otro recurso
puede amar a la mujer. Sólo el pene viviente en el cuerpo del hombre fue
diseñado para servirla. Sólo el pene - un pene desinteresado, apasionado,
paciente y amoroso- puede devolver a su lugar al orgasmo donde el debe de
estar, donde sucede de forma natural, o no sucede, sin ninguna emoción
perturbadora, ya que la mujer sabe por el sentimiento y la consciencia en
su vagina, que ella está siendo amada.
El orgasmo es un final, un final emocional. El acto de amor no tiene fin.
Los verdaderos amantes continúan haciendo el amor hasta que finalmente,
tal vez horas después, el cuerpo del hombre eyacula natural y
conscientemente, o la pareja se aparta y hace el amor horas después, o al
día siguiente, o el siguiente, o el siguiente... sin que el hombre tenga
que llegar necesariamente.
El orgasmo es parte del acto del amor. Pero aquel esta verdaderamente
debajo de la belleza y del propósito de éste, le sucederá debidamente a
los dos, si los dos están lo suficientemente presentes y ocupados en solo
hacer el amor.
La mayoría de las experiencias de las mujeres al hacer el amor está llena
de frustraciones. La mayoría de la experiencia de los hombres consiste en
la excitación con la perspectiva de la eyaculación. Entre los miedos
subyacentes de ella, sus reservas y esperanzas basadas en la experiencia
pasada, y la excitación danzante de él, también basada en el pasado,
existe muy pocas oportunidades de hacer un verdadero amor entre los dos en
el ahora o el presente. Se producirá más emoción que amor.
Tratando de repetir una buena experiencia sexual, como llegar, nos hacemos
expectantes o emocionales. Y tratando de evitar la repetición de una mala
experiencia, nos hacemos emocionalmente cautelosos. En ninguno de los
casos podemos hacer el amor.
Y la asombrosa verdad que no comprendemos es que la emoción producida en
lo que se supone que es hacer el amor aflorará en nosotros en cinco
minutos, horas o días, y ocasionará un ataque de depresión,
particularmente en la mujer. En el hombre, el movimiento aflorará como
irritabilidad, cólera o conducta agresiva, y probablemente lo liberará más
adelante masturbándose.
El cambio fundamental en el pene y en la vagina que es necesario hoy para
hacer el amor hermosa y divinamente tiene que ser efectuado por el hombre
o la mujer aprendiendo a volverse consciente, esto es, permanecer
psicológica y después espiritualmente presente durante el acto de amor y
los preliminares. Hoy, debido a la acumulación masiva de pasado e
inconsciencia en sus cuerpos, el hombre y la mujer hacen el amor sobre
todo en un estado de sueño, inconsciente. Lo que sucede es que las
emociones que surgen de su amor sexual excitan las emociones. Estas
emociones, la experiencia pasada acumulada de la persona del deseo o
anhelo sexual, atraen su atención o su consciencia atrás hacia el pasado
como imágenes o formas de fantasía. Entonces, estando inmersos en ese
pasado, ellos se recortan como seres conscientes del amor que sus cuerpos
están haciendo en el presente. Psicológicamente están ausentes del evento,
ya no están presentes, no realmente con su pareja. Ellos se han ido a la
deriva, a su propio mundo. Tu debes haber observado esto en tu acto
amoroso - posiblemente en ti mismo, pero particularmente en tu pareja. En
estos momentos cuando has estado conscientemente presente haciendo el
amor, y todo el mundo está de vez en cuando, habrás notado que tu amante
se ha desmayado en una forma de euforia personal. Ellos no están contigo
haciendo el amor, aquí, ahora. Ellos están claramente ausentes del
presente donde tú estás. Ellos se han vuelto autocontenidos. No es
improbable que hablando con alguien de pronto percibas que no te está
escuchando, ya no está contigo. Están a miles de millas pensando en alguna
otra cosa. En suma, tu amante te ha dejado - así como así, fuera en el
frío. Por lo cual tú, en vez de permanecer solo allí afuera haciendo el
amor, te esfuerzas tan rápido como puedes para volver a tu propio estado
de sueño personal, para perderte a ti mismo también en tu pasado
emocional. Haz esto, notarás, a través de la imaginación, utilizando la
imaginación sexual o erótica, la cual de nuevo excita las emociones. Y
enteramente navegas en el país del ensueño. En vez de dos estando juntos
en una unión física consciente, que es el propósito de hacer el amor,
estás ahora apartado en mundos de ensueño. El acto de amor es
autoorientado, autoindulgente y autogratificante. Los dos os habéis
prestado la vagina o el pene del otro para hacer el amor con vuestras
propias emociones, vuestro propio pasado.
En tal encuentro aislado aunque normal, no hay una unión consciente, sin
tiempo, del principio masculino y femenino, no hay realización de la
consciencia o el amor mismo, no hay unión de los dos únicos polos de la
divinidad sobre la tierra en la presencia única, inefable, divina,
realizado como tu propia realidad, el espíritu sublime y desinteresado de
amor y vida. Debido a que se hace más emoción o ego que amor, y debido a
que la emoción o el ego aísla, tal acto de amor empuja gradualmente aparte
a la pareja. Ellos se cansan sexualmente el uno del otro y la magia se
desvanece. El acto de amor se vuelve habitual, una obligación o una
liberación emocional, no es improbable una explosión de ira, y la
desavenencia, el descontento y la inquietud aumenta.
La interacción del pene y la vagina genera amor. Este amor es la sensación
más intensamente gozosa en el cuerpo humano. Sin embargo, la intensidad
del placer en el amor es severamente reducida por la existencia de emoción
o pasado en los genitales. Cuanto más emoción o pasado haya allí, mayor
adormecido y distante es el sentimiento o amor de la persona y su
percepción del significado del amor.
Puesto que hoy cada pene y vagina está más o menos infestados con la
emoción o el pasado, nadie sospecha que la sensación corporal deliciosa
normalmente sentida en el acto de amor ya está torcida y amortecida. De
aquí, que a nadie se le ocurra buscar una esencia alcanzable de forma
natural, que está disponible a todo hombre o mujer que pueda liberar el
pene y la vagina del pasado y ser por tanto consciente de la presencia
divina o consciente, en el acto amoroso. Me estoy empeñando en conducirte
a ti, y espero que a tu pareja, hacia este extraordinario estado humano
original de ser y de entendimiento. Por eso voy a decir unas cuantas
palabras más sobre el sentimiento y la percepción de él.
Un pene y una vagina que se liberan de la emoción o del pasado comienzan a
hacer juntos un amor extático. La sensación y la percepción es tan
elevada, que al principio uno puede sentir la posibilidad de perder la
consciencia, debido a que el placer parece casi insoportable. A medida que
el proceso continúa, uno se vuelve consciente de estar completamente
presente como la consciencia del amor divino que se hace. No hay límites a
la amplitud de la alegría y del ser y a la inmediatez del espíritu que se
sabe que es la unión de ambos y de uno mismo en la presencia divina.
Y porque es solo amor y no emoción o imaginación lo que se está haciendo,
y como el amor a diferencia de la emoción o del orgasmo no tiene final, la
misma delicia espiritual y física está presente en los sucesivos actos de
amor juntos. En otras palabras, el acto amoroso no varía; tiene solamente
subidas y no bajadas, no estados de ánimos, no confusiones, no desastres
emocionales personales o asociados. El mejora y mejora, más y más puro,
más divino y más real, más consciente, más presente, más asombrador y
maravilloso en su percepción sublime de amor, divinidad, y propósito
eterno. Pero, como apreciarás, esto no sucede fácilmente. Mucha muerte
emocional e intelectual tiene que darse. Ello lleva trabajar mucho y duro
contigo mismo y juntos. Pero el punto está en que puede hacerse.
Mientras continuamos bajando a las practicidades de hacer el amor, quiero
recordarte que el pasado es emoción, que cuando tus palabras o
sentimientos vienen del pasado, de un momento antes que ahora, estás
siendo emocional.
Tu no eres sincero, no eres tú mismo, por lo que no
puedes ser o hacer el amor.
La emoción, de hecho, es la sustancia de todo deseo sexual pasado que
hayas tenido desde tu adolescencia, se ha alojado y se ha acumulado en tus
genitales o aquella parte del cerebro que los controla. Ellos se acumulan
allí como una tensión insospechada. En las mujeres esta tensión se
manifiesta como una sutil tensión o estrechez en la vagina, en el hombre
como un endurecimiento del pene, expresándose como erecciones
involuntarias durante el día o la noche. En ambos sexos esta tensión
genital causa prácticamente toda la inquietud, pesadez y descontento. Una
vagina emocional, que es toda vagina hasta que no se la haga sin emociones
o sin pasado amándosela hermosamente y sin deseos, está
imperceptiblemente rígida, musculosa, expectante, autoguardándose,
estrechamente receptiva y tensa.
Una vagina que ha sido usada por numerosos
penes emocionales empieza a reaccionar como penes mismos, volviéndose
dura,
ambiciosa, y predadora. Ella se concentra en el orgasmo, no en el amor. A
medida que va siendo liberada de la emoción por un pene que se desarrolla
en amor y conciencia, la vagina se vuelve complaciente, tierna, dadora,
simple, fácil, no demandante y tranquila.
El orgasmo femenino de amor es esencialmente pasivo e inocente. Aprende
sus malos hábitos del masculino. El pene es el gurú o profesor de la
vagina para lo bueno o lo malo. Durante la penetración, una vagina que se
ha hecho hambrienta por un pene erróneo, genera muy poca consciencia de
amor para la mujer misma, porque la consciencia o placer engendrado está
basado en una satisfacción temporal, emocional. Esto le ocasiona a ella
una profunda infelicidad interior. El que ella sea o no promiscua, lo cual
es solo una búsqueda desesperada de amor, es irrelevante. La vagina
responde de acuerdo a la energía de lo que previamente le ha entrado o
informado. El contacto con un pene purificado de la emoción, o que ha
empezado a purificarse, comienza a purificar el proceso en la vagina.
Incluso hoy una vagina virgen está relativamente tensa con un pasado
personal o emociónal. Esto proviene de las imaginaciones emocionales o
sexuales y de la experiencia relacionada, que puede incluir la
masturbación y el manoseo masculino. Aquí, también, tan pronto como la
virgen es agradablemente penetrada por el pene - esto es, cuando el dolor
del entrar que la mantiene temporalmente en el presente cesa - utilizará
está sensación placentera para soñar con aquellas viejas imaginaciones y
emociones y fracasar en permanecer con la maravilla del amor hecho por su
vagina en el presente. La tensión básica de la vagina virgen, sin embargo
se debe a la ignorancia de amar. Una vez, cuando el tiempo y la raza
humana eran jóvenes, cada mujer virgen comprendía el amor porque ella era
amor. No había ignorancia del amor en su consciencia ya que no había
emoción en su vagina. Su falta de experiencia física no ocasionaba tensión
porque comprendía el amor antes de haberlo hecho, algo que no podemos
concebir hoy. Ella estaba libre de la ignorancia emocional de las
imaginaciones irreales del amor a las que se entregan hoy todas las
vírgenes.
Hoy las vírgenes especulan automáticamente o fantasean sobre el amor
porque ya no comprenden el amor o a ellas mismas. Tampoco ha habido
profesores, gurús auténticos, sobre la tierra que les hablen y les
instruyan antes de que reciban impresiones erróneas a través de la
experiencia física. Sin la comprensión del amor, las vírgenes empiezan a
imaginar lo que es el amor físico y eso genera emoción vaginal, tensión o
histeria. Hoy, con tanto pasado racial o tiempo en el cuerpo humano, la
vagina de la niña ya es potencialmente emocional en el nacimiento. Después
de la pubertad, cuando la vagina virgen es penetrada, informada o
energetizada por un pene emocional, el potencial emocional de la niña se
actualiza, y entonces se sigue de los problemas predecibles y usuales
entre ella y el hombre. En el amor sin emoción no hay problemas de amor
entre hombre y mujer.
Debes comprender el pene y la vagina espiritualmente. Ambos son órganos
espirituales y juntos son los medios de todo amor sobre la Tierra. Si el
amor es Dios - si el amor es nuestra divinidad o la excelencia de la vida-
entonces el pene y la vagina son los medios de esa excelencia. Cada hombre
y mujer, cada percepción de amor y belleza sobre la tierra, surge de la
unión del pene y la vagina. El amor homosexual, como todo amor, es un
intento de volver al estado divino donde los principio masculino y
femenino están unidos, el estado de unión que trasciende las personas y el
amor personal.
El pene es el órgano e instrumento perceptivo más fino en el cuerpo
masculino. Tiene conocimiento y conciencia de sí mismo. Es el órgano
positivo-activo de amor sobre la tierra. Sabe exactamente como hacer el
amor y que hacer dentro de la vagina. El hombre tiene que aprender a ser
su pene durante el acto; para hacer el amor adecuadamente, tiene que
entregarse a su inteligencia más grande. En el presente el hombre fuerza
su inteligencia inferior emocional, obsesionada con el sexo, sobre él, con
el resultado de que el pene no puede hacer el trabajo que se supone.
Sin embargo, ocasionalmente, en un acoplamiento normal la consciencia del
pene puede tomar posesión y el acto de amor es sorprendentemente bueno y
verdadero, pero eso es la excepción. La mayoría de las veces el acto de
amor varía de satisfactorio a mediocre a través de un no evento o
desastre, debido a que el pene es utilizado como un instrumento de
gratificación por la obsesión sexual o la agresión emocional del hombre y
el olvido de sí misma de la mujer.
La cavidad vaginal representa el vacío en la mujer, su anhelo racial,
eterno de ser llenado con amor. El pene permanece como el único amor que
puede llenarlo, y hasta que el pene no esté allí el hombre y la mujer no
pueden estar contentos. El pene dentro de la vagina simboliza el relleno
del enorme hueco que se ha desarrollado en el tiempo entre los dos sexos -
la brecha que creó el mundo y a través de la cual el mundo continúa
viniendo al nacimiento. El canal vaginal a la existencia está entonces
sellado; la cavidad y su masa pérdida se han encontrado uno al otro y
están completos. La existencia como la búsqueda para la unión por los
errantes masculino y femenino ya no es necesaria. Pero la vida como
nacimiento y muerte continúa; incluso en unión el pene y la vagina están
sentenciados a separarse, por arriba el lugar de unión es el útero - el
útero y la voluntad de creación. El útero o la voluntad es la fuente de la
existencia y no permitirá que el hombre y la mujer descansen mucho tiempo
juntos sobre la faz de la tierra. El útero o voluntad nunca puede ser
llenado en paz como puede la vagina, porque el útero demanda nacimiento y
existencia, no descanso. Por eso, incluso como hombre y mujer, el pene y
la vagina, encuentran descanso y terminación mutuamente, el útero succiona
dentro de él las semillas de la vida - y otra parte ausente inquiera, otro
pene o vagina, nace.
El pene solo es feliz cuando está erecto dentro del vacío vaginal de la
mujer. Cuando está erecto en el vacío del espacio fuera de la vagina, el
pene está impaciente, excitable y emocional. En este estado innatural,
esta naturalmente considerado por la sociedad como obsceno y a menudo por
ambos sexos como amenazador. Esto es porque el pene erecto fuera de su
natural hogar vaginal es una proyección de la emoción agresiva o de la
imaginación, y para cualquier hombre tal erección es demandante e
incómoda. Frecuentemente tendrá que masturbarse para liberarlo de su
existencia solitaria y fuera de lugar. Si la naturaleza básica de la mujer
es amor, ¿qué ha sucedido a ella? ¿porqué frecuentemente está tan
confundida y poco amorosa? ¿cómo contribuye ella exactamente a la
eyaculación precoz de su amante? ¿y a su impotencia, a su incapacidad de
llegar a la erección? Porque ella también hace eso.
Durante milenios, el hombre con su pene ha hecho gradualmente a la mujer
como él sexualmente. El ha inducido en ella una emocionalidad sexual como
la masculina, una personalidad sexual forastera, que ya ella no puede
distinguirla de la suya. En vez de permanecer el principio de amor
femenino, negativo, pasivo, sereno y puro, ha asumido, bajo la tutela
sexual de él, una instancia parcial masculina, activa, positiva,
completamente opuesta a su verdadera naturaleza. Por debajo ella permanece
mujer pura, amor puro - si puede alcanzar allá abajo a su verdadero ser-
pero en sus proyecciones sexuales superficiales es ahora parte masculina.
Un resultado de esto es que en su liderazgo para hacer el amor su
emocionalidad masculina se excita como la de él. El efecto inmediato sobre
ella es despreciable, pero sobre él es eléctrico. Tan pronto como el pene
hace contacto con su cuerpo, estas vibraciones masculinas altamente
cargadas se precipitan desde ella hasta él como una onda de excitación y
él eyacula precozmente. El otro problema masculino, la impotencia - no ser
capaz de tener una erección - está causado por la falta de amor o
consciencia por parte tanto de
la mujer como del hombre.
Ambos tienen la culpa. Detrás de esto hay un hecho
crucial a recordar: el pene se erecta o por emoción o por amor. Sin
emoción o amor no se pondrá erecto. Esto sucede frecuentemente cuando las
parejas se aburren físicamente el uno al otro y tienen relaciones por el
sentido del deber. Si no hay impulso emocional así como amor, conciencia,
entre ellos en ese momento, el hombre no podrá tener una erección. Pero si
tiene impulso emocional aunque no tenga amor, no tendrá problemas para
tener erección. Un
pene emocional no necesita amor para tener sexo, como toda mujer sabe,
pero
ello será probablemente un asunto unilateral.
El pene se pone erecto emocionalmente para gratificarse a sí mismo, para
liberar el deseo sexual, enjaulado o la agresión que surge de la obsesión
imaginativa del hombre con el sexo. Si la mujer se puede poner en la misma
condición mental, y ella puede debido a su lado artificial masculino,
serán capaces de gratificarse mutuamente. Pero ello no será amor. La
impotencia no existe en el sentido de signo de deterioro o deficiencia
masculina. Muchos jóvenes saludables sufren de impotencia.
Tampoco es psicológica en la forma en que la explican los médicos. La
impotencia está causada sólo por la falta de emoción o de amor. Por eso
cuando un hombre se hace viejo y el vivir le ha golpeado parte de la
excitación emocional fuera de él, y debido a que para entonces sea muy
frecuente la falta de amor en su cuerpo o en el de la mujer en el acto
amoroso, es más probable que sea incapaz de tener una erección. La
impotencia, o no-erección, es el estado natural del pene fuera de la
vagina. Es la agresión sexual, emocional la que fuerza una erección fuera
de la vagina. Un pene que sólo responde al amor únicamente tiene una
erección completa dentro de la vagina o justo antes de entrar en ella.
Esto es por lo que un pene amoroso consigue una erección pura para
realizar el trabajo para el que fue creado - para hacer el amor. Y aquel
se hace dentro de la vagina, no fuera en alguna mujer imaginada, o
excitación o condición inducida mentalmente. Una vagina amorosa no tiene
dificultad en admitir un pene flojo, completo, amoroso, que se volverá
inmediatamente firme y autoritariamente erecto para el propósito de amar.
Sin embargo - y esto puede ser importante para el hombre que está
intentando purificarse a sí mismo- un pene puro y amoroso no es capaz de
conseguir una erección si no hay amor, o el amor es insuficiente, en la
vagina de la mujer en ese momento; es decir, si ella está soñando,
emocionalmente distraída o demandante sexualmente. Tal hombre no usa la
imaginación como la hacen otros hombres. El hombre amoroso encuentra
estímulo suficiente en el momento, en el presente, con la mujer con la que
está. La pureza del amor está más allá de la necesidad de imágenes
imaginadas y de artificios que requieren del sexo emocional.
La mujer ha aprendido a hacer el amor
de hombres que no saben como hacer el amor. El resultado es caos y
confusión. Desde el comienzo del tiempo se la ha manipulado y animado para
sentir que la expresión más fina de su amor es complacerlo a él
sexualmente. La verdad es al revés: la expresión más fina del amor es para
el hombre deleitarla a ella sexualmente. Esto solo lo puede hacer cuando
pueda olvidar su preocupación con el orgasmo y esté lo suficientemente
presente en el amor o el altruismo para recoger y recibir las energías
divinas de ella, su expresión más fina de amor. Al enseñarle a ella a
complacerlo y satisfacerlo, a través de los años, él ha enseñado a
desearlo, a proyectarse a ella sexualmente. Esto la lleva a elegir al
hombre que quiere. El deseo y la elección surgen de la emocionalidad
masculina, el principio activo de partida que hizo del mundo lo que es.
Por lo que ella elige a su hombre con sus vibraciones inducidas masculinas
y, casi invariablemente, es la persona errónea. La mujer como ser
verdadero no desea al hombre. Ella no lo necesita. Ella es el principio
pasivo, de atracción. Ella como verdadero ser, es como un imán viviente,
irresistible, que sin elección ni error atraerá hacía sí el hombre
verdadero que la amará verdadera y divinamente. A diferencia del
hombre, la mujer en su verdadero ser puede existir sin penetración sexual
o masturbación. Ella espera el amor, no el sexo. Los bebés han sido mucho
tiempo su sustituto racial para el amor en el sexo. La única razón por la
que ella empezó a irse a un sueño al hacer el amor en primer lugar fue
para escapar de su creciente falta de amor. La mujer solo anhela al hombre
cuando se identifica con su forzada emocionalidad masculina. La ninfomanía
es una proyección y una invención totalmente masculina, como los sex-shops,
la pornografía y la prostitución. La mujer ha sido totalmente engañada
sexualmente por el hombre, lavada el cerebro de forma patológica. Y hoy
día, mientras se congratula con ella misma por el progreso en romper la
dominación masculina en el mundo, ella fracasa en percibir que él la tiene
tan enganchada como siempre
en su sustituto orgásmico y clitoridiano al hacer el amor.
El amor, y no la igualdad, es sobre lo que se basan las
protestas externas feministas. La dominación masculina comenzó en el sexo
y en el sexo continúa sin abatir. Ello es el mundo del hombre y él lo
construyó sobre la fuerza de su agresión sexual. Pero la mujer no puede
alterar su posición retirándose del sexo o usando otros mecanismos. Ella
los ha probado todos a través de los siglos y ninguno ha funcionado ni
funcionará. El problema es ahora racial, más allá de la esfera personal de
los que están implicados en resolverlo. Solo la acción divina o la
consciencia puede ayudar.
Déjame preguntarte, escuchen ahora las mujeres:
¿Tienes idea de cómo liberarte de la dominación sexual masculina?
¿Cómo traer de nuevo el auténtico amor a tu vida?
¿Cómo hacer que tu hombre y tú misma empecéis a amar, a amar
verdaderamente como algo tangible que podáis realmente crear juntos y
construir durante el tiempo que estéis juntos?
¿Lo sabes?
Si lo sabes por
favor dilo. Dilo ahora, en voz alta o a alguien antes de que yo te lo
diga. Dilo ahora antes de intentarlo después de que yo hable, para decirte
que tú lo supiste todo el tiempo. Porque si dices eso después, puedes
olvidarlo, no vas a cambiar. No vas a hacer el amor. Para traer el amor a
tu vida sexual tu vas a necesitar mucha energía nueva. Esa energía
comienza con honestidad - honestidad hacia ti misma y hacia la vida que
está intentando ayudarte. Primero, tu debes oírte a ti misma admitir que
tu vida amorosa no es suficientemente buena. Debes verbalizarlo, dilo,
escúchalo para que no haya escondites, escapes psicológicos. No es
suficiente con saber que aman dentro y no decirlo más. Entonces cuando es
demasiado tarde, sollozan y gritan por su amor, pero la puerta se cerró de
golpe ya, la casa está vacía. Tu debes decirlo ahora para que todo tu ser
lo oiga.
Segundo, si estás viendo la verdad de lo que he dicho sobre el amor, debes
declararte a ti misma que ello es verdad. Tercero, debes admitir a ti
misma que personalmente no sabes que hacer sobre el problema, que no
tienes poder fuera de tomar todas las viejas acciones que los seres
humanos han tomado en su desesperación, y la desesperación los ha llevado
bastante infructuosamente desde que el hombre y la mujer se
enamoraron por primera vez y el tiempo, o la emoción comenzó a venir entre
ellos. Sé honesta. Si ya sabes la respuesta, ¿por qué no lo has hecho? Y
si tienes la respuesta, ¿por qué estás leyendo este escrito? Es verdad que
una vez tu, tanto hombre como mujer, sabías como hacer el amor. Si estás
oyendo la verdad de lo que estoy diciendo, ello significa no solo que
estas preparado para recordarlo de nuevo, sino que ya has comenzado
realmente a recordar. Y si mientras sigo tu continúas reconociendo
verbalmente la verdad de ello, así tu cuerpo o algún otro cuerpo puede oír
tu diligencia y humildad, habrá suficiente energía en ti para hacer un
comienzo práctico.
Tal honestidad y autoconocimiento generan pasión. La pasión es el poder
del amor y el verdadero compromiso. La pasión es la única energía
suficientemente poderosa para hacer el trabajo. No va a ser fácil.
Necesitarás cada trozo de fuerza y autoconocimiento en tu ser. Recordar y
reconocer la verdad mientras la oyes es una cosa, vivirla o ponerla en
practica es la próxima. La vivencia de ella, por supuesto, es lo que
realmente cuenta, y eso es duro. Sin embargo, si tienes el coraje, la
honestidad propia, y quieres tu libertad, tu amor, te guiaré a
vivenciarla.
Por favor pregúntate a ti mismo de nuevo esas cuestiones: ¿Es tu vida
amorosa suficientemente buena? ¿Hasta aquí lo que he dicho es la verdad, o
te suena como a verdad? ¿Puedes tu mismo a través de tu propio
conocimiento o esfuerzo resolver el problema? ¿Necesitas ayuda? Examina
esta última cuestión de cerca. Si la respuesta es sí, di, "Sí, necesito
ayuda" Admite que no puedes hacerlo solo, porque cuando tu te abandonas,
cuando verdaderamente te entregas en humildad, la ayuda está siempre ahí
dentro de ti, y entonces ella aparece fuera de ti. Continúa preguntándote
a ti mismo estas cuestiones cada vez que leas estos escritos. Reafirma la
energía de honestidad y de la necesidad verdadera. Y mientras pones lo que
te he dicho en práctica y lo ves funcionar, reconoce la verdad de ello.
Mantén la pasión fluyendo con gratitud al amor y a la vida. De otra forma
gradualmente olvidarás lo que has oído y practicando, renunciarás a la
lucha y te deslizarás de nuevo al círculo vicioso donde nada puede
hacerse.
Para comenzar de nuevo a hacer el amor divino, primero debes aprender a
deshacerte de tu propio pasado. Debes desaprender o descartar todo lo que
has ya acumulado emocionalmente. Si has tenido un amor roto en el pasado,
o una mala experiencia sexual, esa emoción todavía estará en ti,
especialmente si eres una mujer. Si eres un hombre y estudias revistas
pornográficas o imágenes sexualmente sugestivas, esa emoción está ahí
ahora en ti, esperando erupcionar y tomar posesión de ti como excitación y
eyaculación precoz a la primera oportunidad sexual. Todos estamos
sexualmente cargados, preparados para salirnos emocionalmente tan pronto
como haya una posibilidad de penetración.
Pero, por supuesto, nosotros no podemos posiblemente mencionar o conocer
todas nuestras experiencias pasadas asociadas con la emoción sexual
estirándonos atrás hacia nuestra infancia. Todas ellas se han fundido en
una compleja y profunda oscuridad que es demasiado complicada y oscura
para que
la podamos definir alguna vez.
Por tanto, ¿cómo empezamos? ¿qué hacemos? Quitaremos
todas nuestras emociones de nosotros mismos al acercarnos al acto de amor.
Tenemos que hacer el amor sin ninguna excitación, ninguna expectativa,
ninguna imaginación. Tenemos que ser mucho nosotros mismos, estar muy
presentes, muy conscientes, y entendiendo todo lo que hacemos cuando
estamos juntos. En lo que sigue voy a asumir que tienes un compañero/a
inteligente que ha leído contigo estos escritos, y que ambos estáis
comprometidos en intentar hacer el amor de esta nueva forma. Cuanto menos
hagas el amor, más creces aparte. Además, vais a estar haciendo el amor
sin emoción o imaginación. El propósito de esto es conseguir que vuestro
yo habitual esté fuera de acción, para que aprendáis a dejarlo a vuestros
cuerpos.
Al principio, hacer el amor puede parecer extraño, incluso frío. En el
primer intento podrías o no hacerte una idea. Si la tuvieras, tendrá un
retroceso más tarde o más temprano cuando la emoción venga. Pero no te
desanimes. Persevera. Continúa. Continúa amando. La conexión volverá o
vendrá de repente y entonces se debilitará mientras vas a través de otra
onda de emoción que separa. No te puedes deshacer de todo el pasado
enseguida o ni siquiera en unas semanas. En realidad tienes que trabajar
en ello el resto de tu vida. Pero todo el tiempo estarás haciendo más amor
y volviéndote un ser humano más consciente y más amoroso. Algunos de estos
periodos emocionales pueden durar algunos días. Durante ellos, podéis
desagradaros mutuamente. Hacer el amor puede parecer imposible. Sin
embargo inténtalo cuando puedas, no permitas un intervalo demasiado largo.
Sin embargo, si la emoción en alguno de vosotros es demasiado grande para
permitir sinceridad o amor, para y trata de nuevo al día siguiente. Pero,
te repito, haz el amor, no te pongas excusas. Poned los
cuerpos juntos y mirad. Comprende que en la guía para hacer el amor y en
el acto de amor mismo no debes tener pensamientos o decisiones
independientes el uno del otro. Todo ha de ser hecho juntos, discutido y
observado juntos mientras lo hacéis. No largos silencios. Debes conversar
y verbalizar constantemente, expresando lo que estás sintiendo así como
vuestras sensaciones corporales.
Cuando sientas placer, dilo; di, "Esto es maravilloso", si lo es. Di lo
que realmente sientas, no lo que pienses. Se supone que no estás pensando,
se supone que estás siendo. Eso significa mirando dentro de tu cuerpo a lo
que él está sintiendo, no a lo que estás pensando. Comunica en palabras.
Esto solo te mantendrá consciente y presente frente a frente con el otro.
No te desperdigues sexualmente de un lado para otro.
Permanece con una pareja una vez que la hayas encontrado. Las parejas
emocionales que no estén comprometidas te debilitarán y harán que pierdas
la fe. Conserva la energía. Ella es preciosa. No será fácil encontrar
parejas comprometidas. Si tu estás corrientemente sin pareja, mi consejo
es que sólo hagas el amor allí donde haya suficiente amor como para
empezar y no sólo para satisfacción o gratificación en cualquiera de los
lados. Si no espera. Si os encontráis con alguien y comenzáis a gustaros
mutuamente, sed sinceros con ellos desde el principio. Decidle la verdad,
que estáis intentando amar y elevar vuestra consciencia a través del amor.
Toma responsabilidad. Habla sobre lo que ello implica. Léele estos
escritos. Si eres serio y formal en el amor, finalmente atraerás hacia ti
mismo una persona
que compartirá el comienzo de esta gran aventura contigo. Si la pareja se
rompe después de un tiempo, no se ha perdido realmente nada. Ambos habréis
ganado en amor y consciencia y sé igual de amoroso y sincero la próxima
vez. Lo más importante, especialmente para las mujeres, es ser vulnerable
al amor pero navegar limpia de emociones. Tu conoces la diferencia ahora.
No te separes de ti mismo porque te hayan hecho daño. Ten bravura para
amar. Ábrete. El amor te ayudará. No permitas que el miedo te endurezca.
Fue la emoción y la falta de amor lo que os daño por ambas partes. Es el
pasado. Déjalo ir.
Ahora que estás empezando a comprender lo que es hacer el amor, tienes la
respuesta sencilla y la protección más simple de todas. Sólo haz el amor
donde haya suficiente amor para ser sincero y estar presente con el otro
desde el principio.
Y no te enamores. Enamorarse es cerrar los ojos, impedir la entrada a tu
hermosa conciencia y viajar al país de los sueños mientras estás
despierto. Está obligado a terminar en desastre, porque estarás en la
imaginación y no verás lo que pasa.
Estate en el amor. Estate siempre en el amor cuando estés en el amor.
Porque estar en el amor y mantener el amor siempre fresco y nuevo requiere
una tremenda consciencia, una tremenda presencia de la clase que te he
estado describiendo en estos escritos. Estáte en el amor de esta forma y
tu amor no terminará, porque el amor no tiene fin. Enamórate y tu amor
terminará.
Ambos deberíais decidir por adelantado
cuando vais a hacer el amor. Permite un tiempo amplio. Sin prisas. Sin
distracciones evitables. Es imperativo que la mujer persevere en su
decisión de hacer el amor. Si se tuviera que rezagar el momento debido al
trabajo o a los niños, ella debe de aclararle al hombre que cuando el
momento adecuado venga ella no tendrá dolor de cabeza, o estará demasiado
cansada. Ella debe responsabilizarse de ella misma como él debe
hacerlo por el mismo. La posición declarada de ella debe ser: "Voy a hacer
el amor contigo. No hay razón para ser impaciente o dudosa. No cambiaré de
idea". Si no, cuando se aproxima el momento él empezará a ponerse
excitado, ansioso e impaciente. El no lo puede evitar cuando no hay
posibilidad de hacer el amor. Su miedo subconsciente más profundo es que
ella cambiará de idea y que por alguna razón no lo conseguirá.
La excitación viene por anticipar un final, en este caso un orgasmo. Y él
tiene ya que aprender que hacer el amor no es un final, no es un orgasmo,
que cuando él pueda hacer el amor y seguir y seguir, tú, su mujer, estarás
disponible todo el tiempo y en cualquier momento. ¿Quién no esta
disponible para amar?. Sólo aquellos que no lo conocen. Mientras tanto la
mujer tiene que disipar la creciente excitación de él reafirmando su
disponibilidad. Lo que excita al hombre y le quita las esperanzas como
amante es la supuesta falta de disponibilidad de la mujer.
El entonces la desea en vez de amarla, y el deseo pronto se agota o se
gasta como toda mujer que alguna vez excitó a un hombre descubre. Por
supuesto, si tu relación física es vieja o aburrida, el problema no será
la excitación sino hacerla nueva, fresca, presente en cada momento en que
vuestros cuerpos se enfrenten mutuamente. Hacer el amor como te estoy
describiendo os dará a ambos un nuevo acercamiento, un nuevo interés
energético para averiguar si ello funciona, y eso ayudará a mantener los
viejos egos habituales fuera y permitir que entren los presentes.
No tienes que preocuparte en tener ganas de hacer el
amor, eso es
una falsa pista.
El cuerpo ama hacer el amor. La parte de ti que tiene o
no tiene ganas es el problema; ella es el pensador emocional que se cruza
en el camino.
Déjaselo a los cuerpos y ellos harán el amor. Quédate
fuera de ello tanto como puedas.
Al comienzo, especialmente si el hombre sufre de eyaculación precoz, la
mujer es probable que sea la más fuerte y directa debido a su natural
falta de excitabilidad sexual. Es probable que ella agarre rápidamente el
espíritu de lo que estoy intentando comunicar. Ella debe mantener al
hombre en lo correcto observando que no tenga ningún desliz en la
imaginación, ya que sin darse cuenta su mente comenzará a lanzar imágenes
sexuales y eróticas o pensamientos que no tienen nada que ver con la mujer
con quién está.
Ella debe trabajar constantemente en mantener baja su
temperatura sexual.
Pero ella, también, debido a su emocionalidad masculina adquirida, puede
salirse del equilibrio bastante a menudo, particularmente si está cerca de
su periodo menstrual. Su periodo, la hace ultradefensiva y suspicaz del
hombre y de ella misma, debido a sus asociaciones raciales con la
explotación por el hombre de ella a través de su juventud. Su percepción
femenina se aumenta y, como estos conflictos con su emocionalidad
masculina tratan de proyectarse fuera, al mundo del hombre, ella a menudo
se confunde y se vuelve insegura de su rol en esos momentos.
El por su parte debe mantener a ella también recta. El debe estar alerta
para ver que ella esté presente. Pero nunca acusar al otro de ser
emocional ya que eso generaría más emoción. Si uno sospecha que el otro es
emocional y no está siendo sincero, él o ella debe preguntar al otro
preguntas como, "¿qué estás sintiendo ahora? o ¿es esto verdad ahora?"
Siempre referirse al ahora, nunca al ayer. Si cada uno responde
honestamente y permanece presente como prometieron hacer, el emocional se
verá a sí mismo siendo emocional y, al admitirlo sin discusión o
justificación, la emoción tenderá a dispersarse y el amor permanecerá.
Debes continuar hablando. Siempre desde el punto de lo que estáis
haciendo o sintiendo, amor. No debéis soñar. Debes mantener al otro
presente. Pronto te harás con la maña. Confiad uno en el otro. Oiros
mutuamente. No te
disgustes con el otro diciendo tu no estás presente. Resiste el impulso de
discutir otra vez. Escucha. Descubrid juntos. No hay nada que defender si
eres sincero.
Deja que te diga cuando haya llegado el momento en el que hayáis acordado
hacer el amor. Desnudaros en la misma habitación. Deja la luz encendida.
No te escondas. No te concentres. El amor es un asunto serio, pero no tan
serio. Miraos mutuamente, ojos y cuerpo. Sonríe. No pienses sobre lo que
va a suceder o en lo que vas a hacer. Estad allí en la habitación juntos,
ahora. De pie desnudos y apartados. Miraos el cuerpo mutuamente - no
juzgar, no pensar. Estad en el presente. Por favor no seas tímido.
Agárrate al amor. Comienza amándote a ti mismo y siendo tú mismo, incluido
los defectos. Si ves que tu pareja está cohibida, ayúdale. Sonríe. Mira
algo bueno y verdadero para decir. Busca la belleza de estar dentro yendo
a través del cuerpo. Está allí, mírala. Sé inocente, sé nuevo. No mires
atrás. Sé tú mismo, justo como eres ahora. Estate desnudo tanto
psicológica como físicamente. Sé vulnerable. No tienes nada que perder que
no hayáis perdido hace mucho mucho tiempo. Mientras os miráis mutuamente,
viendo verdaderamente, sin usar la imaginación o tratar de saltar de este
momento al siguiente movimiento, no puedes pensar, no puedes usar la
imaginación - la cual si pudiera, te proyectaría haciendo el amor con
algún otro/a o una vagina imaginaria o un pene que no está allí realmente.
De todas formas, ¿por qué necesitas la imaginación? ¿para ponerte a tono?
¿para tener una erección ¡No tiene sentido! Eso es un hábito emocional que
la mayoría del mundo ha cogido debido a la falta de amor o comprensión. Es
un hábito muy difícil de romper, pero tienes que hacerlo. Podemos hacerlo
juntos, si estás conmigo en el presente. No necesitas tu imaginación para
hacer el amor porque estás con lo verdadero, el hombre o la mujer viviente
real que va a darte el sentimiento más delicioso y placentero que puedas
tener - en la carne y no solo en la mente.
¿Puedes ver como todos hemos sido engañados por la imaginación? ¿Cómo a
través de los tiempos niños y adultos han estado masturbándose y haciendo
el amor en la imaginación, inconscientes de que la imaginación, no la
acción misma, es una total autoilusión y una cruel adicción? Y a causa de
que cada uno consiente en la misma droga imaginativa, su escapismo sin
amor es considerado normal e incluso necesario, sin ser para nada
considerado. Déjame anticiparte una cuestión que surgirá en muchos de
ustedes, especialmente en los hombres: ¿Cómo te masturbas sin imaginación?
Tú, adulto, no puedes. Cuando ceses de imaginar parará la masturbación. El
hábito es la imaginación, no la masturbación.
La imaginación surge de las emociones y eso te conduce a la masturbación.
Si tienes que masturbarte, y debido a la emocionalidad masculina la
presión a hacerlo es intensa, particularmente los varones, utiliza tan
pocas imágenes como puedas. No utilices rostros. Nadie nunca hizo el amor
a una cara, excepto en su imaginación. Si eres un hombre, utiliza sólo la
imagen de la parte femenina.
Consigue sólo la imagen baja. Esa es la más cercana a la realidad.
Destérrate a ti mismo de la cabeza a través de no pensar o codiciar en los
momentos normales al sexo opuesto, y el impulso de masturbarte
desaparecerá gradualmente. Empieza ahora a renunciar a la droga universal
de la imaginación sexual. Sé tú mismo. Estáte donde estás. Sé responsable.
Sin embargo, no te sientas culpable si te masturbas, no permitas que tu
niño se sienta culpable. La culpa de ello distorsiona la personalidad de
ambos, joven y adulto. El error no está en el acto de la masturbación sino
en el mal uso de la imaginación - no sólo durante el acto sino, de forma
más importante, durante el resto del día de trabajo, lectura, pensamientos
y socialización. La compulsión a la masturbación es racial. Es parte del
pasado evolucionario, el instinto masculino proyectivo, inconsciente de
las especies animales de las que derivamos, y que se aparean mecánica o
instintivamente solamente para reproducir.
¡El mono macho se masturba con
desaforada indiferencia y falta de culpa!
A diferencia del hombre, el mono no puede evitar su
falta de cuidado. Eso es porque no puede hacer el amor. Si el mono tuviera
el poder creativo de hacer el amor, se vería a sí mismo masturbándose y se
sentiría también desgraciado. Pero su única opción es masturbarse o
reproducir.
El poder de hacer el amor, que sólo lo posee el hombre,
es la autoconciencia que lo distingue del resto de las especies animales.
Sin embargo, cuando hace mal uso, por lo demás de su único y creativo
regalo de la imaginación a través de las imágenes sexuales, la toca la
puerta de su pasado animal, en el impulso mecánico animal, y se masturba y
se acopla sin amor. Entonces el no es feliz. Hasta que el hombre no haya
hecho suficiente amor para devolverse a su lugar a sí mismo sobre la
tierra, no podrá ser feliz. ¿Has perdido el impulso de hacer el amor
mientras he estado hablando? No realmente. El cuerpo no pierde el impulso
de hacer el amor. El siempre disfrutará haciendo el amor si el monitor,
tú, no se pone en el camino. Sonreiros mutuamente y abrazaros, todavía de
pie. Este es el momento en que es probable que empiece la imaginación,
cuando estás mirando por encima del hombro del otro, o cuando cierras los
ojos. Por eso, no ojos cerrados. Siente la carne del otro, la espalda, los
brazos. No pienses - siente. El hombre puede acariciar a la mujer; ella
puede acariciarlo y tomarlo con amor pero no debe acariciar sus genitales.
Ella permanece pasiva, interesada y no demostrativa. Es trabajo de él
complacerla y deleitarla, darle a ella y no excitarse él mismo. El debe
sólo enfocarse en complacerla, y esto le dará a él placer sin emoción.
Está bien besarse suavemente en los labios y en el torso, pero no en la
lengua.
La lengua puede ser como un pene emocional; los amantes
se pierden y se esconden ellos mismos en tales besos. El amor se hace
conscientemente en la vagina - tú no estás allí todavía. No debe haber
sustitutos. Cuando estés allí y hayas aprendido a estar totalmente
presente allí, puedes hacer cualquier cosa que requiera vuestra pasión
mutua. En este momento, continúa presente con el otro diciendo lo que
sientes en voz alta. Si sientes que sube la pasión, o, la excitación,
dilo. Pon tu atención en el plexo solar, porque es donde empieza la pasión
antes de desbordarse a los genitales. La mujer será capaz de sentir el
plexo solar antes que el hombre; en su excitación él es probable que lo
pierda y se conecte arriba con la emoción en el pene. Sonríe, haz una
broma si quieres. Tal vez sientas que hacer el amor así es tan clínico
como una visita al médico. Es verdad. Eso es como se supone que es, hasta
que te abras paso. Permanece conmigo, por favor. Es posible que el hombre
no tenga erección o que pueda perderla. Si la ha perdido a causa de la
falta de estímulo imaginativo, es una buena cosa. Continuando así es menos
probable que tenga una eyaculación precoz cuando entre dentro de ella. O
puede haberse vuelto tan dependiente de la imaginación que no pueda
conseguir la erección sin dicha imaginación. Esto es más probable si tu
acto amoroso en el pasado ha sido habitual. Recuerda, una erección sólo es
necesaria en la vagina donde se hace el amor, por tanto él no necesita una
erección en esta fase. Si tiene una erección completa ahora, él es
emocional y ya está en el camino de un clímax prematuro. Pero, no debería
sentirse descorazonado si no la tiene; él solo tiene que mantener fuera
cualquier estímulo imaginativo, para que su excitación no se vuelva
incontrolable cuando entre en la mujer. Ella debe recordarle eso
continuamente, para que se mantengaseparado, interrumpiendo la fuerza de
su deseo, y mantenga a raya su temperatura sexual. Si el hombre pierde o
medio pierde su erección, puede permitirse besar los pechos de ella o
acariciar sus genitales, pero sin la penetración de los dedos - en otras
palabras, mostrarle a ella amor en sus manos. El no necesita una erección
para sentirse apasionado y amoroso e inhalar la fragancia espiritual de su
presencia femenina. A medida que él la ama de esta forma, la pasión de
ella irá subiendo. Mientras ella se ocupa de mantener la imaginación de él
a raya, él debeestar alerta para ver que ella está presente realmente,
especialmente si ella está disfrutando siendo acariciada. Ellos deben
continuar hablando, siempre sobre lo que cada uno está sintiendo ahora. No
largos silencios. No feliz euforia que no sea verbalizada o compartida con
el otro. Si el sentimiento es dulce, hermoso, bonito, maravilloso,
cualquiera que sea la palabra adecuada, ella debe decirla. El trabajo de
él es complacerla, y ella debe responder y agradecer su amor. Sin embargo,
ella debe ser cuidadosa y no sólo observar el sentimiento que está
sintiendo: ella debe aspirar a ser el sentimiento, poner su consciencia en
esa parte del cuerpo donde está el placer. En este punto, después de un
mínimo y ocasionalmente ningún juego amoroso, los dos deberíais acostaros
juntos y el hombre entra en la mujer suave y amorosamente. La idea de un
mínimo o ningún juego amoroso antes de entrar es para permitirte que te
des cuenta como experiencia nueva, consciente, que el pene y la vagina
juntos, nada más, son los que hacen el amor. Todo fuera de eso es
imaginación y una evitación de la responsabilidad del amor ahora.
Déjame decirte brevemente como se originó el juego amoroso físico, y verás
que tuvo que ver con el comienzo de la imaginación sobre la tierra y nada
que ver con el amor o hacer el amor. El juego amoroso se desarrolló en las
especies, como puedes ver en los juegos de apareamiento representados por
las criaturas de la naturaleza, mucho tiempo antes que el hombre creativo
pareciera sobre la tierra. Ellos fueron la forma de la naturaleza de
introducir el primer vestigio de imaginación en el desarrollo del cerebro
animal, eso fue para finalmente desarrollarse el cerebro humano, tu
cerebro.
Los juegos de apareamiento de la naturaleza, como todavía puedes
experimentar hoy en tu cuerpo, causaron una sensación placentera extendida
en las criaturas primitivas, inconscientes sin que realmente se hiciera el
amor. Y la constante presión para incrementar la consciencia de esa buena
sensación en el tiempo produjo los primeros signos de actividad mental
instintiva o imaginación en el cerebro. Pero el hombre, que penetró en el
cuerpo físico o cerebro preparado para él, hace alrededor de doce mil
años, es un ser espiritual o creativo por derecho propio. El no tiene
necesidad de una imaginación animal basada en juegos sexuales o por debajo
de su ser, esto es parte del pasado histórico del cerebro. Todo lo que él
necesitaba era el espléndido instrumento final, el cerebro humano, para
permitirse existir y estar presente. Al principio no tenía ningún problema
para resistirse a los juegos de la imaginación instintiva del cerebro, y
en traer a la tierra el nuevo orden del amor espiritual y la presencia
divina entre el hombre y la mujer. Pero gradualmente, con la acumulación
del tiempo como he descrito, él y ella volvieron más y más a los juegos
sexuales imaginativos primitivos y olvidaron cómo amar. La verdad es, y si
puedes verlo será un momento importante en tu vida, que para el hombre y
la mujer que están siendo ellos mismos, todas las pasiones y flirteos
sociales, los besuqueos privados que preceden al acto amoroso es una forma
de evitar tomar su responsabilidad para amar ahora. Para nosotros, pero no
para los animales que no lo pueden saber, tales juegos de amor son como
tomar un whisky cargado, una dosis del espíritu erróneo, para tratar de
levantar nuestro coraje, o una droga para ayudarnos a olvidar lo que
estamos haciendo, porque no estamos preparados todavía para ser nosotros
mismos, para enfrentar la realidad del amor que estamos haciendo ahora, no
en algún futuro. Así, como es habitual en el mundo hecho por el hombre, lo
contrario de lo que es aceptado y practicado
es la verdad: el mundo juega juegos y no hace el amor. La verdad es: haz
el amor y no juegues juegos. Cuando os vayáis juntos ahora, quiero que
estés separado emocionalmente, es decir, separado del viejo cerebro, del
pasado, pero presente en el amor - consciente, paciente, considerado,
dando, y capaz de ver el lado divertido que te sucedería. Si el hombre no
tiene una erección completa, puede ser ayudado en la vagina. Pero si es
posible, la mujer debería evitar estimularlo con caricias. Si hay
suficiente amor entre vosotros dos, él tendrá una erección suficiente al
entrar.
Puede ser que él tenga que echarse allí contra ella hasta que el amor
venga. No se le puede meter prisa o forzar. Lo mismo es verdad cuando el
hombre es impotente aparentemente - sencillamente no hay suficiente amor
presente y ambos debéis esperar pacientemente, o levantaros e intentarlo
más tarde o al día siguiente. Estás intercambiando al amor como el poder
que guía y debes tener
fe en él.
Tan pronto como el amor fluye mientras estáis echados
cara a cara, el pene se moverá de repente como algo viviente y se
extenderá hacia la vagina. Esto te sorprenderá, particularmente al hombre
mismo, y empezarás a comprender el poder maravilloso y la inteligencia con
la que estás intentando conectarte. Una vez dentro, el pene se pondrá
completamente erecto, y el hombre verá por sí mismo que el pene, dada la
presencia y el amor en ambos compañeros, se pondrá siempre erecto en la
vagina sin necesidad de estimulación de antemano. Después, en futuras
ocasiones mientras perseveráis en este camino, seréis capaces de hacer el
amor durante períodos más largos para vuestro mutuo amor y deleite.
Pero al entrar ahora y en el futuro, él debe estar preparado para la
emocionalidad masculina de la mujer. Esto le hará llegar, a veces para su
gran asombro y perplejidad, con el pene todavía parcialmente erecto.
Cuanto más aprenda ella a permanecer presente, menos obstáculo será para
él la liberación de esta energía. Durante la entrada, no se debe forzar
nada. La suave firmeza es la forma de amar. Después de hacer el amor
constantemente de esta forma, la vagina se volverá más sensitivamente
receptiva sin necesidad de estimulación externa. Solamente la tensión
emocional hace a la vagina resistente o no preparada para el amor. Cuanto
más se reduzca la tensión emocional, lo que significa que la consciencia o
la sensibilidad de la vagina está creciendo, más crecerá la alegría de la
mujer al hacer el amor. Al mismo tiempo, el hombre, a medida que deja muy
atrás la dependencia emocional, crecerá en presencia y comenzará a sentir
un nuevo sentido de dominio y autoridad llegando a su vida.
Si el hombre tiene una erección completa antes de entrar, ya es emocional.
Esto es hoy normal, pero significa que tiene que estar muy consciente y
tranquilo mientras entra, o él eyaculará. Un pene erecto fuera de la
vagina tiene una voluntad emocional por sí mismo. Dentro de la vagina,
esta voluntad, que es en realidad deseo, puede permitir a un hombre
suprimir un clímax durante algunos minutos. Pero como la supresión no es
amor, el acto de amor no será satisfactorio para ninguna de las partes, a
menos que sea una de esas veces en la que todo viene junto. El debe entrar
en ella lentamente. Mientras lo hace, debe ser uno
con la sensación de su pene; eso significa que debe sentir lo que su pene
está sintiendo en cada momento, y no sólo la urgencia, la presión de su
propio deseo. El debe llegar a saber la diferencia; debe llevar su
consciencia allí abajo, a su pene donde se está haciendo el amor, y fuera
de su cabeza.
El no debe permitir a la mente que se mueva. Debe estar
presente sin imaginar donde está su pene. Su pene no tiene imaginación;
solo la sensación de lo que es, de donde está. El debe ser esta sensación,
esta consciencia ultrasensitiva, que responde en perfecta armonía a las
necesidades energéticas de la consciencia vaginal. Un pensamiento acerca
de donde está su pene y es probable que eyacule. El momento que siente que
ya no puede parar la eyaculación es el momento en el que puede.
El no debe de creer en este primer sentimiento de
inevitabilidad del orgasmo y rendirse a él. Ello es un truco de la emoción
reprimida queriéndose liberar, lo cual es parte del viejo impulso animal a
masturbarse o reproducir. Cuando la sensación llega debe cesar todo
movimiento, estar completamente quieto, o retirarse inmediatamente. El
descubrirá aquello que sea lo mejor para él. No debe rendirse a la
sensación. Este instante es crucial porque puede ser el punto en el que
pueda usar su autoridad creativa, espiritual, o su presencia como hombre,
y resistir o disipar la emoción animal instintiva. Repito: no debe ir con
la inevitabilidad, no debe creer que no puede parar - porque puede.
Solamente en el próximo instante es inevitable el orgasmo. Al entrar en la
mujer con una erección, debería penetrar hasta que pueda y permanecer
quieto. Debería de permitir a su pene sentirla, absorber la energía
vaginal. Ello informará al pene lo que hacer, lo que se necesita. El sólo
debe responder a su pene, no a lo que ha aprendido, oído o pueda recordar.
Debe de mantener al pasado, todas las experiencias pasadas y pensamientos
fuera. El debe ser tan nuevo como el momento mismo. Entonces el pene hará
su divino trabajo.
Ella no debe hacer con su cuerpo movimientos que haya aprendido de otros
amantes o adquiridos a través de lecturas o de películas. Todo movimiento
debe de dejarse al cuerpo, incluso si ello significa ningún movimiento. Al
principio puede que no sea fácil para ella separar a los dos. Las
contorsiones corporales inventadas haciendo signos fingidos de placer y
participación, o los movimientos puros, imperceptibles, naturales de su
cuerpo bajo el control de la consciencia vaginal. Más tarde el cuerpo se
moverá apasionadamente, pero no necesariamente de forma demostrativa, por
derecho propio. Pero para empezar,
todos los extremos de movimientos, y particularmente cualquier agresión o
asertividad masculinoide, son sospechosas y tienen que ser
abandonadas.Ella debe recordar que el amor en la mujer no es una
proyección. Es un movimiento tranquilo, dulce, natural, fluido. Flexionar
los músculos de la vagina es un buen truco, y seguro que entretiene a un
pene emocional, programador no es amor.
La pareja debería continuar manteniendo un diálogo amoroso de lo que están
sintiendo, cada uno diciendo lo bello que es y cuánto les gusta hacer el
amor, si ello es verdad. Hacer el amor es hermoso, y a todos les gusta
cuando la vagina y el pene se vuelven honestos y libres. En vez de tener
prisa para moverse hacia adelante y hacia atrás, el hombre debería
intentar permanecer cerca de la parte alta de la vagina. La vagina es una
cavidad elástica diseñada con tensión interna, y cada vez la cabeza del
pene debería abrirla, tomando la tensión y la emoción residual de toda la
parte superior e inferior moviéndose todo lo posible de un lado a otro.
Cuando un hombre se vuelve sexualmente tranquilo y presente, la cabeza del
pene actúa como un imán altamente sensibilizado. Al principio recoge las
tensiones vaginales, a condición de que ella esté aprendiendo a ser ella
misma y a no proyectarlas más como actividad innecesaria, emocionalismo y
personalidad. Después el pene empieza a recoger sus divinas energías.
Cuando las energías divinas han sido recogidas, se ha cumplido el
propósito de hacer el amor y el hombre puede perder su erección dentro de
la vagina sin tener un orgasmo.
La necesidad de controlar la natalidad sobre el planeta surge sólo a causa
de que el hombre perdió el control sexual de sí mismo, liberando el
esperma incluso cuando tenía una erección fuera de la vagina, y eyaculando
dentro automáticamente. Cuando el tiempo y el mundo eran muy jóvenes, el
hombre y la mujer hacían el amor conscientemente como los dioses que eran,
estar presente en un cuerpo sobre la tierra era un gran privilegio. Y la
población se mantenía muy pequeña, debido a la responsabilidad del hombre
para amar a la mujer. El hombre si eyaculaba al hacer el amor, pero muy
raramente, y sólo en el momento en que lo determinaba la divina
inteligencia, el amor mismo, con el
que él estaba unido.
Hoy, amando correctamente, y siendo la sensación en la vagina o el pene, y
tratando de no agarrarse a una identidad separada, que es el ego, el
hombre o la mujer entrará a tiempo en la consciencia del amor que yace
detrás de la parte del cerebro que controla los genitales. Aquí, los dos
polos del amor sobre la tierra, el masculino y el femenino, se unen en la
magia de la consciencia, la divina presencia de su mutua divinidad. El
Amor o Dios nunca puede ser el tema de un ejercicio filosófico. El Amor o
Dios es demasiado real. El Amor o Dios es vivir y hacer ahora, no
especular sobre él, no pensar sobre él. Confío no haber sido filosófico en
estos escritos, sino efectivo y práctico, para que el Amor y Dios sean
verdaderamente servidos en tu comprensión - no sólo cuando estés haciendo
el amor, sino cuando ahora tengas la oportunidad de ser el amor que nunca
hiciste. Puesto que ahora es cada momento. Deja que acabe remitiéndome al
romance. El romance no es algo pasajero. Romance no es una caja de
chocolates, aniversario recordados, palabras dulces, cosas bonitas, cartas
de amor o hermosas tardes juntos. Estas son partes del romance de vivir, y
también lo es la muerte que lo estropea todo. No puedes tener lo bueno sin
el choque de lo malo en el romance de vivir.
El verdadero romance es el mito de la vida, la aventura estupenda del
hombre y la mujer juntos, descubriendo a través del amor, a través del
otro, que no hay muerte, no hay final en la vida o el amor que no se
aferra o teme.
Gracias por tu presencia. Te dejo en amor.
Dirección Web de Tecnología del Campo Psíquico Armonizado
http://acuarianguru1.tripod.com/elcampopsiquico.htm
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