En Occidente ha sido
descubierto y practicado un régimen de unión sexual muy similar a la Vía
del Valle: el método Carezza. Sin ser tantrismo disfrazado -le falta el
contacto ritualizado y sacralizado-, tiene muchos puntos en común con la
Vía del Valle y refuta una objeción al tantrismo que consiste en dudar
de su aplicación en Occidente. Este método fue «inventado» en 1844 por
el norteamericano John Humphrey Noyes, fundador de la comunidad Oneida,
que lo llamó Carezza, palabro italiana que no necesita traducción.
Para el método
Carezza la regla es ultrasimple: todo está permitido salvo eyacular, y
si eso se produce, jamás en la vagina, por tanto el hombre debe
retirarse. El orgasmo femenino es aceptado, excepto si compromete la
retención masculina.
Para este metodo,
eyaculación y orgasmo masculino son sinónimos. Para el Tantra, la
eyaculación sabotea el orgasmo masculino, pero si se produce tiene que
ser en la vagina. El método Carezza no ha llegado a descubrir que
orgasmo y eyaculación son dos cosas bien diferentes. Así, Alice Stockahm
admite «la posibilidad de que el hombre experimente el orgasmo sin
eyacular, a la manera de la mujer, que no emite semen». Veamos lo que el
método Carezza, como el Tantra, promete a sus adeptos.
En primer lugar supone en
la pareja un amor profundo y el deseo de transponer la sexualidad a otro
plano que el común. J. William Lloyd escribe: «La primera religión del
hombre estuvo basada en la sexualidad y sólo por medio de ella podemos
reencontrar nuestro verdadero origen», frase digna de un tántrico. Este
método considera la unión sexual como una verdadera fiesta amorosa y,
siempre de acuerdo con el Tantra, la eyaculación como un incidente
inoportuno y grosero, incluso antiestético, que mata por un tiempo todo
deseo de acercamiento a la mujer. El hombre que hacía unos instantes
estaba lleno de frenesí sexual, despues de haber eyaculado se aparta de
la mujer, a quien esta indiferencia hiere en su amor propio o en su amor
a secas.
Lloyd compara la unión
sexual con eyaculación a un fuego de artificio interrumpido por la
inhabilidad del artificiero que hace explotar de una vez todos los
cohetes. Para él, eyacular mata con frecuencia el amor verdadero e
impide su sublimación. Según el método Carezza la unión de los sexos es
un intercambio basado en el contacto humano más íntimo, que sólo se
realiza plenamente cuando es prolongado.
Este método no preconiza
ninguna posición particular, pero aconseja evitar los movimientos
rítmicos, prolongados y acelerados, que llevan a la eyaculación, y
recomienda variar el ritmo, la amplitud y la duración de los movimientos
y, en caso de alerta, inmovilizarse el tiempo necesario para que se
aleje el peligro.
El método Carezza ha
redescubierto un aspecto capital del maithuna tántrico, especialmente en
la Vía del Valle: el de los «intercambios pránicos». Afirma que los
órganos sexuales femeninos y masculinos están magnéticamente
polarizados.
Lloyd continua: «Con
frecuencia es el hombre, artista del contacto, el que es activo,
mientras la mujer es pasiva como el imán que atrae. Por eso el hombre
que quiere tener éxito con el método Carezza debe ejercitarse en el arte
de las caricias y los contactos magnéticos. Debe considerarse parecido a
una pila electrica: su mano derecha el el polo negativo y su mano
izquierda el positivo. Cuando sus manos entran en contacto con un ser
humano receptivo, se engendra e se pone en circulación una corriente
eléctrica. Debe sentir esa corriente eléctrica correr desde su lado
izquierdo hasta el lado derecho de la mujer, y conseguir que obedezca a
su voluntad para dirigirla. Si la toca con una sola mano, sentirá
reaccionar esa parte del cuerpo de la mujer bajo la influencia de su
magnetismo». «Además, si adquiere el domino de esa corriente, podrá
enviarla a las partes del cuerpo o a los centros del ser amado que él
desea cambiar, excitar o calmar magnéticamente. Debe perseverar hasta
que esto se convierta para él en una certeza. Se puede practicar la
percepción de estas corrientes magnéticas sobre uno mismo para calmar
dolores con el contacto de la mano».
«Compréndaseme bien. El
método Carezza puede perfectamente tener éxito aunque se ignore esto,
simplemente porque ese magnetismo natural está presente y la intuición
nos guía hacia las acciones correctas; sin embargo, también en este
terreno, un saber consciente y la voluntad de dirigir por sí mismo estas
fuerzas resulta beneficioso». «Este contacto magnético ha resultado
eficaz para fortificar a los débiles y curar a los enfermos.
Comprendemos así cómo y por qué el método Carezza, practicado
correctamente, es beneficioso para la salud. Están totalmente excluidos
los efectos nefastos. Harry Gaze afirma que este método mantiene el amor
y confiere comnfianza gozosa, belleza y juventud hasta una edad muy
avanzada».
«Por eso hay que aprender
a tocar a la amada de tal modo que esa corriente de electricidad vital
recorra su cuerpo con un extremecimiento extático, mientras que la
libera de su propia energía acumulada. Del mismo modo la mujer engendra
fuerzas magnéticas que podrá dejar desbordar en el hombre,
satisfaciendolo tan plenamente que todo sentimiento de pérdida será
eliminado y se obtendrá la felicidad. El aflujo y el intercambio de
estas energías conduce a un equilibrio total y a un reposo benéfico».
«En el experto
en el arte de amor, ese magnetismo emana de la punta de los dedos, de
las palmas de las manos, irradia por los ojos, surge de su voz y puede
trasmitirse a través de cualquier parte del cuerpo del uno o del otro,
incluso mediante el aura, de una manera invisible y sin contacto
físico».
Este texto, podría, salvo
algunos detalles de vocabulario, haber pertenecido a un tratado
tántrico. Lloyd todavía añade:
«Cuando el método Carezza
es practicado con éxito, los organos genitales quedan tan apaciguados,
tan desmagnetizados como después de una eyaculación. Mientras del cuerpo
de los amantes emana una fuerza maravillosa y una alegría consciente,
éstos reposan en una dulce satisfacción, como después de un juego feliz.
Todo su ser irradia goce amoroso y romántico, está invadido por un
sentimiento de salud, de pureza, de vitalidad. Quedamos colmados de
bienestar y de gratitud, como después de un festín bendito».
«¿Qué sucede por el
contrario después de la eyaculación? La comprobación general es que,
pasados los primeros instantes de distensión agradable, acompañado de
una sensación de liberación, sigue inmediatamente el sentimiento de
haber sufrido una pérdida, de haberse debilitado: la maravillosa visión
de sueño se ha disipado, el hombre se ha desilusionado. Por cierto que
ha vivido su breve instante de pasión, pero muy fugaz, parecido a una
crisis epiléptica, que no deja ningún recuerdo, ninguna huella. Las
luces se extinguen, la música cesa, la fiesta termina antes de haber
comenzado realmente. A veces la debilidad subsiguiente es tal que
provoca palidez, vértigos, perturbaciones digestivas, irritación,
decepción, incluso vergüenza, hasta rencor. Es verdad para el hombre, y
también para la mujer, decepcionada por el fin abrupto de una
maravillosa experiencia. En la mayoria de los casos, cansado,
indiferente, el hombre se duerme. El ardor amoroso ha desaparecido. Con
el metodo Carezza todo es diferente».
El método Carezza
demuestra, como mínimo, que esta vía conviene a Occidente. Para él como
para el Tantra, la sexualidad trivial, localizada y limitada el contacto
genital, es una neurosis. ¿El remedio?
Lo aquí expuesto debe ser comparado con lo
expuesto en la Literatura del Maestre de la Ferrière y del Maestre
Ferriz Olivares así como del R. B. Jñàpika Satya Gurú.