LOS BHUMIS

                   

La Jñàna en la Nueva Era está compuesta inicialmente de Bhumis, Dhatus y Nagasiddhis.

 

“La Jñàna no es el simple estudio y actividad. Implica estados existenciales de la conciencia, llamados en sánscrito Bhumis...” 22

 

El Bhumi es un estado de consciencia mediante tomar la lección de la experiencia para hacerlo vivencia y que con ello se vuelva existencia, entendido en que va entrando en nuestro inconsciente y se refleje en nuestra vida diaria en el ambiente que nos rodea. Es decir, que ya es existencia porque se refleja en nuestra actitud, en los objetos de que nos vamos rodeando y en las situaciones que nos acompañan en lo que depende de nosotros. El estado de existencia nos lleva a que todo ello se haga presencia en nosotros, que el Bhumi sea parte de nuestra presencia y sea presencia en nosotros. Más aún llegando a ser presencia en nuestra individualidad nos lleva a penetrar con base integral en la esencia misma del Bhumi en nosotros.

 

Así los Bhumis son conscienciales y existenciales y se reflejan alrededor de nosotros, de acuerdo a nuestro nivel de estado de conciencia alcanzado.

 

Los Bhumis del SABER, de la Jñàna, de donde se derivan y preparan precisamente los Bhumis de la Jñàna Yoga, son, con sus nombres sánscritos:

 

1.      Subha-Iccha, buena voluntad,

2.      Vicharana, reflexión,

3.      Tanu-Manasa, sutilidad de espíritu,

4.      Sattwa-Apatti, percepción de la realidad,

5.      Asansakti, desaparición de los atractivos del mundo,

6.      Padartha Abhavani, desaparición de las formas visibles,

7.      Turyaga, lo No Manifestado. 23

 

 

1)    El primer Bhumi de la JÑANA es

 

Subha Iccha, la Buena Voluntad

 

Emana del primer Aspecto de la Divinidad: Buena Voluntad. Favorece los máximos objetivos de la consciencia humana, para la paz, para la tolerancia, para la fraternidad y la armonía. Es la base de las grandes acciones. Es un pie fundamental para dos de los tres grandes principios de la Magna Fraternitas Universalis: la Tolerancia, la Verdad y la Paz. Uno de los llamados críticos por excelencia es: “Gloria a Dios en las Alturas y Paz a los Hombres de Buena Voluntad”. (Lucas 2:14)

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22 Propósitos Psicológicos, Tomo III, pág. 48.

23 Yug, Yoga, Yoghismo, 475.

 

Está bajo el primer aspecto de la Divinidad, la Voluntad, o sea, que nada más alto para alcanzar el primer Bhumi, ya que ahí tendríamos la base de una Edad de Oro del pensamiento, de la consciencia y de la Existencia, cuando se establezca en la humanidad, de tal manera que cómo vamos a callar el sendero de la Jñàna, que el Maestre encomendó a este Apóstol del Saber: guiar y orientar en este Discipulado Modelo.

 

La Buena Voluntad, para no llegar a la ingenuidad, se enriquece del siguiente Bhumi: Reflexión.

 

El Bhumi de la Buena Voluntad no está exactamente en función muy directa con la tendencia, más bien reprobante que existe, por ejemplo, en la mentalidad religiosa de la Era de Piscis, que es muchas veces más excluyente, quiere que las cosas sean de una manera extrema. De ahí que existen los dogmas religiosos más fácilmente que otros dogmas, en tanto que la Buena Voluntad es realmente un paso a la comprensión, a la tolerancia.

 

2)    El segundo Bhumi de la Jñàna es

 

Vicharana, la Reflexión

 

Es una virtud de la Nueva Era, que regula el Bhumi anterior de la Buena Voluntad al impedir la ingenuidad y hace prever las consecuencias de los actos.

 

A propósito de la Reflexión, el Maestre Sun Wu Kung, venido del Turkestán chino, el Más Digno Preceptor del Sublime Maestre, eligió su nombre, no solamente por el Mono Peregrino que alude al Mono como símbolo del Preceptor de los Avatares según la mitología hindú, sino porque significa: “Aquel que penetra la vida por medio de la Reflexión”. 24

 

La Reflexión es la madre de la prudencia, de la previsión, de la meditación y aún de la concentración. Es decir, es la madre de la sabiduría. Es una de las virtudes de la Nueva Era.

 

Nos permite penetrar la verdad, la vida, y no sólo debe ser una actitud, sino también una existencia. Con la Reflexión se desarrolla la prudencia y se hace uso y práctica de diferentes virtudes.

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24 Ver capítulos 6, pág. 56 y 29, pág. 311 en el libro El Retiro del Maestre.

 

 

La Reflexión es recomendada por el Sublime Maestre aun para la formación de los niños, en la pág. 120 de Los Grandes Mensajes, en el capítulo de la Célula Familiar, donde indica que no es suficiente educar al niño sino que se le debe formar para la observación, la reflexión, la crítica en la investigación y el amor a la Verdad. Es una formación típica de la Jñàna para los niños que incluye la crítica en la investigación que a su vez pertenece al 4o. Bhumi de la Jñàna, que es la Percepción de la Realidad.

 

La Reflexión, unida a la buena voluntad, nos permite la práctica de las cinco virtudes que señala el Sublime Maestre en el Libro Negro de la Francmasonería, págs. 130 y 131:

 

La paciencia, que nos da la posibilidad de soportar cualquier período en que nos encontremos; la moderación, que gobierna y reglamenta nuestras pasiones, derrama a su alrededor un verdadero afecto, amistad, caricias, y cosecha entonces de la semilla que ha sembrado; la prudencia que consiste en prever todas las consecuencias de dar un paso, las dificultades que se pueden encontrar al actuar de tal o cual manera, dar un poco de luz a los que se pierden por las veredas del vicio, instruir a los ignorantes y solazar a los que sufren; la modestia que consiste en no abusar del talento y de las virtudes, no juzgarnos demasiado favorablemente a nosotros mismos porque ello ofende a nuestros semejantes, resistir el impulso del amor propio egocéntrico que trae consecuencias de odio; la dulzura, disposición de espíritu y del corazón que nos proporciona la moderación cuando recibimos las ofensas. Es la opuesta de la irritación, de la cólera y de la violencia. Nos predispone a ser más sociables y amables. Nos facilita la observación de las leyes y la conformidad con las acciones, la castidad moral requerida para el mejoramiento, la educación y la reflexión que deben fortificar al Maestro, el vigor del alma que proporciona el brío y la fuerza de espíritu para la elevación iniciática, la habilidad para aplicar todos los medios contra los obstáculos de la Jñàna, como la Kashaya, el fastidio, además de no ser afectado por los actos de la sensiblería y proporciona la fuerza de la voluntad y la esperanza para alcanzar la meta trazada.

 

La sola realización de los dos primeros Bhumis de la JÑÀNA es indispensable para establecer la Edad de Oro. Es natural que la Era del Aquarius, en la que viene la Edad de Oro anunciada, distinga un Discipulado Modelo adecuado para su tiempo y su condición de Saber, de Gnosis o Jñàna, el cual es calificado por los Upanishads por su superioridad y por el Sublime Maestre como Discipulado Modelo.

 

El Bhumi de la Reflexión, se compone también de investigación, porque se reflexiona sobre lo que es y lo que no es, se toman en cuenta los valores desde un punto de vista no ilusorio, ni de imaginación propia de la ensoñación infusa, sino que estudia las consecuencias no limitándose a lo que hace alguien individualmente, sino la consecuencia de un período, de una etapa de la vida de una persona, de una comunidad, de una institución.

 

La Reflexión implica también el estudio epistemológico, o sea el análisis de los factores dentro de un proceso de vida o de pensamiento en el tiempo, por lo tanto implica toda una virtud de la Nueva Era. Es la base de la prudencia y a los Iniciados de la antigüedad los llamaban Los Prudentes.

 

Es que se trata también de una Era superior puesto que proporciona una Edad de Oro y Aquarius es el único signo del zodíaco (que significa: ronda de animales) representado por un Hombre como es el joven Ganimedes entre la mitología de los griegos. Sin embargo, la reflexión unida a la buena voluntad, podrían proporcionar un sentimiento de inconformidad ante la injusticia, la cual es el resultado natural de la interacción humana Para ello el siguiente Bhumi de la JÑÀNA, la Sutilidad de Espíritu, permite aplicar la sabiduría ante esta circunstancia.

 

3)    El Tercer Bhumi de la Jñàna es

 

Tanu - Manasa, la Sutilidad de Espíritu

 

Es la altura del alma, la fineza de criterio, la delicadeza en la palabra, la alquimia de la energía interior necesaria para tener una comprensión para el siguiente Bhumi de la Percepción de la Realidad.

 

Es la base de la teofanía con Dios (diálogo de Dios con Dios en el hombre), así como de las relaciones entre los hombres, con la captación de los significados de las situaciones y de las cosas (base de la Yentram Yoga). Permite desarrollar una mejor comprensión con Dios, con nuestra propia alma y con los demás, a través de una comprensión directa y sutil de las cosas y de la vida de relación.

 

Es la base de la Alquimia, de lo denso a lo sutil, así como de la psicoeducación y la comprensión de los Misterios Menores y los Mayores, estos últimos en la mistagógia encomendada al Saber, palabra correspondiente a la cima vertical de la Cruz pectoral de la Fundación Orden del Aquarius.

 

No forma divisiones, es incluyente de las demás vías de la yoga. Estudia e incluye todas, puede practicarlas todas, no se opone a ninguna. Permite integrar la consciencia mediante los dhatus o elementos de aplicación:

 

a)      estudio y acción,

b)      estudio y trabajo,

c)       estudio y contemplación.

 

El Bhumi de la Sutilidad de Espíritu, que es más del mundo sutil que del mundo denso, para el alma de las cosas, para los seres. Generalmente es mucho antes de esta realización que la gente quiere estar en la realidad, pero en la Jñàna, es después de la Sutilidad de Espíritu, que viene el Bhumi de la Percepción de la Realidad, para percibirla con un estado de conciencia incomparablemente más sutil y por lo tanto implica un esfuerzo más difícil que el simple y acostumbrado sentir, que el amor sin comprensión, que el pensar sin reflexión, que el actuar sin Buena Voluntad.

 

La Jñàna es acción para construir un mundo y es también cumplimiento de las Escrituras o sea de la literatura. Implica el estudio racional, el hábito de estudio, porque la reflexión para estar bien basada, ha de estar acompañada del estudio.

 

Desde tiempo inmemorial la Vía de la Jñànakanda exigía obras grandes e implicaba tareas y misiones grandes. Como la Jñàna profundiza la realidad con sutilidad de espíritu, esta realización es ayudada por los primeros Bhumis, Reflexión y Buena Voluntad.

 

Sin embargo, el orden de los Bhumis es únicamente en el proceso ideal, pero cada quien los realiza en el orden en que su individualidad se lo permite.

 

Representa un Sendero que va a permitir la Edad de Oro porque todavía estamos en época de transición entre las dos Eras de la Precesión Equinoccial, Piscis y Aquarius, y los conceptos y la estructura mental de las personas, se inclinan más fácilmente a lo que se hereda de 2.000 años antes, que lo que ha comenzado 50 años antes.

 

La sutilidad de espíritu permite un afrontamiento y realización del siguiente Bhumi de la JNÀNA, Percepción de la Realidad.

 

4)    Su cuarto Bhumi es

 

Sattwa-Apatti, Percepción de la realidad

 

El Bhumi de la Percepción de la Realidad permite captar con comprensión la realidad, pudiendo profundizar las leyes más elevadas para manejar con las leyes superiores las leyes inferiores.

 

Da la comprensión de los tres Bhumis anteriores con base en la realidad. Se llega por lo tanto a la percepción de la realidad impregnados de la realización de los primeros tres Bhumis. Sin embargo, no es indispensable realizar en el orden fundamental los Bhumis, pues las áreas de la individualidad en cada persona facilitan o dificultan realizar primero determinados Bhumis que otros.

 

En el cuarto Bhumi, la observación, el análisis, la investigación, se hacen más para la comprensión, la clarificación, la armonización.

 

Es el encuentro en la aplicación de nuestro ser, con nuestra identidad, nuestra verdadera realidad potencial, nuestra ecceidad como tipicidad de nuestro ser y nuestra misión a cumplir.

 

El Bhumi de la Percepción de la Realidad nos libera de la ilusión y de la desilusión, de la motivación y la desmotivación, para encontrar la realidad de la fuerza de la esperanza.

 

Basta considerar el Bhumi de la Jñàna que corresponde a la Percepción de la Realidad, para comprender su actitud lógica y que la Jñàna Vijñàna Yoga, como yoga de la relación de Dios con el mundo, propicia la actividad del hombre entre los hombres con un criterio de espiritualidad sabia y activa y logrando el enfoque de un justo valor de las cosas.

 

Hay que analizar todos los factores y medios de la percepción en nuestro cuerpo, en nuestra sensibilidad, en nuestro pensamiento y en nuestra intuición.

 

Percibir es un don a conquistar, pues no es solamente un acto común de constatación de la realidad.

 

Muchas veces es contradecida por la espiritualidad de tendencia abstracta, propia del hombre aislado de la Era de Piscis ya liquidada, que deja que su fantasía, sus fondos vagos excesivos, aquello que está reprimido en el fondo de sí mismo, salga en hosannas o en condenaciones que generan rechazo al conocimiento y a la Jñàna, así como fanatismo, ataques a la reputación, reprobación, persecución y barbarie.

 

La administración y el pensamiento, en este Bhumi, deben moverse en función de la razón y del humanismo y deben constantemente establecer diálogos, concesiones, la práctica de los grandes principios: la tolerancia, la verdad y la paz. 25

 

5)    El quinto Bhumi es

 

Asansakti, la desaparición de los atractivos del mundo

 

El camino de la reintegración se dirige a penetrar más en la esencia, en el potencial, en los enfoques profundos acerca de los seres y de las cosas, para no quedarse en la motivación y atractivo de la forma y de la fugacidad.

 

No es que los atractivos del mundo desaparezcan a nuestros ojos y oídos, sino que nuestro pensamiento va directo a la esencia y al potencial de los seres y de las cosas. Es como la penetración a dimensiones que no impiden el reconocimiento de la belleza, del encanto, de la hermosura de los seres y de las artes, de la música y de la danza, de la poesía y de la revelación, de las flores y de la naturaleza, de la creatividad y de la técnica, del espectáculo y del horizonte, del paisaje y del universo, de la sensación y del tacto, del sabor y el olfato, sino que se penetra más allá, más en profundidad, en los significados, en los potenciales, en las esencias.

 

También con respecto a la fealdad y a la antipatía. El Maestre como incomparable pintor, hacía observar el cuadro “Retrato de un Viejo con su Nieto” de Domenico Ghirlandaio, en que se descubre una belleza del alma o de la calidad humana, un sentido de la belleza más allá de la forma habitual, más hacia la esencia:

 

“Domenico Ghirlandaio (1449-1494)... nos complacemos en reconocer como su obra maestra el “Retrato de un Viejo con su Nieto” (en el Louvre) probando claramente que aún un rostro deformado puede ser admirado en pintura. Una vez más aquí estamos en la cuestión de la “Belleza”! Obras maestras como esta pintura de Ghirlandaio se encuentran entre los lienzos más bellos del mundo: se presenta bajo el aspecto de un viejo ciertamente muy dulce, pero con rostro que en verdad no tiene nada de bello en el sentido habitual que se le da a las palabras.” 26

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25. Sus Circulares, tomo III, pág. 59.

 

 

La pintura de Picasso, Braque como la escultura de Calder y tantos otros grandes pintores y escultores han ido al descubrimiento de nuevas formas mediante la desaparición de otros atractivos de la forma, como una transmutación alquímica cualitativa o cuantitativa.

 

Nada más natural que la reciprocidad con el Bhumi siguiente.

 

 

6)    El sexto Bhumi es

 

Padartha Abhavani

la desaparición de las formas visibles

 

El camino de la reintegración se dirige a superar aún las formas visibles, como conversamos largamente con mi amigo inolvidable el gran escritor argentino que escribía en español e inglés y uno de los más vastos en cultura literaria, Jorge Luis Borges. En nuestra primera y larga entrevista en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, donde él era Director, siendo ya ciego desde hacía una veintena de años, quedamos unidos por nuestras profundizaciones en ese 6º Bhumi, en que me dijo que sus amigos ya no tenían rostro y los libros ya no tenían letras. Es como el Bhumi de la Jñàna para encontrar la quintaesencia.

 

Jorge Luis Borges con su creatividad fantástica fue visionario en muchos puntos del alto esoterismo y de la Iniciación de Misterios Mayores, con base histórica, tan difícil para las mentalidades de la horizontalidad de la Cruz. Por ejemplo, en El Profeta Velado, a pesar de haberlo presentado un tanto graciosamente, avizoró en el ocultamiento de su estado de leproso, para cumplir su Misión, la trastocación de las formas para ocultar sus defectos e imposibilidades, desde usar una máscara con cabeza de toro o más tarde un velo blanco que cubría su rostro, hasta tener un harén de ciegas. Hay una estructura de formas que desaparecen para fines excelsos y de bien humano. Estructuras de formas que cambian con base en leyes sagradas como en el retiro velado de Jesús, cubierto por los velos de los dogmas de fe y de las exaltaciones teológicas de valor divino, para su reconocimiento de Cristo Mártir en una era de exaltación del dolor como fue la Era de Piscis, en la que el dolor se exaltaba desde el reconocimiento de Dios hasta el amor que pedía que la persona sufriera por la otra o para los mejores merecimientos. Fue una Era de exaltación del mártir, para el encuentro de la Quintaesencia.

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26        Ver El Arte en la Nueva Era, pág. 303, Ed. Diana de México. El cuadro se puede ver en la lámina 86, después de la pág. 192.

 

Este Sexto Bhumi del Saber, la Desaparición de las Formas Visibles, abarca desde los valores sencillos de la vida diaria hasta las más altas revelaciones de la más Alta Iniciación en los Misterios Mayores de los Tres Planos que me han sido transmitidos por el Maestre.

 

De todas maneras dentro del Bhumi de la Desaparición de las Formas Visibles, no es extraño observar que los Éxodos como la toma de la Gran Línea Vertical en los ambientes históricos de diversas épocas, se han visto precisados a realizar colectivamente e individualmente una desaparición de las formas visibles imperantes hacia nuevas formas y proyecciones de lugar, vivienda y renuncia a las estructuras a las que los ojos del alma y de la realidad habitual se habían acostumbrado.

 


 

 

 

  Respetable Jñápika Gurú Dr. Pablo Elias Gómez Posse.

E Mail: aum_jnapika_satya_guru@hotmail.com
 

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