Colombia erótica
por: Amparo
Osorio/ Fotos Gonzalo Márquez
"Somos tan
atrasados que ni siquiera hemos accedido al erotismo".
A partir de tan desgraciada afirmación de Mario Vargas Llosa, la Revista
Diners indagó entre diversos hombres y mujeres de la vida artística y
cultural del país, encontrando opiniones lúcidas, desgarradoras y
cínicas.
Colombia, ¿un país todavía victoriano? ¿Un reino de la doble moral? ¿Un
territorio donde la carencia de erotismo y la prohibición del deseo nos
ha conducido a la violencia?
En este país de cavernícolas del deseo, de primates de la seducción, ese
juego de la imaginación llamado erotismo, intenso combate entre el ser y
el no ser, es al parecer la única respuesta al empobrecimiento del amor,
a la desmedida violencia, a la diaria pregunta de la muerte.
El puritanismo que ha sometido lo erótico a un simple ejercicio de
reproducción, la instituida moral de señoras viejas de cualquier sexo,
las tiránicas inhibiciones de una religión que se ha negado a reconocer
el cuerpo, y el precario uso de nuestra sexualidad, han conducido en las
últimas décadas a un reconocimiento del necesario espacio de lo íntimo.
Sin embargo, nuestra sociedad se ha mostrado impermeable a esas
tentativas teóricas, desconociendo las postulaciones de grandes
filósofos como Michel Foucault, Roland Barthes y Finkielkraut,
verdaderos Galileos de la sexualidad que han clamado por la abolición
del falo-centrismo y del clítoris-centrismo, proclamando al cuerpo como
una galaxia, con innumerables soles que hacen girar los signos del
éxtasis, y vislumbrando nuevas zonas erógenas y más territorios para el
deseo.
Son muchas las reflexiones que ha provocado este tema. El escritor
argentino Julio Cortázar, quien propuso cambiar la estética por la
erótica, dio una de sus definiciones más deslumbrantes: "El erotismo es
ojos más inteligencia, oídos más inteligencia, tacto más inteligencia,
lengua más inteligencia, pituitaria más inteligencia, lo demás es
pornografía...".
El ensayista francés Georges Bataille sentenció con lucidez: "El
erotismo es la aprobación de la vida hasta en la muerte". Para el pintor
Leonel Góngora, el más grande cultor de lo erótico en nuestro país, la
definición era múltiple y enfática: "Es vida, rebeldía, es mi respuesta
a la muerte".
Según el filósofo francés Jean Baudrillard, "El erotismo es surrealismo,
sueño, lúdica, mientras la pornografía es hiperreal, es petrificación,
es fórmula". Octavio Paz en su grandiosa obra La llama doble afirmó: "El
erotismo es la metáfora del sexo", su poesía, su imagen consagrada.
Quizá el erotismo es el arma más eficaz inventada por el hombre contra
el miedo, contra la muerte, contra el desamor, contra el aburrimiento,
contra los falsos principios y las represiones, y para muchos el único y
fascinante juego que puede derrotar la generalizada violencia que sacude
al país.
Ha llegado el tiempo de elegir entre el amor y la guerra.
David Manzur
(Pintor)
Quizá Vargas Llosa no gozó lo suficiente cuando vivió en Perú y por este
hecho nos está comparando con la sofisticación europea. Sin embargo, no
hay nada peor para la sexualidad que el campo abierto donde no existe
misterio, y en países tan liberados como los nórdicos es probable que el
erotismo no sea tan intenso como en el trópico. Y así como lo prohibido
aumenta la excitación, las sociedades tan abiertas al sexo terminan
aburriéndose. Yo le diría a Vargas Llosa que es imposible pasar por el
Caribe sin tirar, sin entregarse a la sensualidad que despierta este
territorio alucinado. Le preguntaría también si sabe cuántas mujeres
hermosas suramericanas quisieran acostarse con él y sé que algunas de
ellas le harían cambiar para siempre de idea; y es mejor que lo haga
antes que se imponga en el mundo el sexo virtual y tengamos que casarnos
con un computador o con uno de esos cascos que producen sensaciones
vívidas. Lo cierto es que desde los años de su partida a nuestros
tiempos, en Latinoamérica y en nuestro país hay mucho pipí parado.
Germán Espinosa
(Escritor)
Vargas Llosa suele ser un poco exagerado cuando se refiere a ciertos
aspectos de América Latina. Pienso que aquí sí se ha accedido sobre todo
en los últimos años a formas refinadas o delicadas del amor, y hay una
enorme distancia entre el machismo brutal que prevalecía hace cincuenta
años o el gran papel que ha asumido la mujer en nuestros tiempos, lo
cual incide directamente sobre el respeto amoroso fundando una forma
totalmente nueva del erotismo. Siempre he sostenido que la represión
sexual impuesta por la Iglesia y por las castas dirigentes en América
Latina puede ser una de las causas fundamentales de nuestra violencia
crónica. Sin embargo, la libertad sexual que hoy vivimos no va a ser
suficiente para borrar los traumatismos y resentimientos que causó la
sociedad mojigata de otros días.
Fanny Mikey
(Actriz y directora del Festival
Iberoamericano de Teatro)
Para mí la vida y el arte son erotismo. Los europeos y los gringos
tendrán plata pero nosotros tenemos imaginación. Somos tropicales, de un
continente nuevo y caliente, y desde luego somos más eróticos que los
ingleses o los suecos que no tienen sol ni exuberancia vegetal, y esto
lo he comprobado en mi vida. Lo que ocurre es que hay mucha gente
erótica que por incultura ignora la profundidad de este concepto, pero
igual puede vivirlo.
Aunque aquí hay ciudades racistas, tenemos los sentidos y la mente
liberada. En Colombia sabemos gozar, y deberíamos hacerlo con mayor
intensidad, porque en la costa, por ejemplo, la gente al estar más
abocada a los sentidos deja menos espacio para la violencia.
Julián Arango
(Actor)
No creo para nada en lo planteado por Vargas Llosa. Las latinoamericanas
son mujeres llenas de toda una gama de sensualidad, coquetería y
malicia, ingredientes que desempeñan un papel primordial en el erotismo.
Los nuestros son territorios eróticos. Si miramos específicamente el
mapa de Colombia tiene forma de mujer y nuestro pueblo arde. Se respira
pasión por todas partes. ¿Que no somos eróticos? Quizá la influencia
oriental y el choque con la cultura inca volvió a los peruanos de otra
manera. Nosotros nacimos entre la uchuva y la papayuela, escuchamos
vallenatos y mapalés, ingredientes que poseen un alto y rarísimo
erotismo.
José Chalarca
(Escritor y pintor del universo erótico)
El erotismo es la poética de la sexualidad y como toda poética
necesita de un territorio firme para despegar su vuelo. En la América
hispana la sexualidad es arena movediza sembrada de monstruos
acechantes; aquí no hay erotismo, sólo apareamientos fugaces, violentos,
furtivos, constreñidos por la angustia, que desembocan en la procreación
o en la cárcel.
El erotismo es también la filosofía del sexo, igualmente imposible en
nuestra América donde la sexualidad no puede enfrentarse ni desde el
supuesto de la concepción isabelina, ni del de la doble moral, porque
aquí la sexualidad está secuestrada.
Eugenio Montejo
(Reconocido poeta venezolano)
Cuando llegaron los españoles al Perú, encontraron una colección de más
de 3.000 piezas eróticas de cerámica que fueron destruidas en su mayoría
y que eran más bellas que las elaboradas en la India. Vargas Llosa sabe
que sí hemos accedido al erotismo, pero que ese territorio nos lo han
quebrado como aquellos precolombinos; sin embargo, cada mujer y cada
hombre en América Latina trata de reinventarlo y restaurarlo.
De otra parte, nuestra violencia no se debe a una carencia del sentido
erótico. Esta tiene sus propias raíces muy particulares que deben ser
revisadas, muchas de ellas religiosas. La religión del pacifismo está
por inventarse en América. En la actualidad vivimos bajo la única
religión imperante que es la del dinero y con ese credo todo se vuelve
violencia.
Rosana García
(Modelo de artistas)
Estamos en el kínder del erotismo, para los hombres sólo existe el
sentido de la vista y no el tacto, el olfato, el lenguaje; además, la
parte sentimental que se olvida, y es altamente importante. Somos
retrógrados y la alta dosis de machismo que impera nos rodea de un tabú
absurdo. Los amantes latinos le dan demasiada importancia al aspecto
físico y casi carecen de imaginación, para ellos es una simple necesidad
biológica y desconocen el profundo y verdadero sentido de compartir el
deseo. Es un fenómeno sociocultural latinoamericano y eso es parte de
nuestro atraso; quizá si fuéramos más eróticos seríamos menos violentos.
Carlos Duque
(Fotógrafo y publicista)
Estoy de acuerdo con Vargas Llosa, aquí no hay erotismo sino morbo. No
existe una literatura, ni una fotografía, ni una publicidad
verdaderamente erótica. El erotismo es la poesía del sexo y aquí nos
hemos quedado en una representación barata de la sensualidad. Quizá
porque somos demasiado inhibidos, tímidos y recatados no asumimos
nuestro universo erótico. Además, no tenemos imaginación, no hay
sutileza, aquí todo es obvio; vivimos la cultura de la teta en el ojo. A
las mujeres exuberantes de este país, muchas veces mejoradas por la
silicona, las desaprovechan y no les extraen el alma. Por otra parte, el
fenómeno del machismo es muy grave, porque cuando no existe ternura
reina la violencia. Nuestro país se quedó en la provocación, pero no ha
accedido a la seducción y mucho menos al erotismo.
Antonio Ibáñez
(Periodista)
¿Que no hemos accedido al erotismo? A mí me sacan de ese equipo, porque
yo no nací en una cama común y corriente sino en un camasutra
macondiano. Por eso no vivo aburrido, ni resentido, ni amargado y
lógicamente no soy violento.
Sin embargo, pienso que Colombia es un país mal tirado, insatisfecho.
Donde la gente tiene tiempo para todo, odiar, matar, rajar del prójimo,
envidiar lo que hacen los demás, pero no para enaltecer la existencia, y
menos para lo erótico, que requiere mucha dedicación. Se vive
apresuradamente, comidas rápidas, sexo rápido... Esa falta de erotismo
contribuye a la alta dosis de violencia en Colombia. Somos un país
eminentemente genitalista, no erótico. Y de doble moral, pero criolla,
muy española, ni siquiera victoriana. Malas herencias, porque nadie ha
dicho que los precolombinos tuvieran doble moral. Por otra parte, soy el
único terrícola que posee el texto sagrado del erotismo precolombino: el
kamasutra del kamacondo. Finalmente, si en esta esta encuesta va a
aparecer Tatiana de los Ríos, me gustaría quedar encima de ella.
Tatiana de los Ríos
(Top model colombiana)
El erotismo es una experiencia individual, no es posible generalizar
sobre este tema. El amor, las sensaciones y nuestro temperamento bastan
para encontrar caminos sensuales imposibles para la fría mentalidad de
un continente como Europa. Estamos atrasados económicamente pero no
eróticamente. Cada persona tiene una llavecita del erotismo que no la
puede prestar a nadie. Para algunos es una mirada o una fotografía, una
frase procaz o una luna llena. Y por fortuna aquí aún tenemos el ritual
de la seducción que me parece más bello que un simple asalto sexual. El
sexo es sólo un fragmento del erotismo, su culminación.
Fernando Guinard
(Crítico de arte)
Me parece que los amantes latinos tienen tanto pedido en Europa como
en los Estados Unidos. Cuando se hace el amor con extranjeras parecen
maniquíes, aquí con cualquier vecinita de Chía o de Cota se puede caer
uno de la cama. Nuestro desarrollo es tan amplio en este sentido que en
Colombia estamos fundando el primer Museo Erótico Latinoamericano, y se
publicó el libro El espíritu erótico que contiene la obra de más de
setenta pintores y poetas de nuestro país. ¡Amaos los unos sobre y bajo
los otros!