El temblor cósmico

 

El segundo sutra dice: Cuando en tal abrazo tus sentidos se sientan sacudidos como hojas, entra en ese temblor. Cuando en tal abrazo, en tal comunión profunda con tu amada o con tu amado, tus sentidos están sacudidos como hojas, entra en ese temblor. Moverse y temblar es maravilloso, porque cuando en el acto sexual tiemblas la energía se difunde por todo el cuerpo. Vibra en todo el cuerpo. Cada célula está implicada en ese temblor. Y cada una de sus células está vivificada porque cada célula es una célula sexual. Cuando todo tu cuerpo se mueve, no es sólo un encuentro entre tú y tu amada o tu amado. En tu propio cuerpo cada célula encuentra su célula opuesta: lo demuestra el temblor. El sexo es un gran viento, una gran energía que sopla a través de tí. Muévete, tiembla, vibra. deja que bailen todas las células de tu cuerpo. Y eso sirve para los dos. También la misma danza, también en ella vibran todas las células, sólo así podéis encontraros sin que el encuentro sea mental. Es un encuentro de vuestras bioenergías. Entra en el temblor, y , al temblar, no permanezcas alejado, no seas un espectador, porque la mente es un espectador, no permanezcas alejado. Sé el temblor, conviértete en el temblor. No es tu cuerpo lo que se mueve. Sé, todo tu ser por entero. Tu mismo te has convertido en el temblor. Entonces ya no hay dos cuerpos, dos mentes. Al comienzo hay dos temblores; al final los dos temblores se han convertido en un círculo. Qué sucede en ese círculo?. Os convertís en parte de la fuerza existencial. En ese temblor os convertís en parte del cosmos. Ese momento es un momento de gran creación. Os disolvéis como cuerpos sólidos. Os convertís en líquidos (fluís el uno en el otro. Fluye en el momento, deja que tu cuerpo se exprese por si sólo.) La mente ha desaparecido. La división ha desaparecido. Habéis alcanzado la unidad.

Si permaneces en comunión en un abrazo profundo con tu amado durante horas, te olvidas de la otra persona, te conviertes simplemente en una extensión del Todo. En el sexo trasciende al tiempo. el tiempo ya no existe. Para tí el tiempo cesa. El tiempo en sí no cesa, pero cesa en tí, porque tú no estas dentro de él. No existe pasado ni futuro. En este instante, aquí y ahora, está concentrada toda la existencia. Este momento se convierte en el único momento real. En el sexo pierdes por primera vez tu Yo: te abandona. Tú y tu amada o tu amado estáis conjuntamente perdidos en una cosa diferente. Se desarrolla una nueva realidad, nace una nueva unidad, en la cual se pierden los dos. En el sexo eres natural por primera vez. La personalidad artificial y las fachadas se pierden. Formas parte de la naturaleza, de los árboles, de los animales, de las estrellas. Estas inmerso en algo mas grande, el cosmos. Flotas en él.

El sexo no se puede apresurar: al apresurarlo lo destruyes, pierde el punto esencial. Gózalo, porque a través de él puedes alcanzar la experiencia de la atemporalidad. Pero si tienes prisa no puedes percibir la atemporalidad. Cierra los ojos, siente el cuerpo de la otras persona,siente como la energía de la otra persona fluye hacia tí, y sumérgete en ella., disuélvete en ella. Dale libertad al cuerpo, de modo que cada célula vibre y viva. Al igual que un pájaro se posa sobre una rama, y la rama tiembla y vibra, vive, permite que tu ser se pose sobre el cuerpo, y déjale que vibre, se sienta vivificado por la fuerza interna. e imprevistamente descubrirás que entras en una puerta que permite a todo tu ser entrar en función.

Todo lo aquí expuesto debe ser comparado con lo expuesto por los Maestres de la Ferrière y Ferriz Olivares en su Literatura y consultado personalmente con el R. B. Jñàpika Satya Gurú.

 

Respetable Jñápika Gurú  Dr. Pablo Elias Gómez Posse 

aum_jnapika_satya_guru@hotmail.com

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