IV

LOS FUNDAMENTOS

DE LA TEORIA DE LAS

DETERMINACIONES ASTROLOGICAS

  Dr. Spicasc

 

1.- El dilema del astrólogo novel

 

  Consideremos el caso, bien frecuente, de una persona que se ha sentido atraída por la Astrología y que ha completado ya el estudio de rudimentos y elementos de nuestra querida y venerable Ciencia. Supongamos que domina ya el esquema básico astronómico, el cálculo correcto de temas natales, revoluciones y direcciones y significados generales analógicos de astros, signos y casas. Ante tal estado de cosas y conciente de que no ha agotado el saber astrológico, nuestro personaje desea perfeccionarse y por este solo hecho se ve colocado ante una encrucijada en la que solo pocos afortunados atinan a elegir acertadamente. En general, no encontrará nada mejor que valerse por el resto de su existencia de analogías generales y colecciones de aforismos tan recetarios cuan arbitrarios. En este caso su destino como astrólogo estará sellado a perpetuidad por la mediocridad (cuando no por el ridículo): será uno más entre los muchos amantes desdichados de Urania.

  Sin realizar grandes esfuerzos coleccionará pocos y pequeños éxitos y numerosos fracasos oprobiantes y terminará a menudo desilusionado de la Astrología, aun sin haberla jamás conocido ni comprendido nunca en profundidad. Sus conocimientos tan desorganizados como dogmáticos careceran necesariamente de toda sistematización lógica. O bien, si posee aptitudes matemáticas, optará por dedicarse de lleno al cálculo astrológico. Planillas y planillas  de cifras le proporcionarán un pastiempo tan agradable como estéril pués será incapaz de extraer de su esfuerzo numérico la menor conclusión útil en el diagnóstico o pronóstico.

   La otra elección, por cierto más sensata, se basa en el uso de esa facultad inapreciable del homo sapiens que se llama la Razón. Es cierto, (y muy triste) que como apuntaba BERTRAND RUSSELL "la mayoría de los seres humanos moriría antes que pensar... y en realidad así lo hacen", pero insistimos en que vale la pena intentarlo y cosechar no pocas satisfacciones por ello. Además, es una buena forma de demostrar que nuestras arterias no están aún endurecidas...

    En las lejanas épocas caldeo - babilónicas, el sacerdote subía a una alta torre y descendía luego anunciando que Marte se hallaba en Aries y que eso significaba victoria próxima para las tropas del rey. Eso le bastaba para salir del apuro y la ignorancia supersticiosa del pueblo hacía el resto. Resabios (y no pocos...) de esto se hallan en nuestros tiempos, y no solo por cierto entre las crédulas lectoras de horóscopos de diarios y revistas. El desastrólogo que asegura a su consultante (o victima?) de que será feliz en amores por el solo hecho que al nacer Venus se hallaba en Tauro, posee exactamente la misma estructura mental. En efecto, tal émulo de Cagliostro no se toma en lo más mínimo el trabajo de pensar que cada pasaje de Venus por Tauro (lo que bien a menudo dura un mes largo) ve nacer a millones de seres con el más amplio y variado espectro de destinos en lo que a los asuntos de Cupido se refiere. Y que decir entonces de las estadías de Urano, Neptuno y Plutón en un signo determinado?

  Pues bien, nuestro verdugo de la Astrología  no vacilará en sentenciar cosas tales como "Ud. Con ese Neptuno en Virgo solo podrá esperar problemas y adversidades debido a su mente mediúmnica, etc. etc.". Desde luego, jamás llega a tener en cuenta (ni advierte siquiera) que la enorme mayoría de los cientos de millones de personas que nacieron con Neptuno en Virgo reirían a carcajadas si escucharan una tal estupidez que ellos nunca vieron confirmadas en sus existencias. Y todo esto se aplica igualmente a los aforismos relativos a posición de astros en casas, aspectos, cúspides en signos y así siguiendo. Todos estos constituyen una nefasta pseudo - astrología en píldoras y nada cabe esperar de su uso irracional salvo el ofender a la Razón y hacer el ridículo.  Por supuesto en la misma categoría cae tanto psicólogo del altillo que quiere explicar la totalidad de las existencias humanas mediante traumas, neurosis, fobias y así siguiendo...y por supuesto cuidandose de mencionar al destino ya que es totalmente ignorante en materia de técnicas predictivas.

  La alternativa que aquí proponemos ante la difícil elección del novicio es el empleo de la Teoría de Determinaciones Astrológicas debida al genio de JEAN  BAPTISTE MORIN DE VILLEFRANCHE.

  No cabe duda que el gran MORIN percibió como ninguno las limitaciones graves de una tradición astrológica corrupta. Pero, con intuición rutilante e incomparable sentido crítico, supo restaurar a la verdadera Astrología, encarrilando a ésta al formular sus leyes con precisión científica. La esencia de la contribución de MORIN a nuestra Ciencia se condensa en su obra capital "Astrologia Gallica", de la que en seguida hablaremos. Quiero hoy intentar aquí un breve resumen introductorio a las capitales contribuciones de MORIN, síntesis que persigue la doble finalidad de prestar un servicio a los estudiantes serios y de rendir un modesto homenaje al tan ilustre autor de aquellas.

 

2.- LA "ASTROLOGIA GALLICA"

  Tras haber servido a una serie de ilustres señores y mecenas, logra MORIN la protección de la princesa María Luisa de Gonzaga, por ese entonces reina de Polonia. Esta se interesa vivamente por los trabajos del insigne astrólogo y destina dos mil taleros para la impresión de su producción cumbre, "Astrologia Gallica". Esta obra colosal en contenido y tamaño, escrita en latín un tanto corrupto como la mayoría de los textos doctos de la época, vió la luz en 1661 en La Haya cinco años después de la muerte de MORIN.  

Como señala el profesor Wilhelm KNAPPICH (de cuya clásica obra "Geschichte der Astrologie" tomamos algunos datos) la obra de MORIN pasa a ser, desde el momento de su aparición, la verdadera SUMMA ASTROLOGICA, la enciclopedia obligada de los astrólogos cultos y versados. Consta La Astrología Gallica de veintiseis tomos in folio con un total de XXXVI + 784 páginas, incluyendo 39 tablas y 80 horóscopos de ejemplo. En los ocho primeros volúmenes, MORIN se ocupa de refutar in extenso todas las objecciones de naturaleza teológica y filosófica contra la Astrología, incluyendo además temas tales como demostraciones de la existencia de Dios, opiniones de los Padres de la Iglesia, el problema del destino y el libre albedrío y los fundamentos filosófico-naturales a los que deben referirse las influencias astrales.

Esta obra capital de MORIN recibió de su autor y al estilo de la época el extenso título de "ASTROLOGIA GALLICA principiis et  rationibus propriis stabilita, atque in XXVI Libros distributa non solum ASTROLOGIAE JUDICIARIAE studiosis, sed etiam Philosophis, Medicis et Theologis omnibus per-necessariae: Quippe multa complectens eximia ad scientias illas spectantia. Opera et studio JOANNIS BAPTISTAE MORINI, apud Gallos e Bellejocensibus Francopolitani, Doctoris Medici et Parisiis Regii Mathematum professoris.- Ejus Anagramma: Mira sapiens uni bono stat.-Hagae-Comitis, Ex Typographia Adriani Vlacq, MDCLXI".

 Formidable sin duda es este encabezamiento para una obra colosal en contenido y tamaño, redactada en latín como todas las obras doctas de su tiempo y estructurada según los moldes  ya clásicos de la filosofía escolástica. Esta soñaba con "edificar el saber humano en pirámide de la cual brotaran en cascada todas las verdades" (Rey Pastor). Ardientes propulsores del método axiomático, los escolásticos  se apoyaban en definiciones y partían de un sistema de principios, axiomas y postulados a los que aceptaban sin demostración. En base a esto y mediante estricta aplicación de la lógica aristotélica se deducían cada una de las leyes y propiedades de la disciplina que se tratara, fuera esta filosofía, teología, matemática o cualquier otra. MORIN se aferró estrechamente a este esquema pero aportando no solo estructuración lógica sino un verdadero torrente de  geniales ideas originales que revolucionaron a la Astrología por completo y le dieron verdadera jerarquía como rama del conocimiento humano.  Es que MORIN podía lograrlo  gracias a su sólida formación científica y amplia base matemática. A partir de los hechos observados pudo inferir leyes generales que habían sido completamente ignoradas por sus predecesores...y que siguen siendo desconocidas por la gran mayoría de los astrólogos actuales.     

  De los 26 tomos que componen la obra, SELVA hizo una síntesis y traducción al francés del Libro XXI, cuyo título es: "De activa Corporum coelestium, et passiva sublunarium determinatione". Interesa aquí fundamentalmente el  estudio de las determinaciones de las cuales depende el campo de la vida en la cual se manifiesta la actividad de las influencias astrales y la cualidad de los efectos que ellas producen. Bien entendido, hablar de "influencias astrales" o de "efectos" es solo por comodidad de lenguaje ya que no cabe, en rigor, emplear hoy tales nociones en Astrología. No nos movemos aquí en el territorio del principio de causalidad de la Física sino en el ámbito de la correspondencia y analogía.  Han pasado ya casi cuatro siglos desde que MORIN redactara su obra y, en el interín, se ha logrado en los círculos cultos e informados una mejor comprensión de los hechos astrológicos. Seguir hablando hoy en Astrología de causas y efectos, fuerzas, ondas, vibraciones, impulsos y energías es caer en el ridículo...No solo es necesario revisar urgentemente las ideas sino además el lenguaje y estas dos tareas estan hoy atrasadas por culpa de quienes se niegan a estudiar y, lo que es peor, a pensar...

    La idea central de MORIN descansa en un pivote fundamental que apuntala todo el edificio de la interpretación astrológica. Es el siguiente principio: todo signo sigue a (y actúa según) la naturaleza y al estado cósmico de su Señor. Pero en realidad hay más pues otro tanto ocurre con las Casas, las que actúan según la naturaleza y estado de su Regente. En realidad existe una compleja vinculación entre Astros, Signos y Casas que Morin percibió y expuso con claridad magistral. De todo ello veremos más en lo que sigue.

 

NOCIÓN DE DETERMINACIÓN

  Para proseguir esta exposición es necesario dejar muy en claro que se entiende por DETERMINACION. De acuerdo a la terminología moriniana esta noción fundamental es la que permite responder a la pregunta capital en cuanto que significa cada elemento (astro,casa, signo) en un dado tema natal o de revolución o en una determinada dirección o tránsito asociado a cierto rádix. Básicamente por DETERMINACIÓN debe entenderse los asuntos de la vida, personas y cosas a que se refiere o indica cada elemento del tema.  Si nos interesa para un dado nativo indagar determinada cuestión de su existencia, sea esta relativa a amores, dinero, trabajo, salud o cualquier otra  será menester ante todo tener en claro que elementos del tema deberemos analizar por estar estos determinados a ese asunto que nos interesa. Vale esto decir que tales elementos son los indicadores que nos informan sobre esta cuestión en particular, y del mismo modo para cada uno de los interrogantes que puedan presentarse en todos los diferentes hechos y características vitales de esa persona. Lo importante es subrayar que cada nativo tendrá sus propios significadores determinados hacia cada asunto y estos serán en general distintos a los de cualquier otro nativo. Este fue uno de los grandes descubrimientos de MORIN.

  Para esclarecer estos problemas por completo es que MORIN establece su teoría de las determinaciones astrológicas basada estrictamente en las influencias astrológicas que manifiestan:

 

a) Una determinación esencial, universal y general. Válida para      

todos los seres y aconteceres sublunares; es decir, terrestres. Es lo que MORIN llama Estado Celeste de un astro y cuya determinación se refiere a la cualidad general del influjo astral sin    que pueda especificarse a que asuntos, cosas o relaciones del nativo  se refiere.

 

Bien entendido, el Estado Celeste de un astro  depende principalmente de su posición en signo (dignidad, debilidad, peregrinaje) y de los aspectos que recibe.

Como luego veremos a estos factores deben agregarse entre otros el estado de su dispositor/es (regente/s del signo que ocupa) y del regente/s de la casa ocupada. En base a estos factores   es que se determina y pondera el  estado celeste de cada astro en un tema.

 

b)        Una determinación accidental, individual y particular. Válida sólo para una persona única o un acontecimiento único que se relaciona específicamente a un individuo determinado. Es lo que MORIN denomina Estado Terrestre de un astro y cuya determinación se manifiesta por los efectos de una categoría particular. Es a partir de este Estado Terrestre que podemos ya referirnos a los asuntos, hechos, cosas, personas a los que se refiere la indicación de cada astro en un dado tema natal y solamente en ese tema.

 

El Estado Terrestre depende principalmente de la posición del astro en el sistema de casas astrológicas o esfera local entre otros factores. Así deberemos tener en cuenta para evaluarlo su elevación relativa (presencia en Casas X o IX), su angularidad (presencia en Casas I, IV, VII o X) o bien su presencia física en Casas Desgraciadas (VI, VIII o XII, parcialmente la VII).

 

Estas dos clases de determinaciones que se producen al mismo tiempo sobre la vida terrestre, constituyen lo que MORIN describe en su  Teoría de las Determinaciones Astrológicas que él  descubriera sobre bases empírico - racionales.

 

El ESTADO CÓSMICO de un astro resulta de la combinación y síntesis ponderadas del Estado Celeste y del Estado Terrestre de ese astro. No debe pues ser confundido con el Estado Celeste (como a veces ha ocurrido).

Esta teoría  es obra de MORIN y fue la gran innovación que él introdujo en la Astrología. En su tiempo la obra de MORIN causó una revolución conceptual, ya que de golpe colocó la teoría de la interpretación del tema astrológico sobre bases estrictamente racionales y científicas. Es necesario conocer el curso de la historia de la Astrología para comprender el alcance del servicio prestado por este Maestro de nustra Ciencia. La metodología de Morin puso luz en las tinieblas de la interpelación antigua y medioeval que se basaba exclusivamente en aforismos rígidos y no sobre los principios generales de la Astrología que solo pasaron a ser conocidos a partir de la publicación de la Astrologia Gallica.

 

Con ARISTÓTELES es menester afirmar: "No hay ciencia de lo particular". Los aforismos usuales son propios de un empirismo recetario que nada tiene de científico. A MORIN se debe la única sistematización científica de la Astrología que existe hasta hoy. A quien ella no le agrade que nos haga saber con que pretende reemplazar a esta Teoría de Determinaciones.  Pero, bien entendido, esto no supone estancarse en MORIN. Es necesario flexibilizarlo, ampliarlo, modernizarlo introduciendo nuevos descubrimientos y los avances de la Psicología dentro del marco astrológico. Esta es la obra de los grandes astrólogos del Siglo XX a los que nos hemos referido antes.

 

MORIN en el Prefacio al Libro XXI, dice   con plena conciencia del alcance de su obra "los antiguos astrólogos habían establecido sus juicios sobre bases puramente ficticias y extrañas a la naturaleza de las cosas... Algunos apelaban a los términos, decanatos, faces, etc. y atribuían propiedades especiales a los diferentes grados de la Eclíptica".  

"Ellos han comprendido mal y han aplicado aún peor las progresiones anuales, mensuales y diarias, lo mismo que todas las otras vanas ficciones introducidas en la astrología por los Caldeos, Egipcios y Arabes.  Otra clase de astrólogos toman en cuenta a los "Significadores Universales" cuyo empleo y estudio ha sido hasta aquí el objeto principal de las preocupaciones de todos los astrólogos".  "Yo estoy de acuerdo -dice certeramente MORIN- de que el Sol posee naturalmente una gran analogía con los honores, monarcas, padre, etc. más bien que con una condición ignorada, paisanos, niños, etc. lo mismo que Júpiter para las riquezas, Venus para la esposa, Mercurio para el intelecto y así sucesivamente.  Pero es absurdo partir de allí y querer pretender que el Sol, por ejemplo, sea significador Universal del padre o de los honores y que así ellos hagan - en no importa de que natividad se trate- extraer del Sol los juicios sobre el padre y los honores que alcance al sujeto en su vida, cualquiera sea la Casa astrológica que este astro ocupe y de la cuál él sea su Señor".

   Por eso MORIN critica tal proceder y establece por vez primera un orden, un método esencialmente novedoso de trabajo y de pasos a seguir en el terreno de la interpretación.  Y ese método, basado en el principio de que todo Signo sigue a su Señor en su determinación universal y en su determinación particular, es el que constituye la clave - como muy bien dijo SELVA- de la Interpretación. 

 Como puntualizó el Profesor KNAPPICH, MORIN retoma a continuación algunas concepciones aristotélico-tomistas que trataremos en lo que sigue. Tales concepciones presidían desde luego las formulaciones científicas y filosóficas de la época.  Pero en MORIN hallamos mucho más que un mero formalismo escolástico.

En efecto, la mente matemática de MORIN lo hace revelarse en su tratado como un verdadero precursor de lo que tres siglos más tarde sería el método axiomático de HILBERT y PEANO. Sobre la base de un cuadro de definiciones, axiomas y postulados, MORIN demuestra una serie de veintiocho teoremas que constituyen el fundamento lógico - racional de su sistema astrológico. Veamos en pocas líneas que significa esto.

 Supone simplemente aceptar un cierto número de proposiciones como evidentes, es decir, sin necesidad de demostración. Estas proposiciones constituyen los postulados y axiomas de la teoría y a partir de ellas se deducen lógicamente las restantes proposiciones y leyes que conciernen a la disciplina en cuestión, en nuestro caso la Astrología.

  Luego revistaremos las definiciones, postulados, axiomas y teoremas de MORIN por entender que se tratan de una contribución de mucho interés para la fundamentación racional de la Astrología. Antes, sin embargo, deberemos exponer brevemente las concepciones fundamentales de raíz aristotélica que ya mencionáramos.

 

3.- PRIMER CIELO Y MUNDO

 JEAN HIÉROZ, en su lúcido prólogo a "Mi vida ante los astros", sintetiza magistralmente las concepciones de base en que apoya sus posteriores desarrollos el autor de la Astrología Gallica. Tan notable en esta exposición que la reproduce fragmentariamente en su presentación el corrector de estilo de la ya clásica obra del Dr. ADOLF WEISS, "Astrología Racional" (sin cuidarse de mencionar su verdadera fuente). Reproducimos aquí in toto esas líneas de HIÉROZ con algunos comentarios adicionales. Sin embargo debe advertirse que algunas de las concepciones aquí mencionadas tenían vigencia en tiempos del ilustre autor que nos ocupa pero hoy resultan anacrónicas y totalmente superadas. Me ocuparé debidamente de estos arcaismos en lo que sigue. 

 

Para MORIN:

 

I)         El "Primer Cielo" (modernamente "Esfera Celeste") está determinado activamente como causa física primera. (Es el Primum Movile aristotélico del que emanan las influencias sidéreas. Como bien señala KNAPPICH, al Primum Movile se halla indisoluble y solidariamente unido el Zodíaco. Este posee propiedades intrínsecas que no están determinadas por el movimiento del Sol y que pueden describirse en términos de las Cualidades Primitivas y de los Cuatro Elementos. Luego,  como señala acertadamente el Prof. KNAPPICH, el no depender el Zodíaco del pasaje del Sol, resultan  inconsistentes las pretensiones del fraile Campanella y sus continuadores en cuanto a la variación de las influencias, domicilios y regencias para el hemisferio sud dado que las propiedades zodiacales son intrínsecas, como, por otra parte, la experiencia confirma plenamente).

 

La determinación del Primer Cielo en cuanto causa activa es a la vez esencial  y formal y halla su expresión en las propiedades fundamentales del influjo de los signos, planetas y estrellas fijas. Dada la posición  continuamente variable de los astros en la Esfera Celeste esta determinación es, naturalmente, accidental.

Esencial y accidental, esta influencia es ante todo general y se refiere únicamente a la calidad de los influjos y no a la naturaleza específica de éstos en cuanto a su esfera de acción o a los asuntos de la vida afectados por su influencia.

 

II)       El "Mundo" (modernamente "Esfera Local") es representativo del individuo y está pasivamente determinado a sufrir el influjo emanante del Primer Cielo y a canalizar los efectos hacia determinada Modalidad o tipo de asuntos en la existencia del nativo. Esta determinación halla su expresión esencial en la división del Mundo en las doce casas terrestres.

 

(Los planetas  se encuentran indisolublemente ligados a los signos que rigen en el Thema Mundi y en presencia o en ausencia física de sus regentes los signos conservarán la tónica de aquellos y ésta dependerá básicamente del estado cósmico tanto del regente o regentes, como del dispositor del regente como tambien de los planetas ocupantes del signo (entre otros factores) como después se analizará más prolijamente.

 

III)         Como consecuencia de la rotación contínua de la Esfera Celeste (origen de los influjos) en torno a la Esfera Local o sistema de casas particular de cada individuo (receptora de los influjos), los signos, planetas y estrellas fijas, determinados en forma general en cuanto a calidad de los influjos por su distribución en el Primer Cielo, se ven ahora determinados hacia cierto tipo de cualidades, sucesos y asuntos de la vida de ese ser humano. Esto, de acuerdo a su distribución en la Esfera Local (casas) indisolublemente unida al nativo durante toda su existencia y en todo momento de la misma (y aún post - mortem como confirma la experiencia de quienes trabajamos con direcciones).

 

Las casas y cúspides ya determinadas en forma general a canalizar los influjos hacia tal o cual modalidad de efectos se hallan determinadas en todo instante de la vida del sujeto hacia cualidades y eventos buenos o malos, nefastos o felices, según emane de la calidad del influjo de signos, planetas y estrellas fijas que se canalice en cada momento hacia cada casa del tema natal.

 

IV)         El tema natal que representa la superposición de las dos Esferas, Celeste y Local, en el momento y lugar de nacimiento de un individuo constituye la Figura Genetlíaca de este nativo. Todos los sucesos de su existencia se hallan prefigurados en ella y las direcciones permiten prever en que fecha se producirán. Empero, no podrá producirse hecho alguno ya anunciado debido al vencimiento de direcciones si las revoluciones solar y lunar de la época no lo confirman y viceversa, nada importante puede ser predicho con justeza del examen de las revoluciones que no pueda ser deducido del tema radical y sus direcciones.

 

V)            En tanto que el tema natal rige y devela el temperamento, cualidades y destino del nativo, las direcciones y revoluciones permiten seguir a lo largo de los meses y los años el transcurrir de la existencia. Los tránsitos regulan en este esquema así definido, los instantes precisos y los detalles de los sucesos.

 

Hasta aquí la estupenda exposición de HIÉROZ, la que solo peca de excesivamente concisa. Intentaremos desarrollarla ampliamente en lo que sigue. Solo yerra en algunos puntos de los que me he ocupado extensamente en artículos aparecidos en MEDIUM COELI. Así tenemos que:

 

1)El influjo de los astros como causa directa de los hechos terrenales es inexistente.

 Es necesario insistir en que los astros solo son indicadores macrocósmicos del devenir microcósmico de cada individuo y cada uno de los grupos humanos (paises, pueblos, movimientos, instituciones,...). Los delirantes que asocian a los astros energías, ondas y vibraciones que incidirían en nuestras vidas estan invitados a demostrar como logran detectar y medir tales cosas. Hasta ahora nadie pudo hacerlo...y es preciso ser un enemigo del buen sentido para insistir con tales disparates. 

 

2)Los tránsitos, lunaciones y eclipses solo constituyen a nivel predictivo una "música de fondo", la que de ninguna manera puede reemplazar a direcciones y revoluciones.  Ya MORIN mismo señalaba en sus "Remarques Astrologiques" que "las revoluciones y direcciones constituyen las paredes y el techo del edificio de la Astrología". Lo que estaba claro para el gran MORIN hace casi cuatrocientos años no lo está hoy para muchísimos "astrólogos" actuales debido únicamente a la formidable falta de preparación de estos últimos. En efecto, al ignorarlo todo sobre las direcciones eficaces y la rectificación y casi todo sobre las revoluciones han reemplazado estos "modernos" las técnicas de predicción por tristes divagaciones sobre tránsitos, lunaciones y eclipses. Así ha surgido algo a lo que podríamos denominar "la superstición astrológica" pues se reemplaza al conocimiento positivo por una serie de dogmas absurdos que no admiten ser discutidos. A esto se le añade la incorporación de una serie de astros hipotéticos sin la menor relación real con el destino humano y una serie de desventuradas fantasías que no resisten el menor análisis.   

Vale tambien la pena reflexionar aquí un momento sobre otro disparate muy en boga. Me refiero a la frase acuñada de "astros generacionales"  para referirse a las largas permanencias en cada signo de Urano, Neptuno y Plutón. De hecho (y aun cuando no cambien de signo) estos astros- al igual que todos los restantes del sistema solar- cambian continuamente sus determinaciones a lo largo de un solo día y esto cada día. Basta esta observación que hacemos para poner de manifiesto la triste ignorancia de quienes se expresan de tal manera. Dos personas nacidas el mismo día y en el mismo lugar pero a diferentes horas tendrán su Urano, Neptuno y Plutón (lo mismo que todos los demás astros de sus respectivos temas natales) determinados a cuestiones de la vida totalmente distintas.  

 

 EL SISTEMA AXIOMÁTICO DE MORIN

  Dr. Spicasc
Siguiendo a HIÉROZ y de acuerdo a lo anticipado, se expondrá el sistema axiomático de MORIN que es la base solidísima de su teoría de las determinaciones.

DEFINICIONES

 I - Un tema celeste es, en un momento dado, el conjunto de posiciones de los dos astros del cielo y de los signos del Zodíaco en las doce casas de la Esfera Local relativa a un lugar escogido de la superficie terrestre.

 II - El REGENTE de un signo es el planeta que tiene su domicilio en ese signo.

 III - EL DISPOSITOR de un planeta es un segundo planeta que rige el signo que aquel ocupa.

 IV- El REGENTE de una Casa es el planeta regente del signo que ocupa dicha casa (ya por su cúspide, ya por intercepción).

 V - El REGENTE de un Tema es el planeta que en ese tema por posición y/o dominación en lugar principal de la figura geneatlíaca, sobrepasa en virtud activa a los restantes planetas.

 VI - El SIGNIFICADOR es la cúspide de casa o planeta que representa en un tema dado cierto efecto (o categoría de personas, hechos, asuntos o cosas) por su posición y/o dominación.

 VII - "ACTUAR POR SI" es producir efectos por su virtud propia (Esto es aplicable según MORIN a astros, casas, signos, estrellas fijas y lugares de aspectos. Debe recordarse empero que este punto de vista propio de la época es insostenible hoy. En Astrología no hay acciones ni fuerzas en el sentido de la Física).

 

AXIOMAS

I - La acción de un planeta depende de la casa terrestre que ocupa.  Lo mismo es válido para los signos del Zodíaco y las estrellas fijas.

II- La acción de un planeta en una casa determinada depende de la naturaleza de ese planeta. Lo mismo se aplica a estrellas fijas y signos del Zodíaco.

III - La acción de los aspectos de un planeta varía según el tipo de éstos.

IV - Los mismos aspectos actúan en forma diferente según los planetas de que emanen.

V - La acción de un Planeta depende de la casa que él rija.

VI - El punto del cielo en que se halle un planeta en el tema natal de un individuo actuará durante toda la existencia de éste según la fuerza e influencia de este astro y también de acuerdo a la casa que ocupe en el radix. Lo mismo es válido para los puntos celestes en que caigan aspectos de un astro.

VII - Un mismo punto del cielo puede ser el lugar de un astro o aspecto en un tema y el lugar de otro astro u otro aspecto en otro tema.

VIII - Lo que actúa por sí lo hace solamente por su naturaleza y fuerza propias.

IX - Aquello que recibe (pasivamente) lo hace solo por y de acuerdo según su naturaleza propia. O bien, lo que recibe, lo hace según su modo de recibir.

X - Aquello que no varía actúa siempre de la misma forma en las mismas circunstancias.

(Obsérvese que en este axioma MORIN no hace otra cosa que enunciar en forma clara y precisa un análogo astrológico del principio de causalidad de la Física).

MORIN agrega a las anteriores definiciones y axiomas los dos siguientes

POSTULADOS

I - El TEMA NATAL de un  sujeto dado puede ser erigido, no importa donde ni cuando, en base a efemérides y tablas de casas.

II - Valiéndose del concurso de su razón y sus sentidos, el hombre puede interpretar un tema natal.

 

5-LOS TEOREMAS DE MORIN

 En base a lo anterior MORIN demuestra lógicamente los siguientes TEOREMAS que aquí solamente enunciamos:

I - Las casas astrológicas difieren por su virtud propia y sus propiedades.

(Para MORIN las casas son "meros espacios geométricos vacíos" que se determinan hacia determinados asuntos en base a los signos presentes e interceptados en ellas y a los astros regentes de éstos y/o presentes en la casa en cuestión).

 II - Los planetas difieren por sus virtudes y naturalezas propias o al menos por sus influencias.

 III - Los signos del Zodíaco difieren por sus naturalezas y sus propiedades, tanto elementales como influenciales.

 IV - Los diferentes aspectos de un planeta difieren por sus apariencias y propiedades y la potencia de estas últimas.

 V - Las estrellas fijas difieren por su naturaleza y propiedades (o virtudes).

 VI - Las diversas influencias celestes se combinan en el nativo.

 VII - El mismo astro en el mismo estado celeste y en el mismo signo producirá los mismos efectos elementales e influénciales NOTA: Luego se insistirá debidamente en la noción fundamental de estado cósmico que auna y sintetiza las de estado celeste (status coelestis) y terrestre (status localis) de un astro.

 VIII - Un planeta en los diferentes signos no produce efectos idénticos. Estos difieren ya en lo elemental, ya en lo influencial.

 IX - Dos astros diferentes combinados con el mismo signo no producen los mismos efectos.

 X - El mismo planeta en el mismo estado celeste tendrá siempre los mismos efectos al actuar en la misma casa.

 XI - Un planeta tiene efectos diferentes en las distintas casas del tema

 XII - Dos planetas diferentes no ocasionan los mismos efectos al actuar en la misma casa.

 XIII - Un planeta no puede realizar por sí solo lo que realiza unido a otro por conjunción o aspecto.

 XIV - El mismo planeta combinado de la misma forma a igual cúspide, planeta y signo produce siempre iguales efectos.

 XV - Un astro vinculado en una forma cualquiera dada, con otro planeta o cúspide, no realiza lo que realizaría si hubiera vinculación con un tercer planeta u otra cúspide.

 XVI - Un mismo astro realiza cosas diferentes al tener vinculaciones diferentes con otro astro o cúspide dados.

 XVII - El mismo aspecto emanante de astros diferentes realiza cosas diferentes.

 XVIII - Las virtudes o propiedades de las casas del tema no son en sí mas productoras de efectos sino tan solo determinativas de la virtud e influencia de los cuerpos celestes en orden a la producción de efectos congruentes a las dichas virtudes o propiedades de la casa en cuestión.

 XIX - En tanto que causa eficiente, la influencia de todo cuerpo celeste es universal por sí misma.

 XX - La influencia de todo cuerpo celeste es única e invariable en sí misma debido al hecho del movimiento de aquel en los signos.

 XXI - Ningún planeta contiene o pone en juego la misma influencia que otro planeta, pero puede, empero, contener la misma fuerza elemental.

 XXII - Un cuerpo celeste no puede generar influencias que se traduzcan en cualidades y/o sucesos que no puedan producirse naturalmente.

 XXIII - Las posibilidades de un planeta (en cuanto a influencia y efectos) son netamente limitadas.

 XXIV - Dos planetas no pueden generar las mismas influencias sobre un mismo nativo, al menos influencialmente.

 XXV - El mismo planeta, por su sola virtud influencial sobre un mismo nativo, produce diversos efectos.

 XXVI - Sobre distintos sujetos el mismo planeta por su misma virtud influencial, actúa diferentemente.

 XXVII - Dos planetas no pueden - obrando individualmente - actuar sobre un mismo nativo generando los mismos efectos que obran en forma conjunta.

 XXVIII - Un planeta que no se encuentre ubicado en sus domicilios realiza una cosa en la casa en que se sitúa corporalmente y otra en la casa que rige. (Es cosa ardua determinar cuando esta situación produce efectos que combinan los significados de ambas casas).

 

5 - El ESTADO COSMICO (CELESTE Y TERRESTRE) DE UN ASTRO

Para una cabal comprensión de los enunciados que anteceden necesitamos siquiera someramente, precisar algunas nociones relativas a la naturaleza elemental e influencial de un astro y a su estado cósmico celeste y terrestre. Una exposición completa estaría aquí fuera de lugar.  Remitimos al lector para ello a la obra bien conocida del Dr. WEISS.

Para expresarlo en lenguaje simple, digamos que la energía universal emitida por el Primer Cielo es modulada por cada causa activa secundaria: planetas, signos y estrellas fijas. Pero esta modulación, repitámoslo una vez más, sólo tiene que ver con la calidad de la influencia y no con los efectos específicos: estos últimos resultarán fijados en cuanto a modalidades, cualidades y sucesos por la acción pasiva del sistema observada de las influencias. Quienes hayan reflexionado sobre el tema quizás convengan con nosotros en que se trata solamente de un esquema conceptual asaz inadecuado para nuestros tiempos y conocimientos pero que permite, a falta de algo mejor, apoyar nuestra intuición para discernir que es lo indicado por los astros. Urge al menos, de no mediar la deseable creación de un nuevo esquema axiomático, al menos la rebautización de Principios y Elementos en forma acorde al estado actual de la Ciencia, evitando de paso mil confusiones a los novicios en Astrología.

Corresponde aclarar la noción de "universal" en cuanto a su significado y alcance en la obra de MORIN. Sigamos en esto al Dr. WEISS quien acertadamente puntualizó que tal calificativo es aplicable a una influencia planetaria (o de signo) que si bien abarca todo el mundo sublunar no posibilita por sí sola precisar la naturaleza de los efectos correspondientes en un nativo determinado. Tales precisiones sólo serán alcanzables analizando la determinación del astro a través del sistema de casas de nuestro sujeto.

La calidad de la influencia universal viene determinada por el estado celeste (status coelestis) del astro y la naturaleza y modalidad de la misma (en cuanto a los asuntos de la vida que alcanza), por el estado y determinación terrestre (determinatio localis). La síntesis de ambas es lo que MORIN denomina el estado cósmico (status cosmicus).

FACTORES QUE INCIDEN EN EL ESTADO CELESTE

El estado celeste de un astro dado depende de multitud de factores, varios de los cuales no son tenidos a menudo en cuenta.

Mencionaremos:

I - La posición en signo, ya sea en dignidades (domicilio, exaltación, trigonocracia o recepción favorable), debilidades (exilio, caída, recepción desfavorable) o peregrinaje. Este es el factor más importante.

II - Los aspectos que recibe y emite a astros y cúspides (favorables o adversos).

III - El estado cósmico de su dispositor e incluso del dispositor de su dispositor.

IV - El estado cósmico de los planetas que ocupan los signos regidos por el astro por domicilio, exaltación y trigonocracia.

V - Su marcha aparente en el cielo, rápida o lenta, directa, retrógrada o estacionaria.

VI - La posición relativa al Sol y a la Luna.  El astro ve robustecidas sus influencias cuando es oriental al Sol (o sea, al preceder a éste en menos de seis signos) y cuando es occidental a la Luna (o sea cuando se halla despues de la Luna pero en menos de seis signos).

VII - La posición relativa a la Tierra: los planetas en su apogeo son más potentes que en su perigeo.

VIII - La latitud: en las proximidades de la Eclíptica, centro emisor por excelencia, más pujantes serán los influjos de un Planeta.

El estado terrestre del astro será valorado en base a:

IX - La posición relativa al Horizonte y Meridiano que ocupe (diurno o  el horizonte, nocturno o ubicado bajo el horizonte, elevado (presente enIX o X) o no. 

X - Su posición en casa feliz o desgraciada (VI, VIII y XII, parcialmente la VII).

XI - Su posición en casas angulares (I,IV,VII,X), sucedentes(II,V,VIII u  XI) o cadentes (III, VI, IX, XII).

XII - Las casas que rige, felices o desgraciadas.

XIII - La posición cercana o lejana de la cúspide de la casa que ocupa.

También cuentan los aspectos fuertes a una cúspide o la posición en el antiscio  de dicha cúspide como también los aspectos con el regente/s.

Todos y cada uno de estos factores sopesados y analizados a fondo, nos informarán debidamente en relación al estado cósmico de un astro dado en un tema dado. Este estado cósmico podrá, desde luego, atravesar por la más amplia gama de calificaciones que podamos concebir, desde pésimo a óptimo. Indispensable es desplegar aquí tanta fineza de intuición como profundidad de lógica. Cada caso y cada factor requieren minuciosidad cabal para ser comprendidos y para poder extraer de ellos diagnósticos y pronósticos certeros. No hay regla mecánica que exima de pensar y que  conduzca a resultados válidos.

 

  5 - El ESTADO COSMICO (CELESTE Y TERRESTRE) DE UN ASTRO

 

Para una cabal comprensión de los enunciados que anteceden necesitamos siquiera someramente, precisar algunas nociones relativas a la naturaleza elemental e influencial de un astro y a su estado cósmico celeste y terrestre. Una exposición completa estaría aquí fuera de lugar.  Remitimos al lector para ello a la obra bien conocida del Dr. WEISS.

 

Para expresarlo en lenguaje simple, digamos que la energía universal emitida por el Primer Cielo es modulada por cada causa activa secundaria: planetas, signos y estrellas fijas. Pero esta modulación, repitámoslo una vez más, sólo tiene que ver con la calidad de la influencia y no con los efectos específicos: estos últimos resultarán fijados en cuanto a modalidades, cualidades y sucesos por la acción pasiva del sistema observada de las influencias. Quienes hayan reflexionado sobre el tema quizás convengan con nosotros en que se trata solamente de un esquema conceptual asaz inadecuado para nuestros tiempos y conocimientos pero que permite, a falta de algo mejor, apoyar nuestra intuición para discernir que es lo indicado por los astros. Urge al menos, de no mediar la deseable creación de un nuevo esquema axiomático, al menos la rebautización de Principios y Elementos en forma acorde al estado actual de la Ciencia, evitando de paso mil confusiones a los novicios en Astrología.

Corresponde aclarar la noción de "universal" en cuanto a su significado y alcance en la obra de MORIN. Sigamos en esto al Dr. WEISS quien acertadamente puntualizó que tal calificativo es aplicable a una influencia planetaria (o de signo) que si bien abarca todo el mundo sublunar no posibilita por sí sola precisar la naturaleza de los efectos correspondientes en un nativo determinado. Tales precisiones sólo serán alcanzables analizando la determinación del astro a través del sistema de casas de nuestro sujeto.

 

La calidad de la influencia universal viene determinada por el estado celeste (status coelestis) del astro y la naturaleza y modalidad de la misma (en cuanto a los asuntos de la vida que alcanza), por el estado y determinación terrestre (determinatio localis). La síntesis de ambas es lo que MORIN denomina el estado cósmico (status cosmicus).

 

FACTORES QUE INCIDEN EN EL ESTADO CELESTE

El estado celeste de un astro dado depende de multitud de factores, varios de los cuales no son tenidos a menudo en cuenta

Mencionaremos:

I - La posición en signo, ya sea en dignidades (domicilio, exaltación, trigonocracia o recepción favorable), debilidades (exilio, caída, recepción desfavorable) o peregrinaje. Este es el factor más importante.

II - Los aspectos que recibe y emite a astros y cúspides (favorables o adversos).

III - El estado cósmico de su dispositor e incluso del dispositor de su dispositor.

IV - El estado cósmico de los planetas que ocupan los signos regidos por el astro por domicilio, exaltación y trigonocracia.

V - Su marcha aparente en el cielo, rápida o lenta, directa, retrógrada o estacionaria.

VI - La posición relativa al Sol y a la Luna.  El astro ve robustecidas sus influencias cuando es oriental al Sol (o sea, al preceder a éste en menos de seis signos) y cuando es occidental a la Luna (o sea cuando se halla despues de la Luna pero en menos de seis signos).

VII - La posición relativa a la Tierra: los planetas en su apogeo son más potentes que en su perigeo.

VIII - La latitud: en las proximidades de la Eclíptica, centro emisor por excelencia, más pujantes serán los influjos de un Planeta.

El estado terrestre del astro será valorado en base a:

IX - La posición relativa al Horizonte y Meridiano que ocupe (diurno o  el horizonte, nocturno o ubicado bajo el horizonte, elevado (presente enIX o X) o no. 

X - Su posición en casa feliz o desgraciada (VI, VIII y XII, parcialmente la VII).

XI - Su posición en casas angulares (I,IV,VII,X), sucedentes(II,V,VIII u  XI) o cadentes (III, VI, IX, XII).

XII - Las casas que rige, felices o desgraciadas.

XIII - La posición cercana o lejana de la cúspide de la casa que ocupa.

También cuentan los aspectos fuertes a una cúspide o la posición en el antiscio  de dicha cúspide como también los aspectos con el regente/s.

Todos y cada uno de estos factores sopesados y analizados a fondo, nos informarán debidamente en relación al estado cósmico de un astro dado en un tema dado. Este estado cósmico podrá, desde luego, atravesar por la más amplia gama de calificaciones que podamos concebir, desde pésimo a óptimo. Indispensable es desplegar aquí tanta fineza de intuición como profundidad de lógica. Cada caso y cada factor requieren minuciosidad cabal para ser comprendidos y para poder extraer de ellos diagnósticos y pronósticos certeros. No hay regla mecánica que exima de pensar y que  conduzca a resultados válidos.

Conviene resumir en líneas generales (pero siempre fieles al pensamiento de MORIN) qué puede esperarse del estado cósmico de un astro que suponemos haber valorado cuidadosamente. Se puede sintetizar esto en el siguiente cuadro, tomado de HIÉROZ:

 

    Aspecto  Buen estado celeste del planeta que lo recibe: Efectos bienhechores logrados con abundancia y facilidad, realizando las significaciones favorables de las casas e impidiendo las adversas.
  En buen estado celeste y benéfico con: Mal estado celeste del planeta que lo recibe: Efectos débilmente favorables.
  enviando un: Aspecto  Buen estado celeste del planeta que lo recibe: Efectos benéficos.
    maléfico con: Mal estado celeste del planeta que lo recibe Dificultades, trabas, limitaciones y privaciones.
UN ASTRO BENEFICO        
    Aspecto   Buen estado celeste del planeta que lo recibe: Poco de bueno o favorable.
  En mal estado celeste y benéfico con: Mal estado celeste del planeta que lo recibe Efectos insignificantes con muy poco de bien.
  enviando un: Aspecto Buen estado celeste del planeta que lo recibe Efectos que tienden a ser perniciosos.
    maléfico con: Mal estado celeste del planeta que lo recibe Mucho mal.
    Aspecto   Buen estado celeste del planeta receptor Realiza un cierto éxito y felicidad a través de medianas dificultades.
  En buen estado celeste y  benéfico con: Mal estado celeste del planeta receptor Muy pocos efectos felices acompañados de grandes dificultades
  enviando un: Aspecto  Buen estado celeste del planeta que lo recibe Efectos tendiendo a favorables pero violentos en casa feliz seguidos de pérdida o caducidad. Muy nefastos en casa desgraciada (VI-VII-VIII-XII)
    maléfico con: Mal estado celeste del planeta que lo recibe Efectos maléficos mitigados en casa feliz. Muy nefastos en casa desgraciada.
UN PLANETA MALEFICO         
    Aspecto  Buen estado celeste del planeta que lo recibe Efectos levemente favorables seguidos de pérdida o caducidad.
  En mal estado celeste y benéfico con: Mal estado celeste del planeta que lo recibe Efectos muy perniciosos.
  enviando un: Aspecto  Buen estado celeste del planeta que lo recibe Daños considerables sobre todo en casa desgraciada.
    maléfico con: Mal estado celeste del planeta que lo recibe Males extremadamente graves.

Por supuesto, en estos cuadros solo se dan orientaciones generales que no podrán en modo alguno ser aplicadas sin una elevada dosis de discernimiento. Su utilidad indudable reside en que constituyen una guía eficaz del razonamiento astrológico. Ni éste ni ningún otro aforismo deben constituir un dogma inapelable sino tan solo un apoyo para descubrir verdades más profundas y completas.

 

6 - LOS SIGNIFICADORES GENERALES

Al tratar este tema, MORIN golpea con porra de hierro la enseñanza del Cuadripartito. No obstante, aún hoy en día hay quienes se aferran fielmente a tales necedades poniendo en evidencia una mentalidad de neto corte... caldeo - babilónico! 

Así, por ejemplo, si seguimos a una tal tradición corrupta bien se nos aplicarán los contra ejemplos caústicos que expone HIÉROZ: Si la Luna es significadora universal de la madre por un lado y de los instintos por otra, resulta claro que existirá un nexo obligado entre estos dos órdenes de cosas. Luego, todo individuo cuya madre muera al darlo a luz (por ejemplo a raíz de una cuadratura de la Luna con Saturno) necesariamente será poseído por los peores instintos. Como el Sol (en tema femenino) es significador universal del padre y del esposo, rápidamente deducimos que toda huérfana se halla condenada a una viudez precoz. Teniendo en Venus al significador universal (en tema masculino) de madre y esposa, la longevidad de una suegra será una garantía de larga vida para su nuera! En suma: a tales tonterías sólo puede mencionárselas para contribuir con el descrédito a su desaparición y olvido. (Siendo empero casi tan viejas como la estupidez humana es de temer que aún por mucho tiempo sigan haciendo gala de su único mérito: la longevidad...).

Una vez más repetimos:

PARA QUE UN PLANETA JUEGUE EN UN TEMA EL ROL AL QUE LO PREDISPONE SU ANALOGIA GENERAL, RESULTA IMPRESCINDIBLE QUE ESTE SE HALLE DETERMINADO POR SU ESTADO TERRESTRE HACIA UNA TAL SIGNIFICACION.

Un VENUS determinado hacia la VII, cumplirá magníficamente su analogía con la esposa pero no sucederá esto en otros casos. MORIN añade aún lo que sigue:

"Se debe examinar con el mayor cuidado si los planetas que ocupan o rigen determinada casa se hallan en relación favorable o desfavorable con el astro cuya significación analógica es la misma que la de esa casa, valorando cuidadosamente el estado cósmico de este último planeta v su determinación particular en ese tema. he aquí el secreto de ciertas, predicciones asombrosas que los hechos confirmaron luego plenamente".

Vale la pena agregar algo aquí en relación a un Principio importantísimo descubierto por Alan LEO y que guarda estrecha relación con el asunto tratado. Este Principio expresa: "Todo astro angular tiende a actuar por analogía general". 

Así un Sol presente en el Asc propenderá de acuerdo a su estado celeste a conceder riqueza, honores u otras cualidades solares aun cuando no se determine a la Casa X por regencia, aspectos o de otra forma. Un Venus presente en X puede, de acuerdo a su estado celeste, otorgar cualidades venusinas, amores, belleza aun cuando no se determine a la Casa V o al ASC.

Inseparable al que acabamos de mencionar es otro Principio muy general, enunciado por Erich Carl KÜHR y que es de enorme utilidad en la enseñanza y en la práctica:

"Un astro presente en un signo actúa como si estuviera en conjunción con el regente de ese signo". Desde luego esto exige, para sacar conclusiones, valorizar cuidadosamente el Estado Cósmico de uno y otro astro.  Desde luego esto es una consecuencia del principio moriniano de que todo Signo actúa según la naturaleza de su Señor, por lo cual es más correcto llamarlo teorema de KÜHR.

 

7 - ALGO MAS SOBRE LAS DETERMINACIONES

No podríamos cerrar este estudio, tan extenso como incompleto, sin decir algo más sobre la determinación activa de los astros y pasiva de las casas de un tema. Nuestro propósito claro es facilitar un nivel de comprensión más profundo a lo ya expuesto  aún cuando cierta duplicación de material resulta claramente inevitable.  Pero es a todas luces es necesario poseer una filosofía de base que guíe al pensamiento en el uso sensato de esta tan magnifica colección de reglas.  Ya hemos mencionado la determinación accidental de las causas activas, es decir de astros, signos y estrellas fijas.  Seanos permitido ahora mencionar algunos hechos capitales que condicionan toda interpretacion de direcciones y revoluciones a la luz de las enseñanzas de MORIN.


7.1 - La determinación del Primer Cielo en los temas individuales.

Al respecto escribe MORIN:

"El lugar del Primer Cielo en que se halla el Sol al nacer un ser humano, tendrá para él solamente y por toda su existencia, naturaleza solar, así como el ocupado por Saturno tendrá por ese mismo lapso naturaleza saturnina. Estos lugares funcionarán durante toda la vida del nativo a modo de planetas de los que procede la determinación.

Y no solamente el lugar ocupado por Saturno tendrá la naturaleza mencionada sino también sus antiscios y cada uno de sus aspectos tanto diestros como siniestros. En todos estos lugares se conservará la naturaleza Saturnina en relación a ese individuo solamente."

Resulta claro a la luz de lo anterior la causa de la eficacia de los tránsitos. El origen y explicación de las direcciones es más complejo y no lo analizaremos aquí en detalle. De muy especial interés resulta la justificación de las direcciones a la luz de la Filosofía Hermética, tema al que JEAN HIÉROZ ha dedicado páginas tan bellas como originales.

 

 7.2- La determinación recíproca de las esferas celeste y local

Así como astros y signos determinan las cúspides de casas que se hallan bajo su influjo, estas cúspides en reciprocidad determinan los puntos del Primer Cielo con los que coinciden.  De esto precisamente surge el hecho de que el movimiento ulterior de ambas esferas (direcciones) el encuentro de una determinación accidental de cúspide sobre el Primer Cielo con una determinación accidental de planeta en el Mundo (Casas) o sea lo que constituye una dirección primaria conversa, tendrá análogas consecuencias que el encuentro de la determinación accidental del mismo planeta sobre la Esfera Celeste con la misma cúspide en Esfera Local (dirección primaria directa).

El punto del cielo en que se halla el Sol al nacer un ser humano, tendrá para él solamente y por toda su existencia, naturaleza solar, así como el ocupado por Saturno tendrá por ese mismo lapso naturaleza saturnina. Estos lugares funcionarán durante toda la vida del nativo a modo de planetas de los que procede la determinación.

Y no solamente el lugar ocupado por Saturno tendrá la naturaleza mencionada sino también sus antiscios y cada uno de sus aspectos tanto diestros como siniestros. En todos estos lugares se conservará la naturaleza Saturnina en relación a ese individuo solamente."

Resulta claro a la luz de lo anterior la causa de la eficacia de los tránsitos. El origen y explicación de las direcciones es más complejo y no lo analizaremos aquí en detalle. De muy especial interés resulta la justificación de las direcciones a la luz de la Filosofía Hermética, tema al que JEAN HIÉROZ ha dedicado páginas tan bellas como originales.

 

Respetable Jñápika Gurú Dr. Pablo Elias Gómez Posse.

E Mail: aum_jnapika_satya_guru@hotmail.com
 


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